Por: Daniel Payares
Twitter: @Errordematrix
La libertad es ese concepto utópico que habla de infinitas posibilidades enmarcadas en grandes cargos de conciencia. La conciencia no es algo que se nos da al nacer, se va desarrollando a medida que crecemos. En parte ayuda a mantener cierto orden en el caos que son las sociedades, pero nos hace sacrificar mucho de lo que somos como especie. ¿Qué sería del mundo si todos hiciéramos lo que nos viene en gana? Supongo que la conciencia es mitad voluntad y mitad temor; temor a las consecuencias de nuestras acciones en el entorno que nos rodea, y temor al efecto que podríamos producir en nosotros mismos si descubriéramos el poder absoluto que da el disociarse completamente.
Los disociados están mal vistos por la sociedad porque son una minoría; un error de cálculo en la creación de humanos en serie. Ellos no lo ven así. Nadie es más feliz que esa persona que vuela aviones de papel viviendo en carne propia lo que sienten sus pilotos imaginarios, hasta que se estrellan sacrificando sus vidas para salvar a una nación; la nación son ellos mismos.
La libertad no sabe a nada porque desde mucho antes de nacer nos acostumbramos a gritar bajo el agua donde nadie nos escucha.