Sumido en la depresión, Roberto Javier Vega y Galina, depuesto secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), espera, tras su estrepitoso fracaso por alcanzar una senaduría por el PRD, el término de sus días al frente del gremio.
De acuerdo con fuentes sindicales consultadas por Imagen Médica, la situación del sindicato es más delicada que la atrofia mental de su líder, pues ante la inminencia de la sucesión, Vega y Galina se encuentra “acosado”, sin margen de maniobra, por un poderoso grupo de intereses que intentan apoderarse del gremio, para desde ahí, cimentar una estructura con miras a la expansión de negocios ilícitos, como el lavado de dinero y el narcotráfico.
Pero según información de fuentes policiacas, y luego de la publicación sobre los presuntos vínculos que con el narcotráfico sostendría Valdemar Gutiérrez Fragoso -secretario del Interior y puntero visible en suceder a Vega; SNTSS, contacto con el narco 3 de abril de 2006-, se presume que “la mafia” en torno a él “cerró filas”, y se desprende que no existe tal acoso sobre Vega, sino un descarado “pacto de unidad” y de complicidad acorde con el modus operandi de la delincuencia organizada.
Tras conocerse en este medio la detención de Ariel Gutiérrez Botello en España, con cerca de un kilo de cocaína en cápsulas en su estómago, Gutiérrez Fragoso trató de minimizar el hecho, “lo que haga mi hijo no es mi bronca”, así de sencillo se “zafó”. Sin embargo, se sabe que la delicadeza del asunto ha causado investigaciones de la agencia estadunidense para la lucha contra las drogas (DEA), sobre miembros del Comité Ejecutivo Nacional del sindicato, pues como en muchos casos relacionados con narcóticos, los “gringos” siempre se adelantan a las autoridades mexicanas.
Aunque Fernando Flores Pérez, director general del IMSS, se ha mantenido al margen de la sucesión sindical, se sabe que ha deslizado y hecho sentir su repudio hacia el candidato ideal de Vega y Galina.
La bronca del hijo
Según documentos con logo del Ministerio del Interior de España, -copias en poder de Imagen Médica-, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía del Puesto Fronterizo del aeropuerto de Madrid-Barajas detuvieron al hijo de Valdemar el 14 de septiembre de 2005.
Reza textual la parte medular del documento: “Ariel GUTIÉRREZ BOTELLO, con número de pasaporte mexicano 03340019521 expedido el 09.07.2003 y con caducidad 09.07.2008, país de nacionalidad México, nacido el día 15.10.1984 en México D.F. (México), hijo de Valdemar y Leticia, domiciliado en la calle Manizales número 754 en la Colonia Lina Vista de México D.F. (México).
“Tras realizarle al reseñado una radiografía de rayos X, a la que voluntariamente accede, en la que se puede apreciar la existencia de cuerpos extraños alojados en el interior de su organismo pudiendo tratarse de bolas de COCAÍNA, manifestando acto seguido el pasajero, de forma voluntaria, que efectivamente, había ingerido un número indeterminado de cápsulas de COCAÍNA”.
“El detenido es trasladado al hospital “Gregorio Marañón” de Madrid, quedando ingresado en la Planta de Custodias del referido Centro Hospitalario a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de los de Madrid”.
“Ariel GUTIÉRREZ BOTELLO, en el momento de su detención provenía del vuelo de la compañía aérea “Aero México”, número AM-01, con número de billete de vuelo 13900672181484, siendo el itinerario México-Madrid-Roma-Madrid-México”.
Y cierra el documento elaborado por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de España, dependiente del Ministerio del Interior: “Se significa que -Ariel- manifestó antes de su detención, que se dirigía a Roma, donde iba a pasar unos días de vacaciones”.
Otros documentos que acompañan a la ficha policiaca contienen la reseña fotográfica y dactilar del presunto narco, así como copias fotostáticas de su solicitud de pasaporte y acta de nacimiento.
De acuerdo con registros del IMSS el hijo de Valdemar se encontraba de vacaciones de manera permanente, es decir, “comisionado” por el sindicato. Ariel Gutiérrez Botello, con matrícula 99383339, tiene categoría “Aux, Univ de Oficinas 80” con una plaza “Operativa Base”, con salario base de $1,471.59 pesos y “SMI de $4,677.64 pesos”. Valdemar Gutiérrez Botello, su hermano, goza exactamente de las mismas prerrogativas.
El arte de la extorsión
En junio último, la Procuraduría General de la República (PGR) recibió formal denuncia de hechos en contra de Valdemar Gutiérrez Fragoso, que presume de haber sellado el pacto sucesorio con Vega y Galina el lunes último, y quien amenaza que de no ser destapado “se irá por la libre”, pues asegura tener cuando menos el apoyo de 27 secretarios generales seccionales -algunos de ellos bajo sospecha de ilícitos- de los 37 que tiene la organización sindical.
Y es que el médico Magdaleno Jaime Mejía denunció hechos probablemente constitutivos de delito cometidos en su agravio por Gutiérrez Fragoso, ni más ni menos. De la denuncia se desprende que Jaime Mejía comenzó a recibir descuentos vía nómina, por parte de su patrón, el IMSS, en diversos de los conceptos que integran su salario total.
Ante lo que consideró injusto, en agosto de 2004 acudió con Gutiérrez Fragoso, quien de acuerdo con el Estatuto que rige al sindicato, “tiene la facultad de interceder con el patrón para corregir esos acontecimientos administrativos y la ausencia de pagos a la nómina”.
En aquel tiempo recibió respuesta de Valdemar, “esto es un problema administrativo, voy a solicitar que me brinden el apoyo, no te preocupes, yo te voy a ayudar…, yo te llamo luego”, le dijo.
Pasaron cuatro meses y nada sucedía, en diciembre de ese año acudió de nuevo con Valdemar, quien no se encontraba en su oficina; en su lugar se encontraba uno de sus asistentes, que recibió la petición por escrito a Jaime Mejía y le advirtió: “pues le voy a recibir la carta, pero mejor vaya buscando a donde irse, porque el doctor ni caso les hace”, y remató: “nada más ve las cartas y las tira a la basura”.
En enero de 2005, Jaime Mejía optó por buscar ayuda en el jurídico de la sección XXXII del sindicato, que lidera Oscar Arredondo. Ahí, el abogado Rubén Martínez Tostado le preparó la demanda que se presentó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, que luego fue radicada en la Junta Especial Nueve Bis, bajo el expediente 231/05, misma que hasta la fecha, se encuentra congelada.
Tras presentar la denuncia, el médico de nuevo se presentó con Valdemar, quien lo recibió alterado, “tú tienes la culpa de todo, ¿cómo se te ocurrió ir a meter demanda?, ¡esas son chingaderas! ¿Quién te crees que eres para saltarte las trancas?, ¡vete a la chingada y a ver cómo le haces para explicarle al delegado dónde estuviste todo este tiempo!”, le espetó.
Por si fuera poco, Valdemar habría girado instrucciones para que Jaime Mejía no tomara un curso de adiestramiento en cirugía de columna, que ya le había autorizado el jefe del Hospital de Traumatología al que está adscrito.
Pasó el tiempo, y el 4 de abril de este año, Jaime Mejía acudió de nuevo con Valdemar, esta vez, acompañado de Mario Martínez Zamora y Víctor Lomelí González. Luego de solicitar a Valdemar la agilización de su demanda, este le refirió: “mira Magdaleno, tú tienes problemas de a gratis, aquí se trata de que tú puedes regresar a trabajar mañana, pero me tienes que dar tu sueldo de los primeros seis meses…”.
No fue todo en el brutal acto de extorsión, pues Jaime Mejía todavía escuchó: “… lo que no te pagaron -el IMSS-, ahí muere… piénsale, porque si no, te vas a tardar cinco o seis años y quien sabe si regreses. ¡Si no hay dinero, ni creas que de a gratis voy a decir que has estado en el sindicato!”.
Versiones de trabajadores sindicalizados hacen suponer que son cientos de casos los que sufren descuentos y falta de pagos de salarios completos de parte del patrón IMSS, sin que el titular de la Secretaría del Interior realice su trabajo sin mediar la extorsión. Muchos han escuchado las palabras de Valdemar, “si rajas que te ando pidiendo dinero, de mi cuenta corre que no vas a regresar a trabajar”.