Junto con Levy, se pudre el Consejo Técnico
El RJP y el apocalípsis de Santiago Levy

Parte II

Valentín Cardona
30 de abril de 2004

Por ahí de las cinco de la tarde llegó Santiago Levy, estaba desolado. De pie, repartía saludos a los miembros del Consejo Técnico y senadores que iban llegando a lo que sería a primera comparecencia del Consejo Técnico ante la Cámara de Senadores.
Elías Miguel Moreno Brizuela les dio la bienvenida y se refirió a la reunión de trabajo que los mismos senadores sostuvieron ese mediodía con el Sindicato Nacional de trabajadores del Seguro Social (SNTSS) y calificó a esa reunión como “riquísima”, porque dijo, “nos va a permitir avanzar en este conflicto que hoy tenemos y que es una necesidad de todos los mexicanos resolverlo lo más rápidamente posible”.
Moreno se refirió al Consejo Técnico y les preguntó en qué otras alternativas habían pensado para dar solución a la crisis financiera del instituto y se dijo preocupado por lo que llamo la “fuerte campaña mediática” en contra del sindicato, prácticamente responsabilizándolos de la crisis “agudizada”.
“No es desconocido para todos que la crisis por la que hoy se atraviesa tiene una relación profunda en el estancamiento del empleo, la caída del salario y la parálisis de la economía” -agregó-, y se refirió a crear un Sistema Nacional de Seguridad Social “unificado”, que debe tener, aseguró, “una garantía de beneficio mínimo igual para todos los trabajadores, sean públicos o privados”.
El senador presidente de la Comisión de Salud y Seguridad Social llamó a un gran pacto por la seguridad social con la idea fundamental del “todos ponen”, y apoyó también la convención convocada por Roberto Javier Vega y Galina, el líder del SNTSS.
Moreno Brizuela pidió al director del IMSS Santiago Levy Algazi que antes de hablar presentara a los miembros del Consejo Técnico asistentes a la reunión y Levy lo hizo con “muchísimo” gusto. Nombró a Enrique Ruelas, subsecretario de la Secretaría de Salud; Manuel de la Reguera, de la Concamín; Moises Calleja, secretario general del instituto; Ernesto Rubio del Cueto, de la Concamín; Raúl Hernández, del Sindicato Minero Metalúrgico; Javier Freyre, de la Confederación Revolucionaria Obrero Campesina (CROC); Raúl Padilla, de la Concanaco; León Jalquím, de la Concamín; Fernando Franco, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
Levy Algazi también nombró a los que no estaban: el senador Netzahualcóyotl de la Vega, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM); Silvia Barra, de la Secretaría de Hacienda, y Cuauhtémoc Paleta, de la CROM.
El director “financiero” del IMSS Levy empezó su exposición apoyado en sus ya clásicas diapositivas, a las que se dio el lujo de comentar y matizar a su antojo, “para ubicar y dimensionar el problema”, dijo. En suma, un brutal ataque contra los trabajadores sindicalizados y su Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP), mostrándolos como los culpables de la “crisis financiera” de la institución.
Según Levy, ahora resulta que el sindicato ya no sólo es el culpable del desabasto de medicamentos y falta de crecimiento de la institución, sino también el gran consumidor de las aportaciones de 12 millones de trabajadores pertenecientes a las centrales obreras charras y, además, de las cuotas de 800 mil empresarios.
Levy comenzó con recuerdos, “simplemente para recordar con todos ustedes, que nuestra misión y nuestra principal responsabilidad es con 12 millones de trabajadores y sus familias. Y que, el instituto a través de diversos regímenes y programas es el responsable de la protección social de aproximadamente 55 millones de mexicanos”.
Y se refirió con sarcasmo a los trabajadores. Pues dijo que los más de 370 mil trabajadores con los que cuenta el instituto son “dedicados, profesionales y comprometidos, con la camiseta muy bien puesta, que hacen su mejor esfuerzo y procuran un verdadero compromiso con todos los trabajadores para cumplir con tal elevada misión”.

RECUERDOS Y RECUERDOS

Sumido en los recuerdos, Levy se refirió a los dos “grandes retos” del IMSS. Uno, señaló, “derivado del RJP de nuestros propios trabajadores, y un segundo que tiene que ver con el financiamiento de gastos médicos a pensionados”. Resaltó: “es importante resaltar que estos retos son de naturaleza distinta: el RJP es un reto, desde el punto de vista cuantitativo, el más grande inmediato y, se trata, además, de un pasivo devengado, de un problema que ya se debe, un pasivo que ya se acumuló en las últimas décadas y que además sigue creciendo muy rápidamente.
“Los gastos médicos de pensionados del seguro en maternidad es un problema a mediano plazo derivado de la transición demográfica y epidemiológica, y puede convertirse en un pasivo contingente a futuro en función de la evolución de los costos de la atención médica”.
Y desde ahí empezó con el apocalípsis: “La manifestación de esta situación financiera se puede señalar por la falta de inversión en equipo médico, por la falta de plazas para operar plenamente en la infraestructura médica, por la falta de recursos para la conservación y mantenimiento o simplemente porque la capacidad instalada en guarderías es inferior a las necesidades. Hay muchas manifestaciones de esta insuficiencia de recursos”.
“Centramos la discusión en el problema más inmediato y más grande que tiene el instituto, que es el problema del RJP”, añadió Levy y se siguió de largo con 36 diapositivas, en las que “recordó” puntualmente a los senadores que “el RJP es un plan complementario al que establece la Ley del Seguro Social; que es un plan muy diferente del plan jubilatorio de la mayor parte que tienen los trabajadores del país”.

Siguió: “El régimen de jubilaciones y pensiones establece toda una mecánica para el cálculo del salario pensionable…, que hace que, en promedio, el salario pensionable sea 30 por ciento superior al último salario base de pensión. Y que las pensiones estén indexadas no a los índices nacionales del precio del consumidor, sino a los aumentos salariales de los trabajadores en activo.
“Este régimen cuenta para su financiamiento con el 3 por ciento de la aportación de los salarios de los trabajadores, aunque las cuotas que, en su carácter de trabajadores deben de aportar al instituto, las paga el propio instituto por una disposición que hay en el propio Contrato Colectivo de Trabajo (CCT)”.
Para poder “ubicar un poquito” a la problemática del RJP, Levy dijo a los senadores “hicimos un ejercicio hipotético, y sólo con fines comparativos, en donde contrastamos la situación de un trabajador del instituto, con la de un trabajador afiliado al instituto; en un caso tenemos más de 360 mil, en otro caso, más de 12 millones”.
Supongamos, explicó, “que a partir de este momento se incorporaran dos trabajadores y que tuvieran exactamente el mismo salario de 5 mil pesos al mes. Para hacer la comparación muy ‘precisa’, señalamos que ambos empiecen a trabajar a los 25 años; ambos viven hasta los 78 años -es la esperanza de vida actual-, y ambos tienen una viuda que vive 5 años adicionales.
“El trabajador del IMSS trabajará 27 ó 28 años; el trabajador afiliado al IMSS trabajará 40 años. El trabajador del IMSS se jubilará a los 52 o 53 años; el afiliado al IMSS a los 65 años. “El salario mensual como pensionados sería de 6 mil 450 pesos para el del IMSS; de 2 mil 100 para el afiliado al IMSS. El total de los ingresos que recibirá durante su vida pensionada será de 2.5 millones contra medio millón. Y de este total, los recursos que no serán aportados por el trabajador a favor de la pensión, son 2 millones 440 mil por parte del trabajador del IMSS, contra 450 mil.
“En realidad el salario promedio de los trabajadores del instituto es mayor que el resto de los trabajadores afiliados al instituto. Y si bien, la edad de jubilación promedio es de 53 años, alrededor de un tercio de los jubilados tiene menos de 50 años, lo cual puede hacer que estas situaciones y diferencias se amplíen.
“Como consecuencia de lo anterior, en el 2004 el presupuesto global de pensiones que tiene el instituto es por 64 mil 212 millones de pesos para 2.1 millones de beneficiarios. De estos 64 mil 212 millones de pesos, 42 mil, casi 43 mil millones de pesos se destinarán para la población, extrabajadores que no fueron trabajadores del IMSS y, 21 mil millones de pesos se destinarán para los 120 mil jubilados y pensionados del instituto.
“En promedio, cada jubilado del instituto recibirá 8.3 veces más que un jubilado que no es del instituto”.
¿Cómo se financia este RJP?, se preguntó Levy. Y luego de un choro mareador en el que concluyó que de los 21 mil 324 millones de pesos que se erogarán en 2004 por el RJP, el 70 por ciento, o sea, 15 mil millones de pesos son recursos que eroga el IMSS por disposición del CCT, y “son recursos que aportan los 12 millones de trabajadores y las 800 mil empresas que cotizan al instituto, y que son recursos que por encima de la disposición de ley se canalizan a las pensiones de los propios extrabajadores del instituto”.
A partir de ese momento Levy repitió cuantas veces quiso con términos no menos dramáticos que para financiar al RJP, “el instituto, en su carácter de patrón, ha tomado recursos de las aportaciones de los 12 millones de trabajadores y de las 800 mil empresas que cotizan al instituto durante los últimos años, por casi 89 mil millones de pesos”.
Y como si faltara algo, como mago dijo que “las aportaciones de los trabajadores en activo ya han sido contabilizadas y destinadas al pago del RJP, en la forma en que el (RJP) fue concebido como un sistema de reparto, pero que a pesar de esas aportaciones la mayor parte de los pagos han sido pagos por parte del instituto con recursos del resto de los trabajadores del país y de las empresas que cotizan al instituto”.
Y tanto lo repitió que él mismo se lo creyó y hasta le aumentó, pues así nomás el 70 por ciento que dijo que para el RJP se toma de los trabajadores y empresas, aumentó a 77 por ciento con las aportaciones del gobierno federal. “El instituto está pagando este año 21 mil millones de pesos a los 120 mil jubilados; 4 mil 500 por disposición de ley; mil 500 financiados con los recursos de los propios trabajadores y, ya dije, 15 mil millones de pesos con los recursos de los demás trabajadores y de las empresas”, remarcó.
Y repitió: “Pero, sin representar pagos para la actual generación de jubilados, el instituto está generando reservas por 5 mil millones de pesos adicionales.
“De esta forma, en el presupuesto de 2004, el esfuerzo de recursos de los 12 millones de trabajadores y 800 mil empresas, para el pago del (RJP), representa 20 mil millones de pesos.
Del esfuerzo global del (RJP) en el 2004, por un total de 26 mil millones de pesos, el 77 por ciento será cubierto con aportaciones de otros trabajadores, del resto de las empresas y del Gobierno Federal”.

LA CARGA

A los recuerdos, Levy sumó los esfuerzos. Habló y habló:
“Para dar una idea del esfuerzo que esto representa, me permito comparar aquí el gasto de operación de todo el instituto para los servicios que le da a 45 millones de derechohabientes.
“El valor total del gasto de operación, medicamentos, material de curación, servicios de guardería, inversión y conservación de servicios generales, que se destinará este año para darle servicio a 45 millones de derechohabientes, es de 38 mil millones de pesos.
“Por separado y, del mismo presupuesto, el instituto tomará 20 mil millones de pesos para los pagos, solamente del componente de IMSS-Patrón, excluyo aquí las obligaciones que por ley tiene el instituto como cualquier otra empresa que contrata gente del Apartado “A” del artículo 123 constitucional.
“Señalo aquí un punto muy importante. En ausencia de los pagos del RJP, el gasto de operación del instituto podría ser más de 50 por ciento superior a su gasto actual con la misma estructura de ingresos; con la misma estructura de aportaciones patronales, y la misma estructura de aportaciones gubernamentales y de las empresas, el gasto de operación del instituto en medicamentos, conservación, mantenimiento, equipamiento e inversión, podría ser hoy 50 por ciento mayor de lo que es, si no tuviéramos el problema del RJP.
“Precisamente, por la carga que representa el RJP para las prestaciones adecuadas y servicios, desde el inicio de esta administración se inició un proceso de diálogo con el sindicato, con el objeto de buscar una solución concertada y producto del diálogo respetuoso entre las partes a esta situación”.
Luego, Levy narró su historia del pacto con el sindicato para modificar el RJP. Según él, el diálogo inició en enero de 2002 -todavía Fernando Rocha era secretario general-, y hacia julio de ese año, “se tenían los cálculos actuariales y se contaba con las propuestas preliminares de modificación”.
Pero el proceso de diálogo se suspendió en agosto de 2002 “en forma convenida entre las partes -ante la situación de la renovación de la dirigencia sindical-, y se renueva ese proceso de diálogo una vez que el doctor Vega es elegido en octubre del 2002 como nuevo secretario general, y dándose por cierto en ese congreso un mandato de revisar el RJP y de convocar a un congreso extraordinario para ese propósito”.
De acuerdo con Levy, de enero a julio de 2003 el trabajo “continuó, y se siguieron sosteniendo reuniones adicionales”. Y sin quererlo, Levy reveló por qué el trabajo de los actuarios contratados por el sindicato salió igual al del instituto, “debo señalar -remarcó-, que el sindicato pidió y solicitó la información de un despacho de auditores externos adicionales y que el instituto facilitó toda la información para que el despacho contratado por el sindicato tuviese toda la información al respecto”.
Continuó: “Hacia agosto, se ‘alcanza’ entre el doctor Vega y su servidor, un proyecto de reglamento para el RJP; un nuevo reglamento que sustituiría al actual reglamento con una propuesta consensada entre el sindicato y las partes.
“Desafortunadamente, en octubre del 2003 no se logra que dicha propuesta de modificación al RJP sea parte de la revisión contractual que se tenía que llevar en esos momentos. Con base en eso se firma un compromiso entre el instituto y el sindicato y se deposita en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para que este proceso culminara en el mes de marzo de 2004.
“El sindicato durante los meses de noviembre de 2003 hasta marzo del 2004 divulgó diversos documentos a los trabajadores impulsando la propuesta convenida entre el instituto y el sindicato.
“Tengo la impresión, señores senadores, que ustedes conocen ya los documentos que el propio sindicato impulsó dentro de la propuesta convenida entre el instituto y el sindicato, y que representaban el consenso después de más de dos años de trabajo y con los apoyos actuariales y jurídicos.
“Sin embargo, en el congreso que se realizó el pasado 12 de marzo, el congreso propone no la propuesta completa que voy a describir más adelante, sino solamente un aumento del 2 al 6 por ciento en las aportaciones, y tal vez, la parte más importante, se propone que el mismo RJP -con la estructura que yo comenté anteriormente- siga vigente para las generaciones futuras de los trabajadores del instituto.
“En la medida en que no se pudo llegar a un acuerdo el 30 de marzo en cumplimiento del convenio firmado en octubre del año anterior, ambas partes depositan sus propuestas en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en el entendido que la propuesta que deposita el instituto es la misma propuesta que previamente había acordado y consensado con el sindicato. “Y estos acuerdos son ratificados por el Consejo Nacional del Sindicato, sucesión del pasado siete de abril.
“Señalar, señores senadores, que el instituto ha estado y está en la mejor disposición de dialogar, que ha sido un proceso que ha durado durante más de dos años y medio y que ha habido innumerables reuniones entre actuarios, los miembros del sindicato, el secretario general del sindicato, su servidor y diferentes miembros del instituto que hemos explorado muchas alternativas, que hemos hecho muchas corridas financieras, que lo que se convino y se presentó a consideración de los trabajadores por parte del sindicato, fue el resultado de un trabajo muy serio y responsable, y de un acuerdo entre las partes que a la fecha no ha podido culminar”.
Santiago Levy se preguntó, “¿en qué consistía el acuerdo?”, y lo explicó a su modo. En resumen, concluyó que aún con la mutilación del RJP, “para los futuros trabajadores se establecía que el monto de la pensión sería como mínimo el doble de lo que establece la ley en función de los años trabajados en el instituto, y además el instituto, junto con las aportaciones de los trabajadores, establecía una garantía de pensión mínima equivalente para el que trabajó 20 años o más a 7 puntos cinco salarios mínimos, lo que contrasta, como ustedes bien saben, con la pensión promedio de los trabajadores no del IMSS que es alrededor de entre uno y dos salarios mínimos”.

LA SALVACIÓN

Por si algo faltara en esa bochornosa comparecencia del 21 de abril último, Santiago Levy encontró una nebulosa esperanza de salvación del IMSS basado en la modificación del RJP.
Tras preguntarse “¿qué se logra con la propuesta de modificación al régimen de jubilaciones y pensiones?, dijo:
“La propuesta evita que el instituto pierda su capacidad de operación rápidamente en los próximos años. Aún así, como lo voy a demostrar a continuación, el tamaño del pasivo laboral ya acumulado es de tal magnitud que tendrán que pasar varias décadas para que a pesar de las mayores aportaciones de los trabajadores del instituto, se van a seguir requiriendo por varias décadas transferir recursos del resto de los trabajadores de la economía, y del resto de las empresas de la economía al pago de los beneficios de los actuales trabajadores conforme al actual JRP.
“Sin embargo, deteníamos el crecimiento del pasivo laboral, sobre todo porque las nuevas generaciones entraban en condiciones diferentes. De forma muy esquemática me permito en esta gráfica poner en el eje vertical los recursos de operación por derechohabiente, los recursos que el instituto tiene para medicamentos, para material de curación, para guarderías, para inversión, para mantenimiento y para conservación.
“Con el régimen de jubilaciones y pensiones vigente, como les he informado en otras ocasiones, señores senadores, hay un deterioro continuo de la capacidad financiera del instituto de atender a sus derechohabientes porque año con año -como lo vamos a ver ahorita más adelante- las obligaciones del RJP consumen una proporción mayor del presupuesto del instituto, y por lo tanto los recursos que el instituto le puede destinar al servicio de los derechohabientes se reducen progresivamente hasta que ya alrededor del año 2020 prácticamente, de facto, se pierde totalmente la capacidad de operación porque los recursos son absorbidos en su totalidad por el pago de la nómina y el pago de las pensiones.
“La propuesta que conjuntamente se había trabajado entre el sindicato y el instituto lograba evitar este deterioro rápido y muy fuerte en la capacidad de la atención del instituto, sólo en diez años íbamos a perder la mitad de la capacidad de operación.
“La propuesta, sin embargo, como pueden ver ustedes aquí, todavía hasta el 2030 implicaba una reducción en los recursos disponibles por derechohabiente; ¿por qué?, porque el monto del pasivo laboral ya acumulado se le tiene que dar servicio, se tiene que pagar hasta que esta generación actual alcance sus jubilaciones.
“Pero se sentaban también las bases para que a mediano plazo el instituto tuviese una perspectiva de recuperación y, por supuesto, había la necesidad de que esto, para evitar un mayor deterioro en la capacidad de operación del instituto, resultase de esfuerzos adicionales que tenemos que hacer, ya no por parte de los trabajadores, sino por parte del instituto en su austeridad, combate a la evasión, etcétera; pero sí se lograba evitar una situación que de otra manera se antoja prácticamente imposible desde el punto de vista de la perspectiva del instituto y su capacidad de atender a la población.
“Desde una perspectiva más amplia, la propuesta ayudaba a que en el mediano plazo hubiese mayor equidad en el sistema pensionario mexicano, esta mayor equidad en el sistema pensionario mexicano iba a tardar varias décadas, pero lograba sentar la bases para evitar que en el futuro se siguiera dando el fenómeno que los ingresos de trabajadores de menos ingreso fueran utilizados para subsidiar las pensiones de trabajadores de mayores ingresos, y se le daba un giro buscando mayor equidad a pesar de que esto iba a buscar varias décadas para poderse alcanzar.
“Quiero señalar, señores senadores, señores diputados, que en paralelo al diálogo que se ha sostenido durante más de dos años con el sindicato, para fortalecer el RJP, el instituto ha hecho esfuerzos que la administración y el Consejo Técnico están comprometidos con ellos, para llevar a cabo un proceso de saneamiento y de mejora en la capacidad de atención del instituto.
“Es por ello que desde diciembre de 2001 se excluyen a los trabajadores de confianza del RJP y solamente son sujetos de los beneficios que establece el Seguro Social; que igualmente se han eliminado más del 21 por ciento del total de plazas de confianza; que el instituto ha compactado en las áreas administrativas -cerrando direcciones regionales y delegaciones-, y que hemos fortalecido fuertemente con su apoyo, el Legislativo, el combate a la evasión y a la elusión de cuotas obrero-patronales. Ya es delito penal la evasión de cuotas patronales, y se ha prohibido la condonación de adeudos por multas y recargos.
“Hemos combatido la evasión de cuotas y se ha traducido que en tres años el salario de cotización al instituto haya aumentado muy por arriba de lo que aumentado al inflación, 18 por ciento contra 11 por ciento.
“Hemos logrado también combatir que los salarios que se reflejen sean los correctos. Hace tres años alrededor de uno punto siete millones de trabajadores cotizaban sobre un salario mínimo, ahora lo hacen solamente un millón de trabajadores; con el apoyo del sindicato logramos echar a andar parcialmente -en algunos casos-, totalmente en otros casos, parte de la infraestructura médica que estaba terminada, y que a partir de la reformas a la ley el instituto se maneje en un marco de transparencia y rendición de cuentas, publicando toda la información respecto a sus adquisiciones, sus plazas, remuneraciones, ingresos, gastos financieros, monto y composición a las reservas, y que hemos hecho un esfuerzo por fortalecer el abasto impulsando un enfoque preventivo.
“El instituto y el Consejo Técnico -y aquí me permito hablar por los señores consejeros-, están comprometido para mantener los esfuerzos de austeridad de combate a la evasión y de fortalecimiento de la capacidad de los programas para darle un mejor servicio a los derechohabientes como parte de todo este proceso de impulsar el desarrollo del país.
“Concluyo, señores senadores, señalando la urgencia del problema. ¿Por qué el problema tiene que ser resuelto a la brevedad, y por qué estos dos años y medio de diálogo, de discusión y de análisis y de acuerdos es vital para la institución que concluyan?.
“Los indicadores financieros del instituto son graves. Ustedes ya conocían las cifras de 2001 y 2002, me permito adelantar de forma preliminar los resultados que les presentaremos a ustedes en junio de 2004 respecto a la situación financiera del instituto a diciembre de 2003.
“Lo que se puede ver aquí es que el pasivo laboral sigue aumentando, que el patrimonio del instituto sigue siendo negativo, crecientemente negativo y que los resultados de operación del instituto son negativos por 28 mil millones de pesos.
“El auditor externo señala que si no se afectaran el patrimonio, y no se afectara el estado de ingresos y gastos por las obligaciones laborales -esto es por el costo del RJP-, el instituto tendría un patrimonio positivo y el instituto tendría un registro de operación positivo.
“Es claro que es el peso del pasivo laboral, el factor principal dentro de la situación del resultado del instituto y el patrimonio del instituto.
“Quiero destacar un dato del crecimiento el pasivo laboral que señala la urgencia de que se puede resolver este problema. El pasivo laboral, entre 2002 y 2003 aumentó en 50 mil millones de pesos, entre 2003 y 2002 en otros 51 mil millones de pesos, eso quiere decir, señores senadores, que el pasivo laboral está aumentando en 4 mil millones de pesos al mes, eso es lo que invierte el instituto en un año.
“Todo el valor de la inversión -en equipo médico, en clínicas, en hospitales- de un año, es lo que se acumula de pasivo laboral en un mes.
“Igualmente, el gasto en el RJP ha crecido de una manera muy rápida. Aquí en morado pueden ver cómo hace cuatro años, al inicio de esta administración, era la mitad de 9 mil millones de pesos, ahora se ha duplicado, en cuatro años, y ya excede al gasto en medicamentos que hacemos para 45 millones de derechohabientes, esa es la trayectoria que tiene el RJP.
“Señalar también, señores senadores, que el esfuerzo del JRP ha representado un esfuerzo del doble respecto al esfuerzo de inversión que ha hecho el instituto. El instituto ha gastado en los últimos diez años dos pesos en RJP por cada peso que ha gastado en inversión física en ampliar sus clínicas y sus instalaciones a favor de los derechohabientes.
“La gravedad de la situación, sin embargo, se puede resaltar, si nos damos cuenta, que el problema se va a poner todavía más difícil. El problema va a ser aún más difícil, y en el muy corto plazo porque la generación de jubilados más fuerte, por incorporarse al RJP está por darse.
“He tenido oportunidad frente a ustedes de señalar que el instituto entre 1977 y 1982 contrató alrededor de 110 mil personas, esas 110 mil personas se están jubilando entre este año y los próximos siete u ocho años, lo que implicará que antes de que culmine esta década, en diez años, más que se va a duplicar el número de jubilados y pensiones al instituto.
“Y ellos implicará lo siguiente, señores senadores y señores diputados. Hoy en día el instituto, como ya comenté, le canaliza a 21 mil millones de peso al RJP, para no hacer una proyección a mediano plazo, simplemente mostré el final de esta administración y los primeros dos años de la siguiente.
“En menos de 6 años los pagos del RJP, más que se duplican nuevamente, y va a pasar de 21 mil millones de pesos a más de 47 mil millones de pesos. De este esfuerzo, señores senadores, el esfuerzo que el IMSS patrón, con aportaciones de 12 millones de trabajadores y 800 mil empresas que cotizan al instituto va a tener que hacer de forma inmediata, estamos hablando ya del 2005 al 2006 al 2007, es un esfuerzo que pasará de 21 mil millones de pesos a 34 mil millones de pesos.
“Otra forma de resaltarlo, es decir que hoy en día, se destinan el 19 por ciento de las aportaciones obreros patronales al pago del RJP, y que antes de que concluya la década ese porcentaje se va a duplicar y estaremos destinando casi el 40 por ciento de las cuotas obreros patronales al pago del RJP del propio instituto.
“El instituto requiere un diálogo eficaz que nos permita tener resultados con prontitud ante un problema de gran magnitud que ya no puede esperar mucho tiempo, y que cualquier apoyo que nos pueda dar el Senado de la República, aquí están también los diputados, es más que bienvenido y de antemano agradecido. Muchas gracias.

DEJA UNA RESPUESTA

Please enter your comment!
Please enter your name here