Por Valentín Cardona

Con Enrique Peña Nieto, José Narro Robles representó en la Secretaría de Salud (SS) una de las corrientes de dinosaurios priistas más corruptos y sinvergüenzas de la historia, su falta de compromiso con los mexicanos y su desaforado afán de atraer reflectores llevaron a los servicios de salud federales y estatales a los niveles de desabasto y falta de atención médica más miserables de la historia del país aunque en la realidad, también contaron con presupuestos para la salud gigantescos e “históricos” que prácticamente se esfumaron.

Con la mira puesta en ganar a como diera lugar las elecciones del pasado 6 de julio, el gobierno federal dio manga ancha a toda la administración pública federal y a los gobernadores de los estados para que desviaran recursos destinados a la salud para la compra de votos, eso sin contar la desmedida corrupción con la que se operan y se han gastado los multimillonarios recursos destinados al llamado seguro popular.

Hombre de contradicciones y de conveniencias, Narro Robles acudió días después de las elecciones a San Luis Potosí, en julio y sin merecerlo, el gobernador le regaló una “condecoración”.
Ahí, Narro soltó todavía con el rostro desfigurado por la aplastante victoria de López Obrador: “el
servicio al pueblo a través del ejercicio de la política exige honestidad, congruencia, solidaridad, lealtad, visión de Estado y compromiso con las necesidades de la mayoría”.

En efecto, puras patrañas cuando en Oaxaca, por ejemplo, es común ver mantas en clínicas, hospitales y centros de salud con las leyendas “trabajamos bajo protesta”, “no tenemos insumos”, “el seguro popular es un fraude”. Y mientras Narro se hace de la vista gorda, el gobernador Alejandro Murat se pasa por el arco del triunfo estos reclamos y como sea sigue viviendo su vida de rey y de gran señor feudal que le heredó su padre, José Murat, quien también gobernó el estado y lo dejó prácticamente pelón.

En Guerrero, otro ejemplo de corrupción desmedida, los recursos del seguro popular son repartidos entre funcionarios y el gobernador Hector Astudillo, quien apadrina sospechosos contratos de comodato –de equipo médico dentro de los hospitales del sector- a cambio de sus jugosas regalías, a pesar de que las mismas leyes y códigos estatales prohíben que funcionarios públicos hagan las veces de empresarios y se beneficien con los recursos públicos que deben ser aplicados al beneficio del pueblo.

Ante la prensa, para Narro se debe “intensificar el combate a los verdaderos enemigos de México: la pobreza, enfermedad, ignorancia, desigualdad, violencia, injusticia, corrupción, impunidad y al desapego al Estado de Derecho”. Pero ante la realidad, Narro Robles desdeñó y protegió la corrupción en Guerrero, Oaxaca y la mayoría de los estados del país, pues dijo ante reclamos de su sospechosa actitud, que “los gobiernos estatales son los responsables de esos recursos y la federación nada puede hacer”.

Peña Nieto destinó comoi dos billones de pesos al sector salud en su administración, de los cuales, casi 1.5 billones fueron “transferidos” a los estados. La mayoría de los recursos, que básicamente se transfieren al seguro popular, son utilizados casi en todo, menos al objetivo principal: la salud de los mexicanos.
Perteneciente a la misma mafia y del mismo tipo de calaña política, no se podían esperar otras declaraciones. Fallan dice Narro, “quienes sostienen que no se ha progresado”.

LOS ÚLTIMOS DÍAS DE NARRO

Un recuento de las actividades de Narro Robles desde que su partido perdió el poder el 6 de julio, muestran la devastación en materia de salud que habrá de enfrentar Jorge Carlos Alcocer Varela, quien se vislumbra como el secretario de Salud lopezobradorista.

Con Peña Nieto no solo creció desmesuradamente la corrupción, sin duda el mayor riesgo en la actualidad, también crecieron casi al doble el número de mexicanos de todas las edades adictos a alguna droga según el Conadic, los estudiantes desde primaria hasta preparatoria, son “los más vulnerables ante este flagelo”. Peña y Narro dejan una herencia de unos 10 millones de drogadictos.

Narro perdió el tiempo también visitando algunos pueblos de Nayarit y Sinaloa devastados por el huracán “Willa”, fue a pasear y “coordinar” los estragos del desastre.

En materia de riesgos sanitarios el país está sumido en el ostracismo, nada pasa, “todo está bien”, pero no les preguntan a las familias que han quedado desamparadas por la incontrolable oleada de “vectores”, que causan “bajas”, por dengue clásicos y hemorrágicos en las vastas zonas tropicales del país. “No hay presupuesto para fumigaciones”, dicen. Casos de rabia que no se reportan, y una epidemia de tuberculosis que crece y afecta a cientos de miles de mexicanos.

Cosa aparte es el pago indebido que mensualmente se eroga a los prestadores de servicios privados que operan los hospitales de alta especialidad con inversiones públicas, sin importar que no cumplan sus obligaciones, la connivencia con los directores y personal de la secretaría hace que se oculten millonarios fraudes en detrimento de la calidad de los servicios que se ofrecen al público.

De miedo son las cifras que se estilan en salud en inauguraciones de instalaciones y equipos médicos “únicos en Latinoamérica”. En el Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición, se gastaron 130 millones de pesos en dos equipos médicos, uno de tomografía y el segundo de hemodinamia, la justificación para ocultar lo que apesta a podrido fue: “son equipos únicos en Latinoamérica”.

En Valle de Chalco, en el estado de México, se gastaron 300 millones en un hospital siquiátrico y eso que nada más se trató de una “remodelación y ampliación”. “Dr Samuel Ramírez Moreno” se llama el costoso hospital que debe estar a todo lujo.

Otros 131 millones de pesos dicen que se gastaron en León, Guanajuato en el hospital comunitario nombrado “Las Joyas”, adulado por el gobernador guanajuatense, Narro Robles también se soltó en halagos.

Para la glosa del último informe de actividades de Peña Nieto, Narro Robles acudió al Congreso de la Unión a dar su versión, el país sumido en el desastre, en el desabasto, en la corrupción, en la falta oportuna de servicios médicos de calidad, en la falta de médicos y personal de salud, en el que hay decenas de clínicas y hospitales “nuevos” abandonados, fue transformado en un santiamén en un país de primer mundo, ejemplo de crecimiento y de servicios médicos de excelencia…

Tal vez por ese México que sólo existe en la cobarde imaginación de Narro Robles, el Hospital de Jesús regaló a Narro la medalla “Hernán Cortés”, en honor al conquistador que trajo devastación al país hace casi 700 años y por lo cual se le rinde tributo. Pero la “medalla” no fue gratuita, costó 5 millones de pesos de los mexicanos más necesitados para que se la colgaran al cuello a Narro Robles. Sí!, Narro donó esos recursos de la Secretaría porque le sobran los billetes.

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