La impunidad con que operan funcionarios del gobierno de Enrique Martínez y Martínez se encuentra en su máximo esplendor. Los argumentos que en su momento hizo válidos el gobierno estatal para cambiar la bomba de cobalto del Hospital Universitario de Saltillo, se desvanecen entre las sospechas de corrupción luego de descubrirse que la bomba de cobalto desmantelada fue vendida en partes por Hugo Castellanos, sin mediar licitación pública de enajenación de bienes propiedad del estado.
Y en efecto, la mesa de tratamiento de la bomba de cobalto, así como el control del equipo, fueron vendidos por Hugo Castellanos, y hoy, ya funcionan en otros sitios.
María Inés Garza Orta, secretaria de la Contraloría y Modernización Administrativa del gobierno de Coahuila, "espera" recibir instrucciones del gobernador para iniciar el procedimiento administrativo de persecución del delito, y mientras tanto, "tira la bolita" a su segundo, Armando Garza Martínez, coordinador general de Asuntos Jurídicos de la misma secretaría, para que inicie las pesquisas…
Tampoco José María Fraustro Siller, "el rector viajero" de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), ha interpuesto la denuncia respectiva en el Ministerio Público y en su lugar su secretario particular Armando Sánchez Quintanilla, dice al reportero "que esos asuntos son exclusivos del director del HU, Hugo Castellanos".
Documentos en poder del reportero, indican que el precio de las partes vendidas de la bomba de cobalto podrían alcanzar en el mercado de equipo reconstruido varios cientos de miles de pesos, y se desconoce cuanto fue lo que recibió Hugo Castellanos en la oscura operación de compra-venta.
Mientras tanto, en el estacionamiento del HU, permanecían, cual fierro viejo, los despojos de la bomba de cobalto.
LA MINA DE ORO.
Convertido en mina de oro, el HU de Saltillo vive entre constantes remodelaciones una de sus épocas más tenebrosas. Y es que a pesar de los millonarios gastos aplicados en su equipamiento, el HU es, hoy, el destino incierto de miles de coahuilenses que acuden a buscar servicios y no los encuentran. En efecto, el gasto multimillonario en la compra de un tomógrafo computarizado, no tiene para cuando rendir sus frutos a los necesitados, tampoco la millonaria operación de la compra de la bomba de cobalto, que dejó sin atención a millares de enfermos crónicos de cáncer. A cambio, el rector de la UA de C y el director del HU, lucen, ante los medios, "la sala de cuidados intensivos y otras áreas donde se han realizado inversiones cuantiosas".
Aparentemente desplazado por el poder de la secretaria de Salud, Bertha Castellanos, Fraustro Siller no tiene más camino que ser sumiso ante lo que sucede en el HU de Saltillo, y encubrir las ambiciones del director Hugo Castellanos.