Por Katherine Aguirre
Twitter: @kath_af

 

Una noche el pasado entró por mi puerta,

se sentó en la sala apoyando los pies sobre la mesa

mientras aspiraba de su cigarro con total delicadeza

y empezaba a hablar de todo lo que no quiso contar jamás.

 

Verdades simples y otras impactantes,

mentiras encerradas bajo llave,

historias con detalles inimaginables,

cada una de ellas narradas con sutileza

logrando revivir los escenarios, los sentimientos y las letras.

 

Su presencia absorbía el alma con cada mirada.

Era como ver en un espejo el reflejo de todo lo olvidado,

lleno de recuerdos se mantenía intacto,

lucía igual que antes como si el tiempo no pudiera tocarlo.

 

Pasado feliz, pasado dulcemente amargo.

Estaba trayéndome de vuelta todo lo que de él había evitado

para verlo con otros ojos, para poder perdonarlo,

para llegar a amarlo de nuevo como lo hice en un pasado.

 

 

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