Por Karen Cervantes
Twitter: @karencitoww
—¿Para siempre?
—No, lo siento.
Sería injusto prometerse tanto.
Solo por esta noche,
pero si me conoces sabrás que mis noches
son largas”.
—Andrés Caicedo
Normalmente vamos por la vida prometiendo cosas que no podremos cumplir.
Siempre.
Coincidiremos en otra vida, lo prometo.
Nada cambiará.
Para toda la vida.
Los seres humanos somos tan cambiantes y nos transformamos tan rápidamente que hay momentos en que simplemente nada, nada nos es suficiente, todo es tan desechable. En nuestro mundo el significado de “para siempre” ha cambiado por “mientras tanto”. En un momento, en un segundo podemos perderlo todo, estamos dispuestos a sacrificar lo que tenemos y sobretodo, lo que somos, por un arranque, por un momento, por un sentimiento.
Lo peor de prometer una eternidad es saber que mientes desde el principio, todavía peor: nos mentimos a nosotros mismos. Es negación, es aminorar la pesadumbre por sentir y saber que nada dura para siempre.
Tan cruel y tan hermoso puede llegar a ser que la vida esté llena de dos cosas: finales e inicios; y estos tiene una relación autodestructiva y codependiente pues no puede existir uno sin el otro.
Inicio: incertidumbre, nuevo, excitación, adrenalina, miedo, días soleados, expectativa, medias sonrisas.
Final: Alivio, dolor, olvido, lágrimas, noches, silencio, adiós, medias sonrisas.
He pensado que idealizar otras vidas es un gran alivio para nuestras derrotas y nuestros fracasos, pensamos que si ahora no tenemos la oportunidad de hacer algo, ser algo, vivir algo, cuando reencarnemos en un ser más fuerte, más valiente, menos prejuicioso y cobarde podremos conseguir los sueños que teníamos cuando éramos niños pero ¿qué pasaría es esta es “la otra vida”? ¿Qué pasaría si en verdad nos encontramos de nuevo?
¿Si supieras que esta es la nueva oportunidad que tanto esperabas, ahora sí te arriesgarías, ahora si dirías por fin que sí?
Me atrevo a hablar en plural porque creo que es algo compartido, y el que esté libre de estos pensamientos que tire la primera piedra.