Evidencia para las políticas
2000: el año del cambio
Cuatro declaraciones folklóricas del candidato Fox
Gustavo Leal F.*
Parte XVIII
En 1999 advertí1 que:
“al parecer, Fox no pierde oportunidad de quedarse callado: aturde y genera ‘fatiga auditiva’. Es claro el contraste entre las simplificadoras maneras que emplea para dirigirse a auditorios masivos, con aquello que demanda el tratamiento mínimo de los problemas asociados a la función gobierno, ante la que afirma: ‘no, si la chamba no es sencilla'”.
Las siguientes tres opiniones relacionadas con la salud y la seguridad social documentan el nivel de seriedad de las “propuestas” que, entonces, “comunicó”.
Primera. En reunión con mujeres “explicó que su estrategia de Gobierno era concluir el sexenio con salud para todos. Será como un sistema de Domino´s Pizza: no habrá una sola familia que no tenga a media hora de su casa una clínica de salud”.
Lamentablemente, ese mismo año, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reconoció que “existen 30 mil núcleos agrarios (27 mil ejidos, 2 mil comunidades y cerca de mil colonias agropecuarias) donde habita alrededor del 27% de la población total del país”. ¿Llegará ahí Domino´s Pizza?
Segunda. Ante empresarios farmaceúticos, delineó cuatro condiciones para la privatización de empresas públicas: que el Estado “salga ganando en su ingreso permanente”; que el consumidor “salga beneficiado con la reducción de precios, como ha ocurrido en otros países”; que los trabajadores “no salgan raspados” y que incluso puedan convertirse en accionistas de esas “nuevas empresas transferidas”; que tenga “sentido social”.
Esclaro que, bajo esta lógica estrecha, instituciones como el IMSS o el ISSSTE, caerían arrolladas en aras de un micro gerencialismo rentabilista “probado” en Guanajuato.
Pero Fox aseguró, también, que “en su proyecto político y económico no es indispensable ni necesaria la privatización. De llegar a Los Pinos promoverá plebiscitos o referéndums para determinar qué empresas pudiesen ser suceptibles de pasar a manos de la iniciativa privada y aclaró, si no es favorable a la opinión pública, como no lo es ahorita, no va a haber modo de realizar una privatización. Más vale que se formen consensos para que resulte positiva una transferencia al sector privado”.
Cabe preguntar: si fuera el caso, ¿entregará al Dr.Soberón y a la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud) el proyecto de “privatización” de los servicios de salud?
Tercera. De paso por Jalapa, Fox afirmó que “la labor del IMSS debió ser la de proteger el ahorro de todos los mexicanos porque ahí estuvimos poniendo nuestro dinero para planes de jubilación. ¿Dónde quedó ese dinero? La mitad la quemó el propio IMSS, quebró y ahora nos quejamos del rescate de Fobaproa. ¿Saben lo que va a costar el rescate del IMSS? Esto quedó muy ocultito por allá adentro, porque ahí no había banqueros que culpar, ahí era el propio gobierno el mal administrador. El IMSS nos cuesta cada año dos o tres puntos del Producto Interno Bruto, una verdadera fortuna que estamos pagando. Ofrece sus servicios con el dinero que nos quitan de la nómina a cada uno de los que trabajamos, pero quién es el chicho que puede llegar ahí y exigirle a un médico buen trato o poderlo demandar cuando hay mala práctica o cuando matan a algunos de nuestros familiares”.
No hay duda de que, en su tiempo, Fox cubrió el escándalo Fobaproa, que él y su partido transmutaron -en corresponsabilidad directa con el PRI- en IPAB. La diferencia es que contra los “dos o tres puntos” que, dice, costó el “rescate” del IMSS, los pasivos del IPAB se reducirán en términos porcentuales con relación al PIB, pasando de casi 15% anual en 1999 a poco menos de 9% en el 2010!!
Eso no es todo. La gran duda es si Fox será capaz de convertir su microvisión de la empresa-nómina en una visión agregada del fenómeno económico; si será capaz de alcanzar una visión, digamos media, de estadista. Por ejemplo, ¿qué propone específicamente para mejorar la atención de los usuarios y pacientes del IMSS?; ¿duplicará los salarios médicos para que el chicho quede satisfecho y no demande al empobrecido galeno?
Cuarta. Luego, en Coatepec, donde cafeticultores se quejaron de las nuevas cuotas que como trabajadores temporales pagan al IMSS, ofreció “fortalecer la seguridad social con esquemas de mayor eficiencia y calidad en los servicios de salud”.
¿Cómo? Pues sencillamente “para el sureste, prometemos darle un empujón para que salga adelante con el programa que eliminaría el Impuesto Sobre la Renta de 5 a 10 años, para que empresas generadoras de empleo vengan a instalarse en la región”. Ciertamente, se trata de un asunto mucho muy sanitario.
Colofón. ¿Qué son todas estas opiniones? Claudia Sánchez Velasco, estudiante de Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey, cara a cara le manifestó a Fox “su inquietud por la semejanza que guarda con el folklore y Jorge Negrete”. Inicialmente halagado, Fox fue perdiendo la sonrisa cuando le aclaró que, ella veía esa semejanza “con los ídolos de antaño y especialmente, con la figura el macho mexicano”.
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
1 La Jornada, 27 de noviembre