Gómez Bravo Topete:
El seguro popular no es malo, pero no estamos
atravesando el momento histórico para echarlo a andar


Jani Luna González

3 de febrero de 2003

Enrique Gómez Bravo Topete entró al relevo de Guillermo Ortíz Solalinde el 4 de octubre de 2002, día en que Ortíz Solalinde decidió dejar la Secretaría de Salud del Estado de México en búsqueda de una diputación federal. Gómez Bravo es originario de la capital del Estado, Toluca, y es médico cirujano con especialidad en Ginecología y Obstetricia por la Universidad Autónoma del Estado de México.
Antes, fue director del Hospital de Ginecología y Obstetricia del DIF durante seis años, y director de Servicios Médicos de la misma institución durante un año. Ha ocupado también la presidencia de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Toluca, entre otros cargos.
En entrevista, Goméz Bravo Topete cuenta que recibió la Secretaría en condiciones de “armonía”, con una plantilla de personal de cerca de 25 mil trabajadores “convencidos de que lo que se requiere en primer lugar para brindar servicios de salud es vocación”.
En su oficina, ubicada en Toluca, platica que llega de una gira con el gobernador Arturo Montiel, que tuvo por objeto la inauguración de un nuevo centro de salud, y por eso, dice convencido, “contamos con un gobernador que se ha propuesto hacer inversiones importantes en el marco de la salud”. En total, resume, el gobierno del Estado ha abierto 36 centros de salud nuevos en los 36 meses de administración.
Para velar por la salud de casi 8 millones de mexicanos que no tienen ningún régimen de seguridad social, y que están distribuidos a lo largo y ancho del Estado, Gómez Bravo explica que cuentan con casi mil centros de primer nivel de atención, 27 hospitales de segundo nivel de atención, y cinco hospitales de especialidad, de los que tres son psiquiátricos, uno es dermatológico y otro es para enfermedades crónicas.
Por ser el de México un Estado del centro del país al que acuden a solicitar atención médica personas de los estados de Morelos, Guerrero, Michoacán, Querétaro y del Distrito Federal, Gómez Bravo dice que el gobernador “se está preocupando” por incrementar el número de hospitales regionales.
Agrega que están conscientes de que la salud está enmarcada en el artículo cuarto de la Constitución y que “no podemos establecer una frontera” para no atender a la gente, independientemente del estado del que acudan, e independientemente de que cuente con alguna protección social. “Hay gente que por cercanía, que por comodidad, que por convencimiento prefieren las instalaciones del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) aunque tengan Seguro Social e ISSSTE”, sostiene confiado el secretario.

LAS DEUDAS DE LA FEDERACIÓN

Para atender de manera oportuna la demanda de servicios de salud de la población abierta, Topete explica que “se están haciendo los estudios necesarios”, para que a través de un estudio socioeconómico, la población abierta pueda ser atendida en la red hospitalaria del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym), luego de aportar una cuota de recuperación.
Agrega que también se están realizando estudios para “fortalecer” el segundo nivel de atención “con la concepción de ocho nuevos hospitales que, construidos y equipados por la iniciativa privada, funcionarían a través del esquema de arrendamiento financiero”.
Bajo el mismo esquema, plantea, “se están buscando los recursos, se está buscando la planeación adecuada para abrir otros dos hospitales de tercer nivel de atención -uno estaría ubicado en la zona del Valle de México y otro hacía el sur del Estado- que son unidades sumamente costosas”, por eso, dice, “estamos ahorita haciendo los estudios y buscando los instrumentos financieros que nos permitan aterrizarlo, ¡no es fácil!”.
¿El personal de la Secretaría, es suficiente?
— Tenemos 25 mil trabajadores, pero a pesar de esto -y ya se ha manifestado en diferentes foros, por voz propia del gobernador Montiel- la federación tiene un rezago histórico con nosotros de seis mil plazas que serían distribuidas en todos los diferentes niveles de atención y en todas las diferentes clínicas que tenemos en el estado.
Sin embargo, en la Secretaría hay gente que está consciente de su labor y de su tarea, y eficientando su actividad, hemos logrado atender a más del 90 por ciento de la población que requiere de nuestros servicios.
¿Qué tan pequeño es el presupuesto de la federación al lado de las necesidades del estado?
— Acaba de haber un incremento al presupuesto a salud que se autorizó a través de la Cámara -que incluso lo manifestó el secretario Frenk-, pero esos incrementos al presupuesto permiten pagar el capítulo 1000, que es el correspondientes a salarios y permite mantener equilibrada la operación de las diferentes unidades hospitalarias. Desafortunadamente, seguimos sin contar con presupuesto para inversión que obviamente nos ayudaría a incrementar la calidad -tecnológicamente hablando- de las unidades hospitalarias, a la par de la infraestructura.
Sin embargo, el gobierno está preocupado porque la gente se sienta atendida. Seguir inaugurando centros del primer nivel de atención no es fácil, porque no solamente implica la redistribución del personal, también implica la redistribución de presupuesto, la redistribución de medicamentos y la redistribución de tareas.
Están inaugurando nuevos centros hospitalarios y no están incrementando la plantilla del personal, ¿cómo le están haciendo?
— A través de los médicos pasantes de la Facultad de Medicina es como principalmente operan estos centros de primer nivel de atención. En algunos casos, también los presidentes municipales -a través de las partidas que ellos tienen- contratan directamente a personal médico, entonces, estamos haciendo ahí una simbiosis que nos permite que nosotros les ayudemos a operarlos. Ellos también participan con la finalidad de que sus municipios estén bien atendidos.
Esos 36 centros, ¿son nuevos o son reconstruidos?
— Son nuevos, 36 centros de primer nivel de atención.
El que se construye en La Perla, ¿va a ser un hospital de segundo nivel de atención?
— Sí. Nosotros esperamos que en septiembre u octubre de este año estén concluidos los trabajos, la empresa constructora se ha comprometido a que, a más tardar en el último tercio de este año, esté listo para la inauguración.
En el año 2000 hubo un compromiso del aquel entonces secretario de Salud, José Antonio González Fernández -desde antes de que demolieran las viejas instalaciones- quien se comprometió con el gobierno del Estado a aportar 40 millones de pesos para fortalecer la construcción del hospital; obviamente se entiende que es un compromiso institucional que, hasta el día de hoy, no ha sido respetado ni avalado por la Secretaría de Salud.
Sin embargo, y a pesar de eso, la redistribución del presupuesto a nivel estatal y por indicaciones precisas del gobernador, ha permitido que los trabajos no se paren y se continúe con la firme convicción de que el ultimo tercio del año se estén inaugurando las instalaciones.

EL SEGURO POPULAR

¿A ustedes les enviaron presupuesto para que arrancara el seguro popular?, ¿cómo fue que lo convencieron para que aceptara?
— A todos los estados nos dieron un presupuesto inicial, en base a eso quiero comentar que en el Estado de México se han afiliado 12 mil familias, las cuales están en los municipios de Valles de Chalco, Chalco, Nezahualcóyotl, y Chimalhuacán, ya estamos ahorita en la etapa de reafiliación, llevamos ya 3 mil familias que se han reafiliado y a partir de la semana que entra empezaremos con una campaña nueva para reafiliar.
Estamos trabajando en este programa piloto porque tenemos que conocer las bondades del sistema -que a mi me queda claro que no es malo- tiene que llegar un momento en el cual realmente sea la solución para aquellas familias que no cuentan con un régimen de seguridad social. Yo sí me inclino a seguir manifestando que el seguro popular de salud va a alcanzar éxito en el momento en que la infraestructura hospitalaria permita realmente atender las necesidades en salud de la población.
¿Tienen Chalco, Valle de Chalco, Nezahualcóyotl y Chimaluacán la infraestructura?
— Tenemos centros de salud en donde la gente es atendida y dependiendo de los problemas que se lleguen a detectar son canalizadas, incluso, son trasladadas por el sistema de ambulancias que tenemos en el estado -cuando así lo requiere el caso- a hospitales de segundo nivel de atención.
Obviamente también lo sabemos, hay enfermedades, hay patologías, hay males que la población tiene y que requiere de un tercer nivel de atención, entonces, estamos acercándonos a la red de tercer nivel que se encuentra ubicada en el Distrito Federal para que los hospitales reciban a nuestros pacientes.
Es un problema que se presenta en todos lados, los grandes centros hospitalarios del tercer nivel se encuentran ubicados en el Distrito Federal, para nosotros es cercano, pero hay estados para los cuales no es cercano. Hay tercer nivel de atención en Monterrey, en Jalisco, pero son contados los estados que tienen bien establecida una red de tercer nivel de atención, que permita mantener a la población contenta y segura de que realmente está recibiendo el servicio que requiere.
¿De cuánto fue el presupuesto destinado al seguro popular?
— Ahorita todavía no nos hacen llegar los números exactos de cómo vamos a trabajar en el 2003, estamos en espera de que la federación nuevamente nos haga llegar los números, no es de que nos hablen de un presupuesto, sino que nos van cambiando las cifras de acuerdo al numero de familias que estamos afiliando, entre más familias se tengan en el estado, el seguro popular va a tener que invertir más dinero.
Por ahora la política que están manejando es de una inversión tripartita -la gente da una parte, la federación paga una parte y el estado aporta otra parte- entonces, hablar de un presupuesto especifico es difícil porque todo va en relación, es decir, llega un momento en que haces un corte -sabes qué estado de México, en marzo hacemos el corte para ver cuantas familias se afiliaron- y en base a eso ya hablamos de presupuesto.
Ahorita no podemos hablar de números reales de presupuesto, nos tenemos que esperar a que se haga el corte de reafiliación y ver cuantas familias de esas 8 mil piloto que iniciamos vamos a trabajar en este año, en ese momento ya podríamos hablar de dinero y con mucho gusto lo hacemos, pero ahorita no estamos en condiciones de manejar los dineros.
¿A dónde se va la aportación que está dando el derechohabiente al seguro popular?
— Con ese dinero se hace una gran bolsa. De acuerdo al estudio socioeconómico que se hace a la gente que se afilia se les pide la aportación, que puede ser de 20 a 400 pesos mensuales. Con esa gran bolsa empieza a hacerse el pago de este seguro, y entonces se van haciendo los empates entre lo que tiene que aportar la Secretaría de Salud, y lo que tiene que aportar el paciente.
Son dineros que están manejados de una forma muy transparente, porque no solamente tiene observancia federal, sino que también la Contraloría del Estado de México está al pendiente de la forma en que se maneja, y no sólo en ese programa, sino todo el recurso que se invierte en salud en el Estado de México es de una forma muy transparente.
Esos 20 pesos que paga una familia se destinan a un banco y de ahí a la federación o a la Secretaría de Salud federal o ¿cómo se trabaja?
— La gente deposita su pago en un banco y obviamente a partir de ahí empiezan a hacerse los empates y bolsas de que les hablaba.
¿Cómo fue que lo convencieron de implementar el seguro popular?, ¿qué le dijeron para arrancar aquí en el Estado de México ese programa?
— Son programas verticales trazados como programas piloto. Es como si el día de mañana, a través de la Secretaría de Salud, me comentaran que se va a hacer un programa de fármaco vigilancia, ¡adelante! O que vamos a echar a andar un programa para prevenir adicciones, ¡adelante! Son programas verticales a los que nuestra obligación es apoyar, y sobre todo cuando son programas pilotos.
Hay que apoyar para que nosotros podamos también estar convencidos. Es importante dar siempre el beneficio de la duda.
Y, una vez que nosotros veamos cómo está caminando, ya podemos hacer aseveraciones importantes, ya podemos hacer conclusiones fundamentadas, podemos en un momento dado enriquecerlo o de plano manifestar que no estamos aún en condiciones para aterrizarlo en el Estado de México, pero ya con un conocimiento pleno de cómo están las cosas.
¿De cuánto tiempo es ese conocimiento pleno?, ¿cuánto llevan con este seguro popular?
— Inició el año pasado. Yo creo que el tiempo adecuado para evaluarlo va a ser el transcurso de este año. Hay diferentes instancias que están observando, que están vigilando como está caminando y por ser un programa piloto tiene muchos ojos encima.
Este programa piloto pretende reformar la Ley General de Salud, precisamente por eso tenemos que ser muy puntuales, muy objetivos, muy comprometidos en vigilar que, en primer termino, camine; y en segundo lugar hacer una evaluación objetiva para poder aportar los comentarios del funcionamiento, del comportamiento que tuvo en el Estado de México el seguro popular de salud.
Parece que en el caso de este seguro popular se sigue una inercia que viene de muchos años: como es la palabra del señor secretario, se da el apoyo al señor secretario. El seguro popular, hasta ahora, carece de un marco legal, sea programa piloto o sea programa aparentemente formal en algunos estados, ¿al carecer de marco legal no hay como una cierta complicidad -por llamarle así- de algunos estados al decir, pues viene, yo te apoyo secretario, yo te apoyo presidente, como antes?
— Más que hablar de complicidad, yo creo que a todos nos queda muy claro que la salud es un problema latente en el país, que todos tenemos la obligación -a quienes nos toca administrar servicios de salud- de trabajar por mejorarla y, ante esto, el que se busque la instalación de programas nuevos debemos participar para valorarlos de una manera práctica, no valorarlos en los libros, no valorarlos en documentos.
Cuando nosotros hacemos el trabajo de campo, cuando ya se aterrizan las acciones a atender a las familias que están en este tipo de programas -específicamente en el seguro popular- no es una complicidad. Si realizamos un programa piloto en el cual nosotros participamos y damos la oportunidad de valorarlo, a la mejor vemos que sí podemos encontrar ahí la llave que realmente solucione el problema de salud tan fuerte que tenemos en nuestro país.
Puede ser una excelente herramienta, pero si no lo operamos, no se vale hablar de lo que no conocemos. No se vale emitir juicios cuando no le damos la oportunidad a los programas, por eso el tiempo, el poco tiempo que queda -porque se va a ir muy rápido-nos va a permitir realmente emitir un juicio real y formal de cómo está trabajando el seguro popular y sobre todo, la manera en que lo vamos a poder enriquecer, pero con observaciones de campo, con observaciones bien aquilatas porque ya lo trabajamos.
Sólo así vamos a conocer que piensa la gente del seguro, que piensan los trabajadores, que piensan las autoridades, que piensan los administrativos, en qué está fallando, hacía donde debemos direccionarlo o de plano decir: aunque se enriquezca no vamos a poder operarlo.
En Imagen Médica ya entrevistamos a médicos, administrativos y asegurados, ellos coincidieron y dijeron que se emocionaron porque creyeron que les iba a llegar más dinero hacía sus áreas de trabajo, pero resulta que no, y, al contrario, el problema es que les llega más gente, y llegan a exigir porque ya pagaron un seguro.
— Y de acuerdo, es real todo lo que ustedes ya conocen. Yo manifiesto lo que pensamos, no es mentira lo que estoy diciendo, pero precisamente por eso, el que lo operemos, no es convertirnos en cómplices, hay que valorarlo.
Hasta ahora, ni la Constitución ni la Ley General de Salud prevén que se le cobre a alguien por un seguro de salud, ¿por qué no haber hecho el seguro popular gratuito?
— Bueno, pues todas esas observaciones que han ido surgiendo poco a poco es lo que nos permite aquilatar esto, eso que ustedes ya están palpando, a eso que ustedes ya le pusieron un buen termómetro, y que ya conocen a que grado de temperatura está, es porque está caminando, porque está trabajando.
Yo lo repito y créanmelo, los programas que bajan verticalmente de la Secretaría federal yo creo que no son malos, ninguno puede ser malo, ninguno puede ser mal intencionado.
—- Podrá ser muy bonito y tener todo perfectamente bien definido, ¿y si no hay recursos?
— De acuerdo, pero no pueden ser mal intencionados porque todos pretenden ayudar a que uno de los parámetros más importantes para medir el progreso de un pueblo, como es la salud, realmente camine en nuestro país. No puede haber ningún programa que persiga dañar al Estado y menos a los habitantes, pero si no lo operamos tampoco tenemos el derecho a opinar, si no lo operamos no vamos a poder ser nunca objetivos, si no lo operamos no vamos a tener credibilidad para poder enriquecer algo.
Entonces, aquí más que una complicidad es ¡vamos a trabajar! El Estado de México es el estado más poblado el país y, si un programa federal nos va a ayudar a encontrar la llave para abrir la puerta de la salud real para nuestros habitantes, pues bienvenido, pero tenemos que trabajarlo.
Ahora mismo cada vez estamos haciendo más conclusiones, más observaciones, más ideas que pudieran enriquecer esto, y que yo repito, yo creo que no es malo, más bien es muy bueno, pero todavía no estamos atravesando por el momento histórico para echarlo a andar.
A la mejor, al paso del tiempo, modificando alguna de sus estructuras o de la forma de cómo esta operando, nos va a permitir que ya se empiece a instalar de una manera más formal en todos los estados del país. Porque además, también déjenme comentarles que hay estados que opinan pero no lo operan, ¿es válido?.
¿Como el Distrito Federal?
— Y no sólo el Distrito Federal, hay más estados que no lo están operando, pero si opinan, o sea, cuando yo pueda opinar sobre lo que es una apendicitis -no solamente porque soy el cirujano que la operó, sino que a mi también ya me dio apendicitis-, cuando yo como cirujano les puedo dar una parte de la historia, les muestro una parte de la película, pero si aparte como cirujano ya me hicieron apendicitis – ya les puedo dar un panorama mucho mas completo y una película más real -, es lo mismo aquí. Tenemos que operar las cosas, el beneficio de la duda a cualquier programa siempre es sano, y no mirarlos con escepticismo, sino en una óptica real.
Yo aquí los espero en diciembre nuevamente, y volvemos a platicar de conclusiones muy reales del seguro popular de salud, porque va a haber mucho revuelo en estos días, no va a pasar de dos meses en que ya habrá conclusiones muy firmes y que obviamente a través de la Cámara – porque ustedes lo saben – están inmersas de una manera muy frontal, a la mejor van a pedir que se posponga, a la mejor van a pedir que se fortalezca, a la mejor en un ánimo sumatorio -porque hay médicos inmiscuidos en las cámaras- también mandan un documento que aporte, ¡y qué bueno!, a mí me queda claro que así va a ser.
La salud no puede estar sujeta a colores, no puede estar sujeta a nada de eso, ¡la salud es la salud! Y para todos, los más de 100 millones que habitamos en este país es lo más importante y, para los más de 14 que vivimos en el Estado de México por supuesto que es lo más importante, entonces, hay que esperar.

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