Héctor Ulises García Nieto:
Los trabajadores derrotaron al BM, del que Levy es sólo un instrumento
Necesario que el SNTSS transite a la democracia

Jani Luna González
22 de marzo de 2003

 

Para Héctor Ulises García Nieto, titular de la Secretaría de Productividad del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, los resultados del XXIII Congreso Nacional Extraordinario celebrado el pasado 12 de marzo, constituyen una gran victoria para los trabajadores.
Según García Nieto, los trabajadores derrotaron la pretensión del Banco Mundial (BM) de culminar la segunda etapa de las reformas iniciadas con el expresidente Ernesto Zedillo a mitad de la década de los 90 y encomendadas para su término a Vicente Fox en el año 2000.
En entrevista con Imagen Médica, García Nieto dice que las pretendidas reformas al Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP) de los trabajadores no son en sí las reformas de Santiago Levy, sino las reformas del BM del que Levy es sólo el instrumento. Por eso, afirma, "los trabajadores le dijeron no al gran capital de continuar sus políticas en contra de los trabajadores".
La derrota, insiste García Nieto, es una derrota a las propuestas del BM de acabar con las prestaciones de los trabajadores, que, indica, tiene dos aristas: una que pretende dejar de ser una prestación pública compartida entre el gobierno, los patrones y los trabajadores, para transitar hacia un esquema en donde la pensión se sostiene sólo con los grandes aportes de los trabajadores, es decir, aclara: "ráscate con tus propias uñas para tu pensión futura".
La segunda, explica, "es que esta pretensión vulnera conquistas del llamado salario social de los trabajadores. La lucha histórica entre el trabajo y capital ha sido porque el capital disminuya la parte que tiene que ver con el salario; en el inicio, la lucha entre el capital y el trabajo fue por achicar el tiempo de trabajo de los trabajadores para generar la ganancia".
"Pero desde hace mucho la lucha entre el trabajo y el capital se da en los espacios de la reproducción de la fuerza del trabajo, y es ahí en donde también se derrota la pretensión del capital de que los trabajadores sigan pagando los procesos de reestructuración del capitalismo.
"Por primera vez se le está diciendo al capital que los trabajadores no son los responsables de la situación financiera de las instituciones, que no se ajusta cuentas con los trabajadores en el sentido de que los trabajadores achiquen sus conquistas".

DEMOCRACIA SINDICAL

Según García Nieto, a partir de la decisión de los trabajadores del IMSS, hay voces de empresarios que están diciendo que ya fracasaron las reformas en el ISSSTE. ¿Por qué?, se pregunta. Responde: "porque lo que quieren hacer es modificar las pensiones de la parte que excluyeron en 1995. Ahí están el ISSSTE, los sistemas de pensiones en las universidades públicas, los sistemas de pensiones de los estados que tienen un sistema diferente y otros, que según el BM, son 34 sistemas de pensiones diferentes".
Sin embrago, acota García Nieto, "esa gran victoria de los trabajadores es una victoria parcial, porque no está determinada la suerte de lo que ha sucedido". Para concluir, advierte, los trabajadores tienen que pasar a un estadio de movilización y de definición a otro nivel, en el que hay dos grandes tareas:
"Las tareas hacía afuera, o sea, el sindicato tiene que tejer una gran alianza con toda una serie de sectores para defender y para proponer un nuevo sistema de pensiones que rebasa al IMSS; y dos, tiene que establecer con precisión y luchar para ello y que se logre ubicar a la seguridad social como un instrumento de cohesión social, como el principal instrumento de solidaridad en plena época neoliberal".
Explica: "En algunos países de Europa, y en algunos estados desarrollados, la seguridad social está cumpliendo ese papel, es el único instrumento que puede brindar solidaridad, redistribuir la riqueza, y establecer parámetros de bienestar para el conjunto de la población ante los desequilibrios y las desigualdades que impulsa el neoliberalismo, y eso significa un gran acuerdo, colocar a la institución en el gran marco de la reforma del Estado es una condición ineludible y el sindicato tiene que tener un proyecto en ese sentido.
"Pero para eso necesita tener que revisar en su interior, el sindicato tiene que mirar hacía adentro y tiene que saber que fue lo que falló para procesar esta reforma de cambio. Tenemos formas muy atrasadas de decisión, tenemos maneras de hacer política que no son maneras modernas de definir ni de tomar acuerdos.
"Lo que refleja el fracaso de esta política del RJP también tiene que ver con eso, o sea, un fracaso en las formas de organización y de decisión de la organización, es decir, refleja la crisis sindical que tenemos enfrente.
"Hay dos instrumentos, o dos instancias propias en este mundo neoliberal que están haciendo crisis: los partidos políticos como instituciones, y los sindicatos; dos figuras prototípicas del Estado de Derecho. Si el sindicato se mantiene como la figura vieja de la representación delegada y usurpada de los trabajadores no tiene alternativa alguna.
"Se necesita iniciar la demanda de avanzar en la democratización sindical, la siguiente etapa ante el desgaste de estas formas de representación va a significar que los trabajadores eleven como demanda el asunto de la democracia como una condición sine quanon para que se supere; si eso no se hace, muy difícilmente vamos a salir de la crisis sindical en la que estamos.
"La crisis en la que estamos no tiene que ver con las personas, sino con los mecanismos de definición, nuestros moldes de lograr acuerdos y de enfrentar los conflictos están agotados, nos están haciendo agua los problemas sindicales, y en este momento para poder salir airosos no solamente tenemos que tejer una alianza hacía el exterior, sino mirar hacía adentro y plantear un mecanismo de reforma sindical importante.
"Si no se hace de esta manera, se va a querer resolver la crisis sindical al viejo estilo, al estilo de quitar a unos y poner a otros creyendo con ello resolver el problema sindical de la organización. Mucha gente viene moviéndose a partir del parteaguas del 89 y no estamos en el 89, estamos en el 2004. La gente ha avanzado en educación cívica, en conocimientos, en información, en participación, es diferente de la gente que participó en el 89.
"La forma de resolver el conflicto va más allá y tiene que ver con empezar a discutir los puntos de la democracia sindical".

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