Fraude en la Cruz Roja de Ecatepec
Donaciones millonarias extraviadas


Roselli Reyes Cuevas
4 de junio de 2001

 

“Para muestra, basta un botón”: dice así, un popular refrán mexicano.

A pesar de las cantidades millonarias que capta la Cruz Roja Mexicana delegación Ecatepec a través de “donaciones” de empresas y personas físicas, las condiciones en que se encuentra actualmente son deplorables.

Los millones de pesos captados los últimos años, contrastan seriamente con el edificio, mobiliario, ambulancias e instrumental médico con que cuenta la institución. Delatan también una compleja red de corrupción e impunidad anidada en la “Benemérita Institución” tal vez desde su inicio.

Y es que, como ejemplo, tan sólo en los meses de octubre de 1997 a junio de 1998, una de sus captadoras, ingresó a la Cruz Roja casi un millón 500 mil pesos… Y nadie sabe del destino de esos recursos.

En efecto, documentos en poder de la reportera dan cuenta de 48 donantes a la Cruz Roja, entre ellos, destacan las empresas Fabriven S.A. de C.V., quién aportó 60 mil 192 pesos en agosto de 1997; Uniformes Unión S.A. de C.V., con 86 mil 792 pesos en septiembre de 1997; BRASI, con 96 mil 60 pesos en octubre de 1997; y BINNEY & SMITH con 120 mil pesos en agosto de 1997.

Según la lista, las cuatro empresas hicieron sus donativos “en especie”, y sin recibir de la Cruz Roja el recibo oficial deducible de impuestos.

La empresa Proyectos Salud, donó en especie 326 mil pesos, la operación se realizó en septiembre de 1997 y le fue entregado el recibo deducible de impuestos 47010. Lo mismo hizo Uniformes Empresariales S.A. de C.V., que donó en especie 199 mil 435 pesos en noviembre de 1997 a cambio del recibo 47038. No se quedó atrás Gigante S.A. de C.V., quien en marzo de 1998 también donó 400 mil pesos en especie a cambio del recibo deducible 52777.

Bajo la sospecha queda el manejo de los recibos deducibles, cuyos folios pasan -de la lista de 48 donadores-, del número 46970 al 112759.

SIN EMBARGO, SE MUEVE

La verdad irrita:

El primero de junio, cuatro de las seis ambulancias con que cuenta la Cruz Roja Ecatepec se encontraban en reparación… Medicamentos, materiales de curación, equipo de hospital y de laboratorio, lucían entre los escombros.

La pintura vieja y las paredes sucias, los vidrios rotos y el desaseo general, hacían de aquel lugar un caos.

En contraste, y entre dos cuartos repletos de muebles arrumbados, la oficina del administrador lucía semilimpia y ordenada. El lugar, sirve para la entrevista.

El desorden y la suciedad… Se le cuestiona.

— Estamos en remodelación… Responde.

Juan Jesús Romero, actual administrador, sentado trás de su escritorio asegura desconocer el manejo de su antecesor y se deslinda de toda responsabilidad.

— ¿Cómo recibió usted la Cruz Roja?

— El área blanca la recibí gris.

— ¿Considera usted que Yuri Lima Castillo realizó bien su trabajo?

— No puedo hablar de una persona si no está presente, dijo. Luego aclaró: “Cuando tomé la administración no servían las ambulancias, y se olvidaron de nosotros las autoridades por todo lo que pasó en la anterior administración”.

— ¿Qué pasó en la anterior administración?

— Yo respondo por mi administración, todas las donaciones en mi administración están invertidas en esta unidad, todos los ingresos se depositan a una cuenta y yo firmo los cheques de salida. Todo lo tengo muy claro.

EL ENGAÑO

En un pequeño cuarto, y bajo una peligrosa barranca -a punto del derrumbe-, vive la señora Irma Galindo Rojas, ella trabajó como captadora de fondos para la Cruz Roja de Ecatepec cuando Yuri Enrique Lima Castillo era presidente.

Galindo Rojas explica las anomalías que suceden en la Cruz Roja y expone la causa por la que la corrió Lima Castillo:

— Estando como presidente del Consejo Directivo de la Cruz Roja el doctor Yuri Enrique Lima Castillo, no me pagó el 30 por ciento que me correspondía por comisiones -casi 450 mil pesos-. Al contrario, agrega, me corrió de la Cruz Roja bajo la amenaza de que tenía una bronca muy grande.

Explica: “Esa bronca -que llama él-, fue porque me di cuenta que me quería ‘piratear’ una de mis empresas, es decir; contactó con ella y deseaba que le dieran el donativo”.

Recuerda:

— Yo no me había dado cuenta, sino que me hablaron por teléfono diciéndome: “venga a recoger su donativo”. Sin haberlo pedido, pregunté que quién les había hablado, y me dijeron que el presidente. Me enojé mucho porque era mi empresa, dice sentada en una silla vieja y rota, y escombrando la mesa del comedor.

Cuenta Galindo Rojas que entonces se adelantó y fue a La Costeña, donde recogió el donativo para llevarlo a la Cruz Roja de Tecámac. Allí la recibió Alfonso Mora, quien entonces fungía como presidente, y a él le entregó el dinero.

Luego, Galindo Rojas quiso cambiar su trabajo a la Cruz Roja de Tecámac, y acudió a hablar con Lima Castillo para que le pagara las comisiones que le adeudaban. Y en efecto, encontró una respuesta: “La advertencia de Lima Castillo de que estaba metida en una bronca muy fuerte, y que hablaría con el delegado estatal Jorge Cervantes Díaz para que la boletinara y jamás volviera a trabajar en la Cruz Roja. Además, de que no se le pagaría el adeudo”.

BOTÍN SAGRADO

El 28 de marzo de 1999, Irma Rojas Galindo dirigió una carta a Jorge Cervantes Cruz, entonces, como ahora, delegado de la Cruz Roja Mexicana en el estado de México. En el documento, Rojas Galindo expone los problemas que la llevaron al despido en la Cruz Roja de Ecatepec, donde laboró de julio de 1977 a enero de 1999.

Consta en la carta:

— En los nueve años que tengo de prestar mis servicios en la Cruz Roja Mexicana como Captadora de Fondos, en la delegación Lázaro Cárdenas y posteriormente por así convenir a mis intereses en la delegación Ecatepec.

En esta última delegación, la cual preside el doctor Yuri E. Lima Castillo, me encontré con el problema de no poder cobrar las comisiones siguientes (anexo copias), por razones que desconozco; lo cual me orilló a buscar en alguna otra delegación, puesto que ser Captadora para esa H. Institución es mi única fuente de ingresos.

Encontré que en el Puesto de Socorro Tecámac necesitan verdaderamente de mis servicios. Después de solicitar el ingreso a dicho Puesto de Socorro, fui aceptada siempre y cuando yo no tuviera nexos con otras delegaciones. Por tal motivo, en varias ocasiones traté de cobrar en Ecatepec las comisiones que me adeudan, y me encontré con que el doctor Yuri me recibió muy molesto, diciéndome que no me va a pagar, y ‘que tengo una bronca muy fuerte; que yo recogí un donativo de La Costeña que era para él’…

En la carta, Rojas Galindo se despide de Cervantes Díaz suplicando:

— …por lo tanto, ruego a usted que en su calidad de delegado estatal, tenga la bondad de tomar cartas en éste penoso asunto, ya que no es justo que la delegación de Cruz Roja en Ecatepec, ‘sea la única beneficiada’, pues fue mi trabajo con el cual mantengo a mis hijos el que logró dichos donativos.

En el documento anexo a su carta, Rojas Galindo enlistó 48 donantes que dieron a la Cruz Roja Ecatepec ingresos por casi un millón 500 mil pesos.

Pero no es todo, hasta la fecha, y luego de innumerables vueltas, Irmas Rojas Galindo no ha recibido respuesta. Por si fuera poco, Juan Jesús Romero sustituyó a Lima Castillo, y recibió la Cruz Roja a tal grado, “que no servían las ambulancias y las autoridades se olvidaron de ellos por las condiciones en que la dejó la anterior administración”.

Hoy, el destino de los millonarios recursos que ingresan a la Cruz Roja Ecatepec sigue siendo desconocido y la historia parece repetirse. Las deplorables condiciones en que se encuentra la institución ecatepense, contradicen el dicho de Juan Jesús Romero de que todo bajo su administración es transparente.

Para muestra, el hecho de que Jesús Romero negó la información a la reportera al tiempo que amenazó “con llamar una patrulla, si se le seguía hostigando” con preguntas.

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