El edificio marcado con el número 139 ubicado en la calle Tepic en la colonia Roma,
luce mejor por fuera que las condiciones que tiene por dentro, por escaleras o elevador se puede llegar al octavo piso, ahí, en el cubículo 801 tienen su gabinete de Medicina Nuclear los médicos José Rodrigo Muñoz Olvera y Felipe Gordon Barabejzyk.
Situado en un local de aspecto tenebroso, nada distingue al gabinete de cualquier otra oficina común y corriente, nada alerta que, al interior, se manejan materiales radiactivos. Igual que en la Unidad de Medicina Nuclear (UMN) del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
Muñoz Olvera y Gordon Barabejzyk mantienen en el IMSS sus jerarquías a pesar de que la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) clausuró las instalaciones luego de que a raíz de un "atentado criminal" se descubriera que el funcionamiento y operación de la UMN se daba "sin disciplina".
Para Juan Eibenschutz Hartman, director general de la CNSNS, no hay vuelta de hoja, por haber encontrado "irregularidades", la CNSNS procedió a retirar la licencia del responsable de seguridad radiológica y a suspender el permiso de funcionamiento de la UMN hasta en tanto el IMSS no designe un nuevo responsable, "que funcione como debe de funcionar; restablezca los procedimientos tal y como deben de ser y que demuestren que van a operar como debe de ser".
Y es que, la CNSNS encontró en el IMSS una violación casi sistemática a las estrictas normas de funcionamiento y seguridad a que están sujetas todas las instalaciones en donde se maneja la energía nuclear.
El viernes 27 de diciembre último, los sellos de clausura habían sido retirados de las salas de gamagrafía de Medicina Nuclear, según Eibenschuts Hartman, los sellos se retiraron a solicitud del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), organismo que por tener injerencia en situaciones anormales, realizó las labores de "limpieza y descontaminación" de todas las áreas.
Ese viernes 27, el gabinete particular de Olvera y Gordon permaneció cerrado. El lunes siguiente, 30 de diciembre, Imagen Médica consultó vía telefónica con la secretaria que atiende el gabinete de los médicos, por los servicios y precios de los estudios de medicina nuclear:
— ¿Cuánto cuesta una gamagrafía de tiroides? Se le preguntó.
— Ahorita no tenemos servicio, porque vamos a cambiar los precios y no tenemos material radiactivo.
— ¿Cuánto costaba antes?
— 730 pesos.
— ¿En qué condiciones necesito presentarme?
— No se requiere ninguna preparación.
— ¿Cuándo me puedo realizar el estudio?
— Hasta la segunda quincena de enero, porque vamos a cambiar los precios y no tenemos material radiactivo.
CASUALIDADES
Casualidad o no, el gabinete privado que tienen en aparente sociedad el jefe de servicio de Medicina Nuclear del Hospital de Especialidades, Muñoz Olvera y el subdirector médico del mismo hospital Gordon Barabejzyk, se encuentra temporalmente fuera de servicio. Igual que las instalaciones del IMSS. Tampoco tienen material radiactivo. Igual que las instalaciones del IMSS.
Lo cierto es que el "atentado" -que Imagen Médica dio a conocer el 18 de diciembre- y por el que resultaron contaminadas al menos seis personas, destapó una verdadera cloaca y mostró la descomposición acelerada del IMSS.
Y es que, trabajadores y médicos del Hospital de Especialidades acusaron la corrupción y la impunidad que reinan en la UMN bajo el mando de Muñoz Olvera con la complicidad de Gordon Barabejzyk.
Buscados por Imagen Médica en diversas ocasiones para conocer su versión de los hechos, ambos médicos, así como el director del hospital Héctor Aguirre Gas, han declinado proporcionar cualquier información.
Sin embargo, y aunque el rompecabezas todavía es complejo, la intervención de diversas autoridades y organismos gubernamentales permiten comenzar a colocar las primeras piezas. En efecto, la CNSNS diagnosticó que prácticamente todo el funcionamiento de la UMN se encontraba "fuera de norma", por ello, clausuró el servicio, retiró la licencia al responsable de seguridad radiológica y el permiso de funcionamiento al IMSS; mientras que, el ININ, intervino sólo para realizar labores de limpieza y descontaminación.
Así las cosas, y como ni la CNSNS ni el ININ pueden "perseguir gente que obra de mala fe", se dio paso al trabajo de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) y al de la Procuraduría General de la República (PGR).
Es decir, el caso intenta ser convertido en una más de las muchas historias policiacas sin conclusión.