En la cena, la temible pareja Fox no trató temas “relevantes” con los integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS); al contrario, “ya vámonos a dormir”, los corrió en cierto momento el presidente.
La noche del 14 de octubre último, los más de los asistentes no se percataron de la grosería presidencial, pues acudieron a la cena bajo la carnada de “retomar” el diálogo con el gobierno federal luego de que tres noches atrás, el sindicato aceptó un “raquítico” incremento salarial del 4 por ciento y terminó con la cantaleta “¡fuera Levy del IMSS!”.
Pero los Fox no se salieron con la suya, pues los secretarios generales de las secciones XXXII, XXXIII, XXXIV y XXXV del Distrito Federal; los de las V y XXXVII del estado de México, y el de la I de Puebla, dejaron constancia de aquella noche con precisa carta entregada a Fox en su mano.
De acuerdo con el documento e igual que lo hicieron en agosto pasado cuando marcharon a Los Pinos, los sindicalizados exigen a Fox un “absoluto respeto” a la decisión de la autoridad judicial en el caso de la demanda de amparo que el sindicato interpuso contra las modificaciones a la Ley del Seguro Social (LSS) que promulgó el 12 de agosto; le demandan, pues, “respeto a la autonomía de poderes”.
Y no sólo eso, acusan que las modificaciones “no resuelven los problemas”, y que al contrario, “ya estamos viviendo sus consecuencias”, puesto que, explican, “las autoridades institucionales han suspendido la contratación de personal de nuevo ingreso, y esto incide directamente en el deterioro de los servicios que otorgamos al pueblo derechohabiente, al mismo tiempo que aumenta las sobrecargas de trabajo de quienes hacemos realidad la seguridad social”.
Además, las secciones reiteran al presidente su posición de buscar una solución “integral” a los problemas financieros del IMSS, en la cual, subrayan, “se establezca un verdadero compromiso social de su gobierno”; en suma, solicitan se incremente “cuando menos en medio punto porcentual el presupuesto asignado al IMSS en términos reales, y con ello poder alcanzar lo recomendado por la OMS, lo que permitiría resarcir la pérdida de recursos por la disminución de las cuotas obrero patronales”.
Los firmantes del documento, Oscar Arredondo Martínez (XXXII), Laura Angélica Narváez Sánchez (XXXIII), Oscar Gayosso Rodríguez (XXXIV), Adolfo Pineda Díaz (XXXV), Bulmaro Guerrero Cárdenas (V), Alfonso Santos Torres (XXXVII) y Fernando Rojas Cristerna (I), señalan a Vicente Fox que la mejor forma de resolver los problemas del IMSS “no es responsabilizando exclusivamente a los trabajadores ni al Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP), sino que, le indican, “se debe partir de una discusión seria y profunda con la voluntad política para hacerlo y no con la intención de doblegar y dividir a nuestra organización, como lo ha venido haciendo Santiago Levy Algazi”.
Los representantes de poco más de 130 mil trabajadores del SNTSS concluyen y se tiran a la yugular de la política económica foxiana. “Consideramos necesario -le dicen- un cambio en la política económica de su gobierno, que impulse una verdadera recuperación del poder adquisitivo de los salarios”.
Y rematan: “… lamentamos profundamente que se siga sacrificando a los trabajadores con aumentos salariales raquíticos, como el que se nos ha otorgado, ya que nosotros ponemos día con día nuestro mejor esfuerzo para sostener a la institución a costa del deterioro de nuestra calidad de vida”.
LA FORMALIDAD
Cinco días después de la cena, Roberto Javier Vega y Galina, ratificado secretario general del SNTSS y diputado federal priísta, presentó ante el pleno de la Cámara de Diputados un punto de acuerdo que, dijo, “en razón del tiempo concedido daré lectura a un resumen del documento”, luego, solicitó al presidente de la Cámara que se insertara, “íntegro”, en el Diario de los Debates.
El 19 de octubre, Vega y Galina pidió formalmente a la Cámara la realización de una auditoría al RJP, “que conduzca a comprobar el uso de los recursos destinados al pago de las jubilaciones y pensiones de los trabajadores del IMSS”. Vega acusó, basado en las declaraciones de la “actual” Dirección General del instituto, que los recursos del RJP del año 1966 al 2000, y que provienen de fondos fiscales, “no se encuentran registrados como reservas para el pago de pensiones futuras de sus trabajadores”.
Y concluyó que, “al no haberse utilizado para constituir las reservas necesarias y de ley, “se estaría en la situación de haberse destinado para fines distintos al señalado”. La petición es única:
— “Solicítese a la Entidad de Fiscalización Superior de la Federación que, con base en los dictámenes de revisión de la Cuenta Pública y los informes de resultados correspondientes, se practique una auditoría a los ingresos, egresos y reservas del Fondo de Jubilaciones y Pensiones de los trabajadores del IMSS desde el año de 1967 a la fecha y, en su oportunidad, comuníquense los resultados al pleno de la H. Cámara de Diputados”.
En lo que pareció una respuesta tanto a los secretarios seccionales como al nacional, Santiago Levy dijo también en la Cámara de Diputados, con motivo de la glosa del Cuarto Informe, que el “instituto buscará que se cumplan las reformas a la ley que esta soberanía recientemente aprobó”.
Además, la tarde del jueves 21 último, Levy amenazó de nuevo con que buscará “avanzar en un conjunto de reformas adicionales para darle viabilidad a otros seguros, en un contexto en donde podamos asegurar que con el esfuerzo de lo administrativo, el esfuerzo de los trabajadores, y las reformas legales que en su momento se pueden aprobar por esta soberanía, se fortalezca la institución y se mantenga su carácter público, su carácter tripartita y su carácter solidario…”.
No es todo, Levy reveló que “en un contexto macroeconómico difícil, el número de asalariados afiliados al instituto es prácticamente el mismo, hoy, que hace cuatro años”, y en un intento de flirteo con el sindicato aseveró que lo logrado por el IMSS en estos cuatro años, “realmente es un reflejo del esfuerzo de casi 370 mil trabajadores del régimen ordinario, y alrededor de 20 mil del programa IMSS-Oportunidades, que realmente hacen un trabajo muy ejemplar y que lo hacen en condiciones muy difíciles de todos conocidas por la situación financiera tan complicada de la institución”.
Vega y Galina no cayó esta vez en los amoríos del director “financiero” del IMSS, y como primer diputado en fijar postura luego de la presentación de Levy, arremetió con todo sobre la pobreza con que el instituto ha enfrentado la prestación de los servicios médicos a sus derechohabientes.
Le dijo también que “a pesar de la voluntad demostrada por el SNTSS para la ocupación de las plazas de trabajo necesarias, no se pudieron poner en funcionamiento al 100 por ciento las unidades médicas, cuya construcción y equipamiento tiene tiempo de estar en condiciones de ser utilizadas para la atención a la salud”.
Agregó que respecto al número de consultorios médicos que se abrieron durante el período que comprendió el Cuarto Informe, “el número de camas que se pusieron en funcionamiento, es verdaderamente pequeño en relación al déficit que de acuerdo a los indicadores deberían de estar en servicio, considerando, sobre todo, que los indicadores que deberían utilizarse no son los números de camas consultorios por derechohabiente usuario, sino por derechohabientes afiliados”.
Vega indicó que el abasto de medicamentos, la obsolescencia del equipo médico, y la falta de mantenimiento de las unidades médico hospitalarias “siguen sin mostrar señales de mejoría”; y por el contrario, acusó, “agravan las condiciones en que los trabajadores del Seguro Social tienen que prestar sus servicios”.
Y acusó que tales circunstancias “son consecuencias de una política errónea planteada por el Consejo Técnico”, porque explicó, para el ejercicio fiscal del año 2004 “se incrementaron las reservas de los seguros, sobre el gasto de operación, al imponer la obligación al instituto de ahorrar de sus ingresos un poco más de 13 mil millones de pesos, a pesar de las opiniones de la comisiones de Seguridad Social, y de Presupuesto y Cuenta Pública presentados en su oportunidad”.
Según Vega, “el uso de las reservas de los seguros es para hacer frente a las contingencias que puedan presentarse, tanto lo que se refiere a una elevación en los costos de las prestación de los servicios, como una mayor demanda de ellos; en consecuencia, es más lógico destinar parte mayor de sus ingresos a cubrir esas necesidades que incrementar el ahorro a costa de las prestaciones de los servicios”.
En la operación diaria, resumió, “los trabajadores del Seguro Social hacen verdaderos milagros para proporcionar la atención de la calidad y oportunidad que merecen y que tienen derecho los trabajadores mexicanos y sus familias…”.
Por si algo faltara, Vega refirió que durante los últimos 12 meses el Seguro de Enfermedades y Maternidad siguió presentando un déficit importante en su financiamiento, “sin que se haya hecho nada para mejorar sus ingresos en ese lapso, manteniendo una falta de cobertura y la creación de plazas de personal que impiden elevar la calidad de los servicios…”.
Para terminar, Vega calificó los argumentos en los que se sustentan “las medidas financieras implementadas para mejorar la situación financiera del IMSS”, como una “falsedad que se presenta con la finalidad de justificar una medida que finalmente afectará la prestación de los servicios, al eliminar la sustitución de personal con contratación de base, agravando los datos señalados…”.