Por Yovana Alamilla
Twitter: @yovainila
Y de repente te descubres siendo aquello que jamás quisiste ser, aquello que más criticabas. Y te desconoces. Y se te eriza la piel porque de alguna forma, por una extraña razón, te sientes bien.
«Dicen que lo que te choca te checa», le dije a un amigo. «¡No decías que ese tipo de relaciones era degradante? ¡Hasta tú decías que era mejor estar sola!, respondió él.
Sí, sí, sí a todos. Porque siempre me pareció mejor estar sola, porque nunca me había visto así, porque a veces ni yo me reconozco, porque después de que se va casi siempre me da cruda moral, porque constantemente tengo esta lucha interna para determinar si está bien o no, porque tal vez todos tengan razón, sí.
«¿Qué más puedo hacer? Si ustedes estuvieran en mi situación harían lo mismo», pienso; me consuelo. Y tal vez es cierto.
Yo no busqué esto, aunque sí lo acepté. Sé que no es del todo correcto, pero sigo ahí. Y es que como en todo siempre ha habido momentos buenos y malos. Y quizá haya más buenos. Y quizá por eso no he querido irme.
Inconscientemente todos buscamos a alguien que nos haga felices porque siempre pensamos que encontraremos allá afuera lo que no tenemos acá adentro. Porque sería bien fácil salir de situaciones en las que el amor es la antítesis de lo que se nos presenta en las comedias románticas y, quizá sí: estar solos con tal de no conformarnos con lo que hay –porque sabes que no puede haber más–, si tienes un equilibrio en tu interior, pero si no es así, es complicado. Bien complicado. Muy.
En cualquier caso, ahora sé que es muy fácil decirle al otro qué debe de hacer y trazarle el camino del bien, pero cuando te toca vivirlo, entonces se te olvida todo y eres la primera en echar todos tus consejos a la basura. Porque seamos sinceros: si ustedes supieran que hay alguien que los hace sentir muy bien emocionalmente, que los hace dar siempre lo mejor de ustedes, y que por si fuera poco, la química estando juntos es increíble ¿pensarían en los para siempres? ¿No estarían dispuestos, solamente, a dejarse llevar? Pregunto, pregúntense.