Nota de la Redacción: A solicitud de nuestros lectores Imagen Médica reproduce, íntegro, el artículo del doctor Gustavo Leal Fernández que se publicó el periódico La Jornada, el sábado 29 de julio pasado.
Pero Fernando Flores ya contrató a Reyes Heroles Gustavo Leal F.*
Designado “director” del IMSS en octubre de 2005, finalmente, Flores optó por no fincar responsabilidades a la más incompetente y corrupta administración en la historia de esta noble institución: la que encabezara Santiago Levy. Sin haberse deslindado de ella; sin disculparse con los trabajadores por los insultos que les profirió, ni renunciar a cobrar el insultante salario que el propio Levy se autoasignó (213 mil pesos mensuales), Flores optó por no transparentar las presuntas irregularidades de la élite-Levy en -al menos- las siguientes áreas: bienes informáticos, obras, abasto, ingresos e UMAES. Pero, eso sí, pronto contrató a Transparencia Mexicana de Federico Reyes Heroles -que mucho “sabe” del IMSS- para que le “verifique” los resultados de los programas institucionales, en “particular” el del nivel de surtimiento de medicamentos. ¿Cobrando cuánto? Diez meses después, Flores tampoco había cumplido su oferta del remoto ¡18 de octubre! (2005), de acuerdo a la cual en “15 días” presentaría un magno “proyecto de ingeniería financiera”, pero sí había sumado otra grave ambigüedad a su más que jabonosa “gestión”. En cuanto cayó Levy, Frenk remitió al Instituto a sus abogados para que “negociaran” la incorporación del Programa IMSS-Oportunidades al fraudulento “Seguro” “Popular”, El Programa proporciona servicios integrales a pobladores de zonas rurales marginadas sin acceso regular a la atención. Se dice, incluso, que el propio Fox habría “girado” instrucciones para que, antes del proceso electoral, “toda” la población abierta atendida por instituciones públicas se “convirtiera” al impopular segurito. Ya en enero pasado, teniendo a Fox de testigo, el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, “agradeció” a Frenk y Flores la firma de un acuerdo SSA-IMSS para “que en las comunidades donde opera IMSS-Oportunidades, se afiliara a la población al Seguro Popular para que reciban todos sus beneficios, incluidos los medicamentos. Con ello se inyectarán recursos económicos frescos al IMSS-Oportunidades”. ¿Porqué les interesaba tanto éste programa a Fox y Frenk? Tal vez por que está presente en 17 estados: Baja California, Campeche, Coahuila, Chiapas, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, donde atiende 10.6 millones de mexicanos, (3.6 millones son indígenas y 1.2 millones de familias beneficiarias de Oportunidades). Cuenta, además, con 3 mil 540 unidades médicas rurales y 69 hospitales, así como con 225 equipos de salud itinerantes en localidades menores de 500 habitantes (micro regiones). Tal vez justamente por ello, Flores aceptó también firmar un convenio de colaboración interinstitucional SSA-IMSS, a través del Seguro Popular y el Programa IMSS-Oportunidades, para asegurar servicios médicos (de primer y segundo nivel en unidades y hospitales rurales con suministro de medicamentos) a las familias, que pertenecen a los 50 municipios con menor índice de desarrollo social (Chiapas, Durango, Nayarit, Oaxaca, Puebla y Veracruz) determinados por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Y para tan noble propósito, por aquellos días, Frenk podía contar en el IMSS con el panista Sergio Salazar -titular de la monumental Dirección de Administración y Evaluación Delegacional- así como con el Dr. Onofre Muñoz, director de Prestaciones Médicas, ambos empeñados en favorecer desde el Instituto los afanes presidenciales de Felipe Calderón. En la firma de estos convenios, Flores fue directamente asistido por Onofre Muñoz, bajo cuya “responsabilidad” fue “integrado” el Programa IMSS-Oportunidades en la “compactación” institucional derivada de la caída de Levy (27/10/05). El Dr. Muñoz aún debe informar cómo “fusionó” los recursos federales que animan a IMSS-Oportunidades con la cuotas obrero-patronales que financian las prestaciones médicas del Seguro de Enfermedad y Maternidad (Régimen Ordinario), sirviéndose de esa anómala “integración” que autorizó el “director” del Instituto Fernando Flores. Porque tal y como establece la Ley del Seguro Social, de Presupuesto, Contabilidad y Gasto Público Federal, Lineamientos Anuales del Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación y la Norma de Disposiciones Presupuestarias del IMSS, los recursos que se asignan al Programa IMSS Oportunidades constituyen un subsidio federal, por lo que su ejercicio y control debe cumplir con lo estipulado en ese Decreto de Egresos de la Federación. Y en los Lineamientos consta claramente que “el IMSS es el responsable del ejercicio de los recursos del Programa por lo que administra y contabiliza separada y pormenorizadamente los fondos para la operación del Programa IMSS-Oportunidades” (DOF, 8.3.2005). Así que sólo habrá que aguardar el Informe sobre Rendición de Cuentas de la Administración Pública Federal 2000-2006 del IMSS para, entonces, evaluar -si sólo en lo que toca al rubro “Recursos Federales”-, el Dr. Onofre Muñoz debiera ser eventualmente sancionado. Pero frente a este cuadro de francas irregularidades solapadas, Fernando Flores se ha contentado con inaugurar alegremente hospitales “digitales” a medio terminar y con equipo prestado -como el que “puso en marcha”, al lado de un electoralmente desbocado Fox, en Lagos de Moreno el 26 de mayo- y “presumir” en Nuevo León, nuevamente junto con Fox, que la atención médica ambulatoria “es una realidad” (11.7.06). Talvez, ni en sus peores noches de insomnio, Flores imaginó siquiera que podría pasar a la historia en la doble condición de presunto encubridor de la élite-Levy y simultáneo promotor del más sonoro fraude sanitario de los tiempos recientes: el Seguro Popular. Y todo, sólo para mal arrastrar durante 14 meses, la deslavada etiqueta de “director” foxista del IMSS. Pronto, muy pronto deberá rendir cuentas ante el nuevo gobierno, resultante del inevitable recuento.
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* Universidad Autónoma Metropolitana – Xochimilco
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