Por Karen Cervantes
Twitter: @karencitoww
Género: Drama
Director: Jason Reitman
Reparto: Kate Winslet, Josh Brolin, Gattlin Griffith, Tobey Maguire, Clark Gregg, James Van Der Beek, Brooke Smith.
País y año: Estados Unidos, 2014.
Duración: 111 minutos.
Clasificación: B
Opinión: Magnánima – Buena – Entretenida – No estuvo tan mal – No tuve opción
Basada en la novela “Labor Day”, narran la historia familiar de Adele (Kate Winslet) y su hijo adolescente Henry (Gattlin Griffith).
Después de su divorcio, Adele cae en una fuerte depresión que le ha sido muy complicada de superar, mientras que Henry lucha con las dificultades de la adolescencia y trabaja muy duro por ocupar el papel de “hombre de la casa” ante la ausencia de su padre.
La vida de ambos toma un giro inesperado cuando un día conocen a Frank (Josh Brolin), un fugitivo de la ley. A través de Frank, madre e hijo encontrarán un nuevo rumbo en sus caminos.
Sí, sí, la trama suena poco prometedora y sin posibilidad alguna para sorprender al espectador, pero la combinación de elementos que se presentan en la historia hacen que se vuelva interesante, emocional y con una muy buena evolución de los personajes.
Me sorprendió gratamente cómo en muy pocos escenarios pudo crearse la ambientación para el correcto desarrollo de la película: no necesitaron de más y cada uno de los lugares emana la esencia de la trama, además la ambientación ochentera le da un toque muy especial que nos remonta a esa década que tantas cosas le dejó al mundo.
Los personajes nos ofrecen gran riqueza en sus personalidades, un combo prometedor: fortaleza, soledad, madurez, lucha. Podemos ver la evolución de cada uno de ellos y esto gracias las segundas oportunidades que se les presentan. Como lección nos deja buscar la felicidad en cualquier rincón remoto de este universo.
Muchos de los personajes aparecen brevemente en la historia, pero cada uno de ellos es perfectamente aprovechado, llegan a ser fundamentales para el desarrollo de la trama y cumplen con el propósito dentro de la misma, pues sin ellos la cinta pudo haber sido poco creíble y no se hubieran presentado los momentos de tensión que son básicos para que el público se mantenga al borde del asiento y especule las posibles soluciones a las situaciones cardiacas que se viven.
Si pudiera cambiarle el título a la película sería “En el lugar y tiempo precisos”, seguramente sería un mejor título del que fue dado en México.
Seremos testigos de grandes actuaciones y de una obra que se percibe realizada con mucho amor. Claro está que no es para todos los gustos, pero sin duda será un buen momento dominguero y siempre se agradece un trabajo de calidad, buena historia y guion.
Rescato de la película la siguiente lección: creer en las sensaciones que llegan relampagueando de manera inesperada, aprovecharlas al máximo porque no sabemos cuándo terminarán y, sobre todo, luchar por lo que queremos.
Lo que jamás pasó desapercibido:
– La química entre Winslet y Brolin.
– Esta es, sin duda, una de las mejores actuaciones de Winslet.
– La escena cuando cocinan el pastel.
– ¿Todo bien con que el convicto parezca el hombre que toda mujer desearía?