Luego de una larga ausencia de México, en la que el secretario de Salud Julio Frenk Mora apostó todo para dirigir a la Organización Mundial de la Salud (OMS), finalmente resultó perdedor.
Y no sólo perdió quizá la oportunidad más valiosa de su vida para encumbrarse en la OMS a costa de los recursos públicos y con el apoyo del gobierno federal, sino que dejó tras de sí un sistema de salud desarticulado y puso en evidencia que, más que la salud de los mexicanos, ocupó el cargo sólo como trampolín político.
Como lo advirtió en Ginebra ante periodistas internacionales, Julio Frenk no tuvo empacho al decir que “en caso de resultar elegido va a haber una continuidad” en el programa político sobre salud en México; “si no resulto elegido retornaré a mis labores”, sintetizó confianzudo.
Sin embargo, en México ya es repudiado, principalmente por haber dejado a la desidia la atención de la salud de los mexicanos que, a lo largo y ancho del territorio nacional han resentido el fracaso de sus políticas saludables. Los bebés de Chiapas son sólo un pequeño ejemplo.
De acuerdo con la información difundida por la OMS, Lee ganó la carrera a sus cuatro contendientes. Frenk Mora de plano resultó humillado con cero votos a favor. De los 32 votos del Consejo Ejecutivo de la OMS que decidieron al ganador, 17 fueron para Lee y 15 para el belga Peter Piot.
Se espera que Wook Lee sea ratificado en mayo durante la 56 Asamblea Mundial de la Salud y que asumirá sus funciones el 21 de julio de este año.