Vivir de milagro
Toscano Velasco anuncia campaña contra la publicidad engañosa
Valentín Cardona
3 de junio de 2008
El comisionado federal de la Cofepris, Miguel Ángel Toscano Velasco, ha sido de los pocos panistas que enfrentó a Julio Frenk Mora, turbio secretario de Salud del foxismo, por la oscura firma de un “convenio” con la industria tabacalera que exentó del pago de impuesto a las poderosas firmas a cambio de otorgar una limosna millonaria a la Secretaría de Salud; nunca se supo la cantidad total ni el destino preciso de esos fondos.
Fue Toscano Velasco quien como diputado federal en 2005 también acusó a varios de sus compañeros legisladores de aceptar sobornos de las tabacaleras. El asunto desató un enorme pleito mediático que terminó cuando Toscano reveló una docena de nombres de diputados panistas, priistas y perredistas, sin embargo, las tabacaleras salieron venturosas del pleito.
En 2005, José Ángel Córdova Villalobos, entonces diputado federal presidente de la Comisión de Salud y hoy secretario del ramo, lanzó duras críticas a los productores y comercializadores de “milagros”, quienes mediante publicidad engañosa incitaban e incitan al consumidor a comprar sus productos mediante agresivas y multimillonarias campañas publicitarias.
En particular, el hoy secretario de Salud encabezó la cruzada y denunció públicamente el derroche de impunidad con el que se promovían una serie de productos milagro, entre otros, algunas “porquerías” de Genomma Lab. Córdova promovió iniciativas que llegaron incluso a penalizar la publicidad engañosa y ya con el apoyo del Congreso de la Unión, a la corrupta Cofepris de entonces no le quedó de otra más que comenzar a confiscar esos productos milagrosos de todo tipo de comercios y de tiendas departamentales.
Pero algo pasó, de repente, la misma Cofepris otorgó a los comercializadores de milagros permisos para proseguir con sus ventas mediante la publicidad engañosa. En efecto, fue la Cofepris de Ernesto Enríquez Rubio.
Como un aviso para los que creyeron que mediante engaños iban a permanecer en la impunidad, el comisionado Toscano Velasco explica a Imagen Médica que no hay una definición precisa de productos milagro, sino aclara, “hay productos, incluso alimentos que generan al consumidor cualidades que no existen”. “Yo le llamaría publicidad engañosa”, refuerza.
El comisionado revela que a partir del primero de junio la Cofepris realizará un monitoreo puntual de los anuncios televisados para saber exactamente qué productos engañan, aunque aclara que “cuando la autoridad se da cuenta y mandamos retirar un anuncio de televisión, pues ya tienen en cola la producción de los siguientes tres nuevos productos y al día siguiente entra otro”.
Advirte que el tema es prioridad para la Cofepris y añade que su dependencia “se está fortaleciendo -a partir de su llegada- para vigilar tanto a los medicamentos como a los alimentos con los que se está engañando al público” incluso, agrega, algunos que pueden ser cremas que dicen tener cualidades que no tienen”.
Para reducir el consumo de medicamentos de los llamados de “libre venta”, el comisionado apela a la responsabilidad del consumidor y hace un llamado a la población para que acudan al médico y sea este quien prescriba el medicamento y vigile que el tratamiento se termine completo, ya que, explica, “cuando nos automedicamos no nos acabamos la caja porque sentimos que ya nos curamos, y la realidad es que estamos generando resistencias a cierto tipo de enfermedades”.
El que paga manda
Para el médico especialista en cirugía general y diputado federal Fernando Enrique Mayans Canabal, los productos conocidos como milagros son algo seudocientífico, pues mediante publicidad engañosa hacen al potencial consumidor un ofrecimiento que carece de comprobación científica, se basan, asegura, en las falsas promesas de los comerciales y anuncios.
El legislador y secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, indica que estos productos que exageran sus cualidades desorientan al paciente, lo que explica, provoca que las personas abandonen el tratamiento médico que siguen o que enmascaren el diagnostico de alguna enfermedad que padezcan.
Señala que el asunto es grave, porque en los comerciales aparecen federatarios públicos y recomendaciones de agrupaciones, asociaciones o colegios médicos que muchas veces ni siquiera existen. Según el diputado, la misma Cofepris reconoce que la publicidad de estos productos representa un alto riesgo sanitario por las falsas promesas que ofrecen.
Como solución, Mayans considera que de plano esta publicidad protegida por poderosos intereses económicos se debe de retirar, porque enfatiza, no pueden abusar de la ignorancia y del nivel intelectual y cultural de nuestro pueblo.
Como miembro de la Comisión de Salud, dice que si bien es cierto que la Cofepris en una época retiro del mercado estos productos milagrosos, la Cofrepris no ha cumplido con su deber puesto que los seguimos viendo todos los días en la televisión y en la radio. De igual manera asienta que la Secretaria de Salud es la responsable de orientar y capacitar a la población en materia de salud, nutrición, salud mental, salud sexual, entre otras.
Mayans achaca parte del problema a que ni los encargados de estos temas en la Secretaría y en la Cofepris tienen la voluntad de hacer cumplir la ley ni la capacidad de control y pone como ejemplo el caso de la seudoefedrina.
Explica: el problema de la pseudoefedrina es algo muy similar, aunque no es un producto milagro. Es un medicamento muy bueno y que a raíz de lo que paso con El Chino y todo este contrabando de pseudoefedrina, pues la población mexicana esta pagando la falta de control y como no la puedo controlar, pues doy la orden de que se retire del mercado y donde haya pseudoefedrina es pecado, cuando es un medicamento que necesitamos muchos pacientes. La Secretaría tiene que tener la capacidad de control de estos medicamentos.
Resume: la Secretaría y la Cofepris deben aplicar las leyes, nada más. No aplicar el dicho “el que tiene dinero paga y manda”.
Mentiras que matan
— ¿Qué riesgos existen al incurrir en la automedicación? – se pregunta al diputado
— La automedicación tiene riegos por si misma y es muy grave. Por ejemplo, hay gente que es alérgica a algún producto y lo toma porque lo ve en la televisión y se pasa a morir por un shock anafiláctico o por una cuestión alérgica. La automedicación es otra enfermedad, es algo grave, gravísimo, delicado, incluso puede enmascarar enfermedades.
Ejemplifica: ¿tiene usted agruras?, ¡tome usted omeprazol que es lo mejor! Entonces te empiezas a tomar omeprazol y no tenias agruras ni tenías ulceras ni tenías una enfermedad acido péptica; lo que tenías es un cáncer gástrico y cuando ya no te sirve el omeprazol vas al médico ¿oye que tengo, ya no me sirve esto?: ¡pues lo que tiene usted es un cáncer y cómprese usted un cajón porque ya no hay nada que hacer!
— ¿Está usted trabajando en relación a la automedicación porque es peligrosa?
— Exactamente, por eso digo que todo medicamento, todo producto debe de tener un seguimiento por un profesional en la salud y no se deben de permitir esos comerciales porque están contraviniendo la Ley de Salud, aunque sean medicinas como el omeprazol que está comprobado que es un inhibidor del sodio y potasio y que ayuda a la inhibición de ácido en el estómago; pero si tienes un cáncer y tu te lo tomas por sentir agruras…, además porque tiene efectos secundarios que afectan el PH del estómago y provocan una mayor proliferación de bacterias con incidencia en pacientes que son adultos mayores.
— Yo creo que todo esto es muy amplio y nos podríamos llevar horas de plática…
— Sí, pero hay que centrarlo. Primero, la Cofepris ha reconocido el problema pero no ha actuado, dicen que han retirado medicamentos del mercado pero nosotros vemos otra realidad, siguen apareciendo; fomentar la automedicación es un problema de salud pública que además, afecta la economía familiar.
— Eso es importante, porque el enfermo dice “no voy a pagar la consulta porque el anuncio dice que sirve para esto, y pues me lo voy a tomar”…
— Así es. Y es que hay grandes intereses, repito, en estos anuncios hay aparición de federatarios públicos, de recomendaciones de agrupaciones, asociaciones, aparecen algunos profesionales…, pero todas esas publicaciones son seudocientíficas y ponen en evidencia sus prácticas ilícitas. Presentan un mensaje publicitario como si fuera información científica, además suelen incluir testimonios de supuestos profesionales sanitarios y a los usuarios del producto: los primeros explican como funcionan y los segundos sus increíbles resultados, ¿es absurdo, no?; sí, porque se ofrece como una alternativa de los medicamentos pero más baratos y sin efectos secundarios, esto último evidentemente temerario.
Los daños que pueden ocasionar estos productos milagro son serios y especialmente en el caso de estar destinados a perder peso, se ha visto que hay un aumento impresionante de sobrepeso en la población.
El diputado perredista Mayans Canabal cierra sus comentarios no si antes advertir que en la posible solución del problema la PROFECO debería jugar un papel importante, porque explica, todo esto son prácticas engañosas que inducen al error en los comerciales y en los anuncios, y ahí la PROFECO, hasta donde yo valoro, tiene que ver. Tenemos que terminar con el empleo engañoso del término aliviar como sinónimo de curar. Cuando se alivia, se mitiga o se disminuye la enfermedad; cuando se cura, se eliminan las causas de esta.
Con información de Jani Luna González.