Convulsiones, muerte encefálica III
La mala vibra del Centro Médico ABC

4 de octubre de 2011
Valentín Cardona

Aunque tienen orígenes muy diversos, en general los especialistas han llegado a establecer que las convulsiones pueden originarse por fiebre muy alta, por enfermedades como la epilepsia, por ingestión de drogas o por algún golpe en la cabeza.
Las crisis por convulsiones pueden durar escasos segundos –a veces menos de 30- o extenderse a 60 y 90, rara vez alcanzan 3, 5 o 10 minutos, esto, en los casos de “crisis generalizadas o parciales complejas”. En estos casos, son las caídas las que pueden ocasionar mayores daños al individuo, por los golpes que se pudieran recibir al perder momentáneamente el conocimiento.
Las señales que anteceden o acompañan a las crisis convulsivas son la caída súbita; en ocasiones, la expulsión de espuma por la boca, el endurecimiento del cuerpo, los temblores y los movimientos sin control acompañados por la pérdida del conocimiento.
El ataque epiléptico es la forma más ruda de las crisis convulsivas, se le conoce también clínicamente como “crisis convulsivas generalizadas o tónico generalizadas”.
Los especialistas en neurología recomiendan a los familiares de pacientes con crisis convulsivas recurrentes “mantener la calma, pues cuando la crisis ha iniciado ya no se puede detener”. Aconsejan retirar los objetos cortantes, puntiagudos o duros con los que el enfermo se pudiera lastimar en caso de caída y para el caso de los pacientes que presentan síntomas previos de que van a sufrir una crisis generalizada y pueden avisar, se les puede ayudar a que se recuesten para evitar que se golpeen al caer.
Los médicos recomiendan dejar pasar el acontecimiento de la crisis convulsiva en los pacientes sin meter la mano, “sólo observar el desarrollo y hasta el fin de la crisis”. Incluso, en pacientes con posibilidades económicas hay quienes recomiendan asistencia permanente. Indican que no se debe tratar de colocar ningún objeto entre los dientes ni tratar de jalar la lengua hacia fuera ni tratar de intentar sacar algún bocado de su boca en caso de que el paciente este comiendo o trate de colocar un trapo dentro de la misma, pues “no se ahogará con su lengua, pero los objetos que coloque en su boca pueden obstruir una adecuada respiración”.
Otra recomendación es voltear la cabeza de la persona hacia un lado o poner al paciente boca abajo, no moverla y aflojar la ropa que lleve apretada. Se recomienda también que no debe de existir alarma “si la persona deja de respirar y se le ponen los labios morados, no se asuste, esto dura muy poco y no se necesitan maniobras de reanimación ni respiración de boca a boca, no frote alcohol en su cabeza y no acerque a su nariz sustancias fuertes de aroma como por ejemplo: cebolla con alcohol, sales aromáticas, etc. ya que no ayudaran a que se recupere más pronto, el oxigeno ambiental en suficiente”.
Finalmente se invita a que se debe tener especial observación en las acciones y movimientos de la persona durante la crisis así como el tiempo que dura, “para explicar al médico tratante con detalle lo que ocurrió”. “Se debe saber que después de una crisis se puede presentar un estado de sueño o inconsciencia, esto se llama periodo posictal y es un tiempo de recuperación después de la crisis y no es la crisis misma”.

Y se advierte que “cuando se presentan muchos ataques, uno tras otro y sin recuperar la conciencia o si el ataque dura más de 10 minutos, se requiere la intervención inmediata de un médico, avise a uno o traslade al paciente a la unidad médica más cercana”.

El ABC, la tumba de Mónica Pretelini

“El día de hoy, jueves 11 de enero de 2007, a las 2:00 am la paciente presentó un evento de PCR (paro cardiorespiratorio) por lo cual fue trasladada al Centro Médico de Toluca. El evento fue secundario a una crisis convulsiva tónico generalizada. Estos eventos los presentaba desde hace aproximadamente 18 meses y se encontraba en estudios, en seguimiento y bajo tratamiento con un medicamento anticonvulsivante”.
Así inició el médico Paul Shkurovich, jefe del Departamento de Neurofisiología Clínica del Centro Médico ABC, el “resumen médico” que puso fin a la vida de Monica Pretelini, en ese entonces esposa del gobernador del estado de México y desde entonces destapado candidato a la presidencia de México, Enrique Peña Nieto.
De ser cierta la afirmación de Shkurovich, Monica Pretelini pasó a las filas de esos escasísimos y curiosos casos de muerte provocada por ataques epilépticos, casos que en México han sido y siguen siendo un tabú, ya que la información sobre estos casos “atípicos” no tiene control, es ocultada y la incidencia y prevalencia de la enfermedad no tiene seguimiento pos autoridad alguna y en síntesis no es real.
Un especialista en Neurología consultado por Imagen Médica y que por seguridad pidió la reserva de su nombre, asegura que la carta del médico Shkurovich quiso ser redactada de manera cuidadosa e incluso presume que pudo ser revisada por un abogado antes de su expedición “a la opinión pública”. Advierte que la carta lleva “la mala vibra del ABC”, porque la carta misma contiene contradicciones de muy difícil explicación.
Dice, por ejemplo, que Shkurovich afirma que Pretelini llevaba 18 meses bajo tratamiento, “tiempo en el cual, es casi imposible que un paciente se muera a causa de la epilepsis”, a menos, indica, que la paciente hubiera caído en un “factor desencadenante” de la crisis, que no es imposible, pero se encuentra íntimamente ligado, entre otros factores, a que los medicamentos administrados al paciente “no fueron terapéuticos”. Agrega que también el desenlace se pudo deber “a un estilo de vida muy estresante; al consumo excesivo de alcohol o al consumo de cocaína en una forma que choca directamente con el cerebro”.
El especialista explica que, “si usted lleva a su hijo abierto de la cabeza -y no muerto- a un hospital, porque se le cayó de un columpio, inmediatamente lo va a interrogar un Ministerio Público (MP) porque el médico tiene que dar parte, entonces, de ser cierto lo que dice Shkurovich, él recibió una paciente muerta y debió dar aviso inmediato al MP para que deslindara responsabilidades”, pero no, en lugar de eso –continúa-, “deslindó a todos de la causa de la muerte y simple y sencillamente la achacó a un paro cardiorespiratorio provocado por una crisis epiléptica”.
Sin arriesgarse a querer hablar de un probable asesinato a sangre fría, el especialista indica que el documento expedido por Shkurovich tuvo la única finalidad de “dar tiempo” a los involucrados en el suceso para planear una estrategia a seguir por tratarse de “políticos de alto nivel”, y basa su planteamiento en el hecho de que Shkurovich “a las 11 de la mañana decretó muerte cerebral, y cuatro horas después –a las 15 horas-, confirmó el diagnóstico; situación inadmisible por el tiempo y por los medicamentos que supuestamente la señora Pretelini tomaba”…

De ser así, termina, “el que se hubiera metido en un enorme problema sería precisamente Shkurovich”.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here