2004: BENJAMÍN GONZALEZ ROARO.
¡NADA, ABSOLUTAMENTE NADA, SIN CONSENSO!
1.- ISSSTE prismático1
¿Qué fuerzas presionan sobre Una propuesta de Reforma al ISSSTE, dictada desde los escritorios de la tecnocracia que comanda el secretario Francisco Gil Díaz?
1.- Patrón y sindicato. Mientras la Dirección del Instituto obsequiaba el lujoso folleto Logros y avances de la gestión institucional 2001-2003. Poniendo a México al día y a la vanguardia, Benjamín González Roaro comunicaba que, para resolver su “crisis”, ya se rediseñó la función financiera de los servicios de salud por lo que clínicas y hospitales sólo recibirán ampliaciones presupuestales “cuando cumplan compromisos en el ahorro de recursos económicos” y seguía repitiendo que “sin reforma legal” -que hasta ahora no ha definido-, se “frenará el avance del ISSSTE”.
Pero sucede que la diputada Concepción Castañeda, secretaria general del SNTISSSTE, reconoce la “necesidad” de revisar el sistema de pensiones aunque sin afectar las conquistas laborales: “no sólo debe aportar el trabajador, sino también el Gobierno federal”.
2.- Tecnócratas e intereses. Para José Antonio González Anaya, director general de Seguros y Valores de la SHCP, en el “tema del ISSSTE, ya nos alcanzó el futuro: la Legislatura 59 tiene la responsabilidad histórica de resolver este problema. La Secretaría está seriamente preocupada”.
Tanto como lo está el Banco Mundial, quien en su México-Technical Assistance for Public Sector Social Security Reform, ISSSTE, recomienda que la “reforma” del Instituto implemente “un área de compra de servicios de salud”.
Por su parte, las propias Afores –que planean invertir en el Mercado de Derivados después de que las Siefores ya financian al sector eléctrico vía la adquisición de títulos de deuda de PEMEX, CFE y la Sociedad Hipotecaria Federal (La Jornada, 26.11.2003)- estiman que sus 30 millones de afiliados deben realizar aportaciones voluntarias equivalentes a, por lo menos 20 por ciento de su salario actual, para gozar de un retiro digno. Ello, porque el sistema de retiro garantiza una tasa de retorno de apenas 40 por ciento del último salario del trabajador. Lamentablemente, informaron, las tablas actuariales que se usaron para las Afores hace nueve años “ya no valen: fueron mal calculadas”.
Y el sector asegurador también advierte un escenario difícil: al cierre del tercer trimestre del 2003, esta industria reportaba una caída del 8.3 por ciento respecto al mismo período del año anterior.
3.- Burocracias sindicales y oposiciones. Después de recibir 52 mil nuevos créditos para vivienda de manos de Vicente Fox -que gestionará el FOVISSSTE-, el senador Joel Ayala, presidente de la FSTSE enfrentó una rebelión -encabezada por el SNTE, SUTDF y 18 organizaciones más- que, pretendiendo “recuperar” esa Federación, lo acusaron de “transgredir los estatutos, manejar a discreción las finanzas y el Programa de Separación Voluntaria”. Ayala respondió convocando a un Congreso Nacional Extraordinario -que tuvo lugar el 5 de diciembre- para que la Federación “delibere y defina la posición y acciones en torno a la gran inquietud que ha generado la reforma del ISSSTE”. Meses antes, Joel Ayala había defendido la pertinencia de diseñar una Afore pública, frente a una “reforma que incluya el manejo del fondo de pensiones por empresas privadas”.
Por su parte, miembros de la CNTE, representantes sindicales de diversas secretarías de Estado y universidades públicas exhortaron a “rechazar las reformas a la Ley del ISSSTE y que el gobierno federal asuma su obligación en el financiamiento”.
4.- Legisladores. En una acción poco frecuente, el diputado perredista y actual presidente de la Comisión de Seguridad Social, Miguel Alonso Raya, comunicó en desplegado que “en virtud de las inquietudes generadas en relación a las posibles reformas de la Ley del ISSSTE, la Presidencia informa que no se ha recibido ninguna iniciativa”.
5.- Multitud. Mientras tanto, más de 6 mil maestros de Ciudad Juárez, en paro, desconocieron a su directiva local por negociar con el ISSSTE sin consultarlos, el compromiso de reinstalar una clínica de medicina familiar, la edificación de un hospital en 2004, contar con un cuadro básico de medicamentos y la “no privatización” del Instituto. También, jubilados y pensionados del ISSSTE en Tapachula, realizaron plantones para exigir mejor servicio y abasto. Y aunque el Instituto anunció la creación de “más de mil” comités de vigilancia epidemiológica –que “fortalecen” el programa contra las infecciones nosocomiales, la “falta de fondos” retrasa la atención de pacientes que requieren endoprótesis ortopédicas, mientras la Comisión Nacional de Salud deslindó de responsabilidad a los médicos del Hospital Primero de Octubre en el que fallecieron nueve bebés.
Aún sin considerar siguiera la completa ausencia de una auténtica política de salud y seguridad social en el foxismo, está la Propuesta de la SHCP a la altura del reto institucional?
2.- ¿Nuevo despotismo ilustrado?2
Finalmente, después de que las amplias movilizaciones de los trabajadores del IMSS en defensa de sus conquistas laborales, las evidencias proporcionadas por el II Coloquio Seguridad Social organizado por el SNTISSSTE, los puntos de vista externados por legisladores, analistas y algunos segmentos patronales –entre otros- hicieron sonar su voz, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz parece haber empezado a ampliar su visión sobre el problema global de las pensiones en México.
Una vez que el 17 de junio pasado la secretaría a su cargo filtrara al Senado el documento Una propuesta de reforma al ISSSTE y que él mismo comunicara que esa “reforma” sería “espejo” de la más que controversial “reforma” que Ernesto Zedillo y Genaro Borrego le impusieron al IMSS en 1995, Gil Diaz se atrevió por fin a enmendar. ¿Alguien gana con ello?
Aprovechando el foro de una Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo en Lima, Perú, Gil Díaz sostuvo que entre las reformas de fondo que son indispensables, está la del sistema estatal de pensiones. Ella, dijo, es “algo urgente e incluye no sólo una propuesta para empleados al servicio del Estado, sino a todos los trabajadores de México, incluso los de PEMEX, CFE, LFC e IMSS, pues el sistema de pensiones debería ser universal”. Aunque hasta el momento, nadie conozca esa “propuesta universal”.
Y pocos días después, ya encarrerado, Gil Díaz se animó a “reflexionar” sobre algunos de los problemas “incomprensibles” que plantean las “reformas” mexicanas. Desde su punto de vista: “es algo paradójico, porque hablas con los miembros del Legislativo y las reacciones son de gente informada e inteligente, pero no hemos visto que eso se traduzca en una votación o en un apoyo político”. Es claro que Gil Díaz cree estar capacitado para medir la “información e inteligencia” de los legisladores, sin obsequiar la prueba que lo dote del estatuto vitalicio de supremo “evaluador”.
Pero más provocativa resulta aún su visión -como virtual Presidente “económico” de México-, sobre lo que nos “cuesta” la cerrazón de los legisladores: “esa falta de decisiones sí afecta porque no estamos aprovechando las oportunidades que existen para que haya más crecimiento, empleo y mejores salarios. Es difícil entender eso, yo no lo comprendo”.
Y para mejor “aclarar” el asunto, Gil Díaz recurrió al penoso caso de la reforma fiscal. Desde su punto de vista: si “existe un planteamiento distinto al de homologar la tasa del IVA a todos los bienes y servicios, estamos dispuestos a considerarla. Pero nos gustaría saber cual es el planteamiento. Estamos abiertos a cambiar las propuestas, han sido modificadas y ni aún así hay acuerdo”.
En el último informe del FMI sobre Argentina elaborado por Anne Krueger, se consigna que Gil Díaz estima que las “políticas de reforma que se han aplicado a lo largo del continente en la última década son una grotesca caricatura de reformas con clara orientación hacia una economía de mercado”.
Frente a este cuadro y aunque de filiación priísta, el secretario de Hacienda del gobierno del “cambio” que soñó encabezar Vicente Fox, considera que para completar el proceso de reformas estructurales y al mismo tiempo evitar una mayor confrontación política sería preciso considerar que “algunos grupos quieren una solución todo o nada, o no se ponen de acuerdo las partes. Ese es el problema”.
Y puntualizó “con esos votos de un estado que tiene baja densidad poblacional y bajo número de diputados, que se habían comprometido a votar a favor de la reforma, hoy tendríamos reforma fiscal, pero al final no se dio”.
En una reciente entrevista el experto europeo en políticas públicas Giandomenico Manjone observó agudamente que el prototipo de analista que ha prevalecido en la tradición angloamericana se ha transmitido a la incipiente disciplina mexicana: un experto que soluciona problemas, cuya formación académica contiene conocimientos amplios acerca de métodos estadísticos, paquetes computacionales, finanzas y economía, entre otras cosas.
Y agregó, sin “equivocar demasiado las cosas, podría decirse que en esta posición hay mucho de presunción profesional y no tanto de sentido común. Fundada en la especialización de numerosas tareas gubernamentales, aparece una visión que, en cierto modo, representa un nuevo despotismo ilustrado”.
¿Será que aquello que “no comprende” el secretario Gil Díaz se localiza, justamente, en el marco de ese nuevo despotismo ilustrado a que alude Manjone? ¿Qué suerte podrán correr en sus “ilustradas” manos las propuestas “universales” sobre las pensiones de los trabajadores mexicanos? Porque también es cierto que puede haber gobiernos no tecnocráticos. Eso es lo que se jugará México en el 2006.
3.- ¡Pura falta de ignorancia!3
¿Cuál es el proyecto de “reforma” para el ISSSTE del priísta Benjamín González Roaro en los tristes tiempos del gobierno del “cambio”? Nadie lo conoce. Toda su “propuesta” se reduce a un alud de inserciones pagadas en medios escritos para comunicar que “sólo por consenso” habrá esa singular “reforma” sin rostro, perfil ni cuerpo.
Surcando un mar de difuso optimismo, González Roaro, ha consumado un palmarés poco envidiable. En tan sólo los días que cubren del 1 de marzo al 17 de junio, acumuló 26 alusiones a una “reforma” de ese Instituto, sin haber dicho una sola palabra sobre su contenido. Para decirlo con Cantinflas: habrá que disculparle esa sincera “falta de ignorancia”.
Claro que por “profundidad declarativa”, ha sido superado tanto por el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, -quien en una sola declaración sostuvo que la “reforma” del Instituto sería “espejo” de la fracasada “reforma” que Zedillo impuso al IMSS en 1995- como por el desconocido “subsecretario” de Hacienda, Alonso García Tamés, quién sin saberlo ya luce como genuino discípulo del invariablemente apocalíptico Santiago Levy, pues en su muy “técnica” opinión los “pasivos laborales del ISSSTE son los más graves, cada año que nos tardemos en realizar una reforma implica dos puntos del PIB”.
La fiebre “comunicadora” de González Roaro no define absolutamente ninguna orientación de esa fantástica “reforma” pero, con todo, medio refleja la profunda agenda pendiente del ISSSTE. El largo rosario declarativo alude a la corrupción; a la “crisis” de todos los sistemas de seguridad social del país, los agudos problemas de financiamiento y, por tanto, su obligado rescate. También refiere que la seguridad social está dotada de una “arquitectura obsoleta” pero, como sigue siendo una “responsabilidad” del Estado, resulta preciso “despolitizar” las pensiones y establecer -mediante acuerdo- un pacto para conformar un sistema nacional de seguridad social.
Su extenso catálogo declarador también se ocupa, incidentalmente, de algunas tareas vinculadas a la columna vertebral del Instituto. Por ejemplo, invoca las –hasta ahora ausentes- políticas en salud y pensiones para enfrentar el proceso de envejecimiento; la mejora de servicios, prestaciones, impulso de la cultura de la responsabilidad, mejora continua de la administración y modernización tecnológica.
Pero hay que sumar otro puñado de exhortaciones de franca euforia consensuadora, en las que convocando al “diálogo, el consenso y la búsqueda de soluciones conjuntas”, González Roaro llama a los integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) -pronunciamiento del pasado 8 de junio en Villahermosa-, partidos políticos, legisladores y sindicatos “entre otros actores”, para que participen en la construcción de una manifestación política que “permita la reforma del ISSSTE”.
Para todo ello, el director del ISSSTE parte de una certeza: la “variable más importante para otorgar estabilidad a un sistema de seguridad social es fijar la edad de retiro de acuerdo con la esperanza de vida de la población y lograr equilibrios actuariales”. Como gusta decir el secretario de Hacienda: “antes de que llegue una crisis, debe comenzarse una reforma con menos traumas”.
En este paisaje tan “feliz”, lo más sorprendente es que González Roaro insista en la necesidad de contar con la opinión de los trabajadores y su dispuesto compromiso para “transformar” la institución, antes de presentar cualquier iniciativa de “reforma”, cuando hasta ahora, no se ha atrevido siquiera a consultarlos.
No es casual que Concepción Castañeda, dirigente del SNTISSSTE, opine que con el escenario “catastrofista” trazado por Gil Díaz y García Tamés, “no se alcanzará una solución al problema”, mientras la CNTE y 27 sindicatos afiliados al ISSSTE ya se movilizan para impedir que se aplique una “reforma lesiva para el sector laboral”. Por su parte, el diputado perredista Alonso Raya, presidente de la Comisión de Seguridad Social, estima que el “maximalismo de las autoridades foxistas propicia la polarización entre las partes”.
Sin embargo y sin saberlo, los derechohabientes del ISSSTE han financiado el penoso volumen La Seguridad Social en el Mundo (Siglo XX1, 2004) del cual es “autor” Benjamín González Roaro. La “obra” reúne una farragosa compilación de legislaciones nacionales de 4 continentes en ¡510! insufribles páginas. ¿Pueden los funcionarios de Fox “escribir” libros mientras “conducen” a México para “reformarlo”? ¿En algo pesa la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos?
El naufragio del gobierno del “cambio” es emblemático: donde no hay políticas, abundan las declaraciones. Basta preguntar ¿cómo puede haber “reforma” del ISSSTE, si como señala con precisión el pronunciamiento de la CONAGO en Villahermosa, hoy día carecemos “de un estudio actuarial homologado para dimensionar la magnitud de la problemática a partir de consideraciones técnicas”? Sencillo: hay que disculparle al foxismo su sincera “falta de ignorancia”.
4.- Malas prácticas en las Afore4
Mientras Fernando Solis Soberón, expresidente de la Consar y actual director del Grupo Nacional Provincial afirmaba que “si en el camino encontramos que existen compañías privadas que logran mayores eficiencias para hacer más con lo mismo, como las Afore, ¿por qué no aplicar el esquema?” y el Fondo Monetario Internacional –vía su subdirector gerente, Agustín Carstens-, resaltaba que el “nivel de supervisión financiera en México cumple con los criterios establecidos internacionalmente para suministrar información al público”, el apetito de las Afores por los fondos privados de pensiones crecía desmesuradamente.
Hoy día más del 70 por ciento de los mil 138 planes de pensiones privados, cuyo valor de mercado supera los 115 mil millones de pesos, es administrado por bancos. La competencia por este nicho de negocios será brutal. Para las Afores esta es, sin duda, una prioridad. Y es que, al decir de la Encuesta de Beneficios para Empleados 2002 de la Asociación Mexicana de Actuarios Consultores, sólo en ese año se aplicaron 73 planes de pensiones nuevos, de los cuales el 74 por ciento es de beneficio definido y 26 por ciento de contribución definida. Incluso, la firma Aon Risk Services,ya comunica que “cualquier inversionista busca asesoría financiera adecuada, como la de las Afores, para realizar este tipo de inversiones de largo plazo”.
Por su parte, Marcelo Palacios, presidente de la Amafore, estima que el reto consiste “en hacer una oferta atractiva para las empresas”. Y en ella, lo que destaca es contar con “familias de sociedades de inversión especializadas para el retiro (Siefore), para que los empleados puedan decidir en que portafolios pueden invertir.
Pero el Banco de México y la Consar calculan que el monto total de los recursos depositados en el SAR ya alcanzan 750 mil millones de pesos, cifra que equivale al 74 por ciento del saldo en moneda nacional de captación de la banca comercial que opera en el país, aunque estos recursos no contribuyan a elevar el crédito ni la inversión.
Sin embargo, el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz ha considerado que la “reforma” del ISSSTE debería ser un “espejo” de la que Ernesto Zedillo impuso al IMSS en 1995; “reforma” que inauguró el sistema de las Afores. Sólo faltaba que el tecnócrata emergente Eduardo Sojo, coordinador de políticas públicas de la incoherente presidencia foxista y accidental “encargado” de la Convención Nacional Hacendaria, volviera a amenazar con la misma apocalíptica tonada compuesta por Santiago Levy y su involuntario discípulo hacendario Alonso García Tamés: ¡urgen reformas de pensiones y fiscal para crecer! Y es que para Sojo a estas “reformas no podemos darles la vuelta”.
¿Qué suerte podrán correr los trabajadores del ISSSTE si esa “reforma espejo” llegara a consumarse?
El pasado 31 de marzo, la ING Afore divulgó el robo de estados de cuentas de algunos afiliados a Afores, presuntamente por empleados al servicio del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), información que podrían haber comprado Santander y dos Afores más. El precio de cada estado de cuenta –con el cual los promotores acceden a toda la información necesaria para abordar a los afiliados y tratar de cambiarlos de Afore- varía entre 20 y 40 pesos, dependiendo de cada Afore. Incluso, en algunas de ellas existe la política de pagar una comisión más alta a la establecida como promedio a los promotores que logren traspasar a trabajadores que tienen un mayor nivel salarial.
Como era de esperarse, Santander relativizó las imputaciones y Sepomex indicó que no cuenta la información legal respecto a que sus trabajadores pudieran haber robado estados de cuenta: “no hemos perdido ni un solo saco”. Sepomex reparte cerca del 35 por ciento de los estados de cuenta de las Afore (Banamex, ING, XX1, Azteca) y aclaró que ellas tienen un grave problema con sus bases de datos porque reciben un alto índice de devolución.
Las malas prácticas abarcan también la compraventa de bases de datos, hojas rosas, falsificación de firmas e identificaciones, el traspaso basado en argumentos engañosos o confusos e incluso sin consentimiento del trabajador. No obstante todo lo cual, la revista Emerging Markets, acaba de otorgar a la CONSAR el premio anual como “mejor regulador financiero de los mercados en América Latina”.¡Cómo andarán los otros!
¿Caben estas malas prácticas de las Afores en las “eficiencias” que tan entusiastamente les adjudica Solis Soberón? ¿Están incorporadas al “nivel de supervisión financiera de México” que tanto aplaude Agustín Carstens desde el FMI? ¿Correrán la misma suerte las cuentas de los dos y medio millones de trabajadores del ISSSTE que el secretario Gil Díaz y Eduardo Sojo pretenden “aforar” con su ofrecida “reforma espejo”?
5.- Danza de cifras para imponer la “reforma” del ISSSTE5
El tecnócrata zedillista Santiago Levy se transmutó en el elbista Benjamín González Roaro, mientras el “gobierno” de Fox pretende seguir haciendo de las suyas.
Vicente Fox y su gabinetazo no cambiaron nada: no hay proyecto industrial, ni empleo ni seguridad pública; ya fueron derrotados en sus dos regresivas “reformas” fiscales pero, con la anuencia del PRI-PAN, siguen golpeando a los trabajadores sindicalizados y hasta los amenazan con una inminente “reforma” laboral. Después del golpe autoritario al IMSS, quieren doblar al ISSSTE.
Ahora resulta que la voz de Levy hablando a través de González Roaro ha descubierto que, como el IMSS, el ISSSTE también está “al borde del colapso financiero” por su esquema de pensiones y jubilaciones. Al estilo Levy, ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, González Roaro amendrentó con sus cifras: este sexenio, dijo, deberán transferirse 130 mil MP para asumir sus compromisos y el próximo, 309 mil MP. Exudando “autoridad”, confirmó que ambas cantidades equivalen a las “reservas del Banco de México”. ¡Híjole!
Como para Levy, también González Roaro ve a los pensionados como mero “pasivo”: en los últimos 20 años, comunicó, “se han incrementado 500 por ciento, pero los cotizantes sólo 50 por ciento”. Y como si no fuera suficiente, todavía se atrevió a precisar: ellos apenas aportan el 22 por ciento del “beneficio” que recibirán. ¿Se refería a los servicios médicos de “excelencia” que presta el ISSSTE? Un trabajador, puntualizó, aporta 216 mil pesos pero tiene garantizada una pensión igual al millón 400 mil pesos. ¿Aludía a Emilio Lozoya, Manuel Aguilera, José Antonio González Fernández, Socorro Díaz o Alejandro Gertz Manero?
Y eso no es todo, según el apocalíptico González Roaro, el “equilibrio” entre pensionados y cotizantes se ubicaría en 14.28 activos, cuando en la actualidad es de 4.6 por uno. Además, la prima de equilibrio de los trabajadores debería ser de 20 por ciento y no de siete, como está vigente. ¡Claro, para recibir esos servicios médicos de “excelencia”, se entiende! Porque en el 2010, agregó, la prima debería alcanzar el 30 por ciento. ¿Y cuánto de ella corresponderá a las Afores?
Claro que González Roaro da por descontando que los últimos gobiernos priístas tengan alguna vela en el asunto. A pesar de los “consensuados” y “democráticos” programas de retiro “voluntario” que promueve Hacienda, el ISSSTE, supone él, ha sido tan bien administrado como la exitosa multinacional Nestlé.
El esquema apocalíptico de Levy ha sido pues calcado al ISSSTE de Elba Esther Gordillo: González Roaro calcula que el déficit del fondo médico alcanza 3 mil 500 MP y en el 2010 será de 5 mil y presume que “todos estos recursos se deben distraer de los programas de alimentación, educación y contra la pobreza”. ¡Quedando bien, de paso, con Martha Sahagún!
Lamentablemente para González Roaro, algunos priístas guardan sus reservas frente a su macabra danza de cifras. Por ejemplo, el senador Enrique Jackson ha manifestado que “hay puntos que debemos meditar con seriedad, porque son polémicos”. Por su parte, los diputados priístas Concepción Castañeda y Marco Antonio García Ayala -secretarios generales del SNTISSSTE y del SNTSSA-, advierten que cualquier decisión deberá consultarse con los trabajadores, sobre todo con los médicos y enfermeras que subsidian con sus salarios esos servicios médicos de “excelencia”.
Estas reservas pueden tener que ver con los intereses del Banco Mundial, quién dictó al secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, Una propuesta de reforma al ISSSTE (17.6.2003) -ya contenida en el libro México: una nueva agenda integral de desarrollo para la nueva era, 2001, pp 223-7- y explicitada en su México-Technical assistance for public sector social security reform, ISSSTE (18.7.2002)
Y como propusiera el afamado “subsecretario” de Hacienda, Alonso García Tamés, los “pasivos laborales del ISSSTE son los más graves, cada año que nos tardemos en realizar la reforma, implica dos puntos del PIB”.
El propósito es aforar a dos y medio millones de trabajadores del ISSSTE, aunque con información de la Consar se estime que las comisiones se comen hasta el 36.45 por ciento del rendimiento de los trabajadores, mientras las utilidades de las Siefores van en descenso.
Todo lo cual no ha sido obstáculo para que la Editorial Siglo XX1 -de ilustre memoria, ahora en manos de un director que considera que en ella “el perfil está sobre la ganancia” (La Jornada, 20/8)-, siga publicitando la “fundamental” obra de González Roaro La seguridad social en el mundo, que en ausencia de los tres apocalípticos Informes con que Levy intentó sepultar al SNTSS, hace las veces de penosa arma arrojadiza. ¿Pueden los funcionarios de Fox “escribir” libros mientras “reforman” al ISSSTE? ¿Y la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos?
¿Después del patético Cuarto Informe de Fox ¿defenderá González Roaro al Instituto que le paga 212 mil pesos mensuales? A diferencia del tecnócrata Levy, ¿se atreverá a consultar realmente a los trabajadores que le suministran ese “digno” salario?
6.- “Reforma hacendaria” del ISSSTE6
El representante de la “maestra” Gordillo en el ISSSTE, Benjamín González Roaro, cree que la “reforma” del Instituto debe ser “políticamente sustentable, sin maquillaje y capaz de dar solución total a la problemática del Fondo de Pensiones y Médico”. Para ello, calcula, hay que “persuadir” a 220 sindicatos y a “todos” los gobernadores.
Por indicaciones de Fox y esa “complejidad política”, González Roaro, cede encantado la tarea a un “coordinador nacional protagónico”. ¿A quién? Por supuesto: a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Ella, por su parte, activó el México-Technical Assistance for Public Sector Reform, ISSSTE (18.7.2002) del Banco Mundial, cuyo “implementador” nacional es Enrique Moreno Cueto, subdirector general de prestaciones económicas, sociales y culturales del ISSSTE.
También gracias a González Roaro, ni tardo ni perezoso (como ya lo había hecho escandalosamente en julio), Alonso García Tamés –representante de la SHCP e involuntario discípulo de Santiago Levy- se apresuró a intentar hundir con sus apocalípticas cifras a la seguridad social mexicana. Sostuvo, por ejemplo, que el “colapso financiero” de los institutos ya rebasa los 680 mil millones de dólares, 116 por ciento del PIB! El ISSSTE es la institución “con la situación más preocupante”, recalcó. Y como si no fuera suficiente remarcó que la “problemática” también alcanza a PEMEX, CFE, CLFC y a la banca de desarrollo.
Además de la “asistencia” del Banco Mundial, a los afanes de García Tamés, se sumaron “complementariamente”, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con 275 MDD y el gobierno japonés! con 750 mil dólares. El “filantrópico” BID espera que su “ayuda” amplíe la participación privada en el sector salud, la subrogación de servicios y genere ajustes de personal de acuerdo a la demanda.
¿Para qué tanta alharaca? Según González Roaro para algo “estratégico”: consumar la aforización de dos y medio millones de trabajadores. ¡Cantidad nada despreciable!, dadas las actuales comisiones y rendimientos a la baja de las Siefores.
Supervisado por García Tamés, ante diputados de la Comisión de Seguridad Social, González Roaro consideró que con un “bono de reconocimiento”, igual a ¡815 mil MDP! (12 por ciento del PIB), se solventarían las obligaciones laborales del ISSSTE. ¿Cómo? Dotados de “poderosas” cuentas individuales, los trabajadores actuales, así como los de nuevo ingreso, podrían cobrarlo ¡a futuro!
Para ello, los activos contarían con un “esquema de transición” por el que el Estado depositaría en forma de bono la cantidad de recursos a que tendrían derecho si cumplieran los requisitos para el retiro. ¿Cuáles? La actual edad mínima, 55 años y 15 de cotización, sería ya irrelevante, toda vez que con la “reforma hacendaria” del ISSSTE, ellos podrían jubilarse cuando hayan ahorrado lo suficiente para tener acceso a una pensión del doble de la mínima que el Estado garantizará a quienes cumplan 65 años de edad, aparte del monto de sus ahorros.
¡Genial!: en una economía estancada, tú, activo, empiézale a correr: el negro futuro es tuyo. Ahora tú eliges la edad de retiro. Sólo que el tamaño de tu pensión dependerá, hoy, del “bonito” a futuro, más lo que acumules a partir de la entrada en vigor de la “reforma hacendaria” y, seguro, los intereses de ambos montos.
Nosotros, como Estado, ya nos difuminamos. Pero claro, si en virtud de un milagro logras ahorrar tanto como para completar una pensión del doble de la que te garantiza el Estado (salario mínimo), te puedes retirar independientemente de la edad que tengas. ¡A Cancún! Si no, tendrás que seguir laborando hasta los 65 años. Pero no te preocupes: en ese mismo momento, el Estado se responsabilizará de completarte una ¡fabulosa! pensión de un salario mínimo mensual (mil 357 pesos). Efectivamente: ¡somos el gobierno del “cambio”!
¿Y para los de nuevo ingreso? La “reforma hacendaria” es igualmente ¡brillante! Empiezan con las nuevas “reglas” y su fondo se integraría con la aportación de 3.5 por ciento del salario base, otro 3.5 por ciento a cargo de las dependencias, 2 por ciento del SAR y 5 por ciento del fondo de vivienda. Pero, a diferencia de los activos, González Roaro –asesorado por Hacienda- estima que los nuevos tendrán garantizada la pensión con base en su ahorro, el cual, a su vez, variará dependiendo del nivel salarial individual.
Contando también con el “apoyo” de José Antonio González –director de Seguros y Valores de la SHCP-, el director del ISSSTE comunicó que esta reforma “integral” sólo “transparentaría” una deuda “ya existente”.
Lamentablemente, ni su “propuesta”, ni la de García Tamés y González, atienden mínimamente el Fondo Médico del ISSSTE.
González Roaro concluyó enfatizando que la administración de los fondos para el retiro estará a cargo de los organismos privados ya existentes. Es decir: de las Afores. ¡Tiene prisa!
Como en el caso de la vergonzosa Iniciativa Beltrones impulsada por el tecnócrata Santiago Levy en el IMSS, es claro que -de ser aprobada- la “reforma hacendaria” que pretenden aplicarle Fox y el Banco Mundial al ISSSTE (vía Alonso García Tamés y José Antonio González de la SHCP) a través del representante de la “maestra” Elba Esther Gordillo, Benjamín González Roaro, no mejorará en nada el futuro de los pensionados del Instituto, ni por supuesto los servicios médicos.
Busca la aforización de los trabajadores del ISSSTE y como en el caso del IMSS, el Fondo Médico y sus problemas no está en su orden de prioridades.
¿Y el SNTISSSTE? Como en el caso de Levy, tampoco González Roaro se ha atrevido todavía a consultar a sus trabajadores, a pesar de que recibe de ellos un salario mensual de 212 mil pesos. ¿Los consultará?
7.- El fondo médico del ISSSTE y los representantes de la “maestra”7
David Buenfil, director comercial de Skandia México, estima que cada vez son más las personas conscientes de que el ahorro de las Afores “no les permitirá mantener el nivel de vida durante su jubilación”. Según datos de la Consar, quien gane mil 250 pesos mensuales, obtendrá –en el mejor de los casos- una pensión del 60 por ciento de su salario, mientras que los que perciben 30 mil pesos mensuales, las Afore sólo podrán garantizarles una tasa promedio de 30 por ciento del último sueldo. ¿Qué hacer? Buenfil ve una salida en los planes personales de retiro (PPR), que ofrecen mejores tasas de rendimientos y beneficios fiscales para el trabajador.
Por ejemplo, quién ahorre 30 mil pesos anuales, obtendría 5 millones de pesos en 30 años (y sólo 2.9 millones si lo deposita en el banco), más la posibilidad fiscal de deducir hasta 10 por ciento de los ingresos acumulables. Según Buenfil, la ventaja de los PPR consiste en que los trabajadores pueden elegir los instrumentos financieros en que se invertirá su dinero, a diferencia de las Afore donde la “mayoría de los recursos se invierte en los mismos”.
¿Y los gastos médicos de los pensionados? ¡Ni una palabra! Lo mismo sucede con los funcionarios que propalan la “reforma hacendaria” del ISSSTE, cuyo Fondo Médico, no está en su orden de prioridades, tal y como acontece en el IMSS-Levy.
Manuel Urbina, subdirector general médico del ISSSTE, considera que el déficit del fondo asciende a más de 8 mil MDP que deberían destinarse a la renovación de 25 mil equipos obsoletos y la ampliación de la infraestructura. Además, se requiere la contratación de 12 mil trabajadores (médicos, enfermeras, paramédicos y personal de apoyo en salud), de los cuales 900 se ubicarían en las clínicas de primer nivel que operan de manera precaria por falta de personal.
Según Urbina, la infraestructura de clínicas y hospitales carece de capacidad para atender la demanda y el promedio de antigüedad del equipo es de 18 años. Se sustitución y compra sumaría 3 mil 800 MDP, cuando éste año, apenas se dispuso de 457 MDP, de los cuales 12.6 se canalizaron a la reposición.
El diagnóstico de los representantes de la “maestra”, destaca la necesidad de fortalecer el primer nivel de atención debido a que por las carencias, las clínicas están imposibilitadas de resolver los padecimientos de los pacientes, lo que, a su vez, ocasiona la saturación de los hospitales de segundo y tercer niveles.
De las mil 122 clínicas familiares, sólo 440 pertenecen al ISSSTE: 52 son rentadas, 203 son subrogadas y 417 corresponden al rubro “otras”. Urbina calcula que para “hacer mejor uso de los recursos” y sustituir 30 por ciento de las ahora subrogadas, deberían edificar y equiparse adecuadamente 187 unidades de medicina familiar, así como el cien por ciento de las que hoy día se rentan.
Otro serio problema son las desigualdades entre las entidades federativas: mientras a los 106 mil derechohabientes de Querétaro les corresponde una adscripción de 5 mil 900 usuarios por clínica familiar, en el caso de los 96 mil 400 de Tlaxcala, la cifra se eleva a 32 mil. Para corregir “éste desorden”, recalcó Urbina, se necesitan “recursos económicos”.
Con ellos se tendrían que realizar 9 obras nuevas con un costo de 16 MDP; ampliar y remodelar 30 inmuebles invirtiendo más de 87 MDP, así como mantenimiento mayor a clínicas y hospitales por 858 MDP. Además, para reactivar las obras suspendidas; estudios de preinversión; instalación de equipo de radiodiagnóstico y refuerzo estructural de algunos edificios, el ISSSTE reclama casi 120 MDP. Hay que construir también 8 centros regionales de diagnóstico; 8 clínicas regionales de especialidades y 4 hospitales generales.
Y aunque se cuenta con mil 778 camas hospitalarias para el segundo y tercer nivel, faltan otras mil 364. Las delegaciones de la zona metropolitana de la ciudad de México cubren 40 por ciento de los afiliados con un déficit de 971 camas.
Pese a todas estas necesidades, además de sus cuestionables diagnósticos enteramente financieros ¿qué ha hecho hasta ahora el gobierno del “cambio”? ¡Nada!, salvo no gastar. Según el Avance de Gestión Financiera de la SHCP, hasta el primer semestre de 2004, el ISSSTE era la dependencia con mayor retraso en el ejercicio de recursos para inversión. En seis meses, los avanzados representantes de la “maestra”, apenas habían podido ejercer ¡10! de los casi 861 MDP programados.
¿Qué harán en lo que resta del sexenio? A diferencia del manifiesto interés por los jugosos dividendos del fondo de pensiones, para los médicos, enfermeras y profesiones afines que con sus magros salarios subsidian al ISSSTE, la “reforma hacendaria” de Benjamín González Roaro aún no define los contenidos por “reformar”.
Pero Pedro Vázquez Colmenares, subdirector general de finanzas, sostiene que las soluciones “integrales” que lo desvelan aguardan “crear un seguro se salud que asuma las obligaciones futuras y cuantifique los gastos a financiar”. ¡Un auténtico genio!
Como en el caso del IMSS-Levy, los representantes de la “maestra” probablemente sólo repitan las “sugerencias” del Banco Mundial: “separar el financiamiento de la prestación, contratación externa de los servicios, constitución de Areas Médicas de Gestión Desconcentrada y definición de un nuevo Modelo de Medicina Familiar Preventivo” (México-Technical assistance for public sector social security reform, ISSSTE (18.7.2002, pp.3-4)
Así, la “reforma hacendaria” del ISSSTE será para las Afores o los PPR. Para González Roaro y los otros representantes de la “maestra”, los médicos, enfermeras pacientes y jubilados son, sin duda, lo de menos. ¡Signos del gabinetazo del “cambio”!
8.- ¿”Coalición de perdedores”?8
Como en el caso de Skandia México y sus planes personales de retiro, Raúl Avila Catalán, director de mercadotecnia de Seguros Monterrey New York Life, advierte la necesidad de que los trabajadores ahorren en un plan adicional al de las Afore. Para ello ha diseñado Imagina Ser, un seguro con protección contra fallecimiento.
Con él pretende que cualquier beneficiario de los esquemas de seguridad social complemente su ahorro, dado que serán “muy pocos los que gocen de la pensión máxima del IMSS (34 mil pesos mensuales) y, también, muy pocos los que tengan derecho a una pensión de 21 mil pesos de las Afore, para lo que habrá que tener un buen saldo y cotizar 47 años”.
Con Seguros Monterrey, un hombre de 38 años -no fumador- que desee retirarse a los 65 y compre una suma asegurada por 160 mil dólares, pagaría 318 dólares mensuales durante 27 años y recibiría una renta de por vida de mil 30 dólares.
Después de que el representante de la “maestra” Gordillo, Benjamín González Roaro, presentara su “reforma hacendaria” del ISSSTE, se sucedieron posicionamientos asaz “oportunos”.
Desde el frente sindical -más peleando por la administración de los jugosos recursos de los pensionados del ISSSTE, que discrepando con el espíritu de su “reforma hacendaria”- el senador priísta y dirigente de la FSTSE Joel Ayala, desmintió a González Roaro: “está muy equivocado en especular que hay avances. La única instancia de la que pueden surgir acuerdos, es la mesa instalada entre la SHCP y la FSTSE”.
Además, sostuvo que después de la “reforma” Beltrones-Levy al IMSS, no existen condiciones políticas para hacerlo en el ISSSTE: “el gobierno puede tener mucha prisa, pero el sindicalismo tiene la capacidad de decirle ¡quieto!”, expresó. ¿Porqué no predicó con el ejemplo y votó en contra de la “reforma” del IMSS?
Mientras tanto, Concepción Castañeda -secretaria general del SNTISSSTE-, llamaba al diálogo, acotando que “la experiencia internacional ha mostrado que la migración a un sistema de Afores no ha resuelto los problemas financieros de origen y, sí, por el contrario, ha resultado altamente desventajoso para los trabajadores”. Por su parte, la “nueva” Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos, exigía a Joel Ayala hacer público “lo que pacta a espaldas de los trabajadores” con la SHCP.
Pero tocó a Javier Beristáin Iturbide, actual director general de la Afore XX1, suscribir el pronunciamiento más descabellado. En su ultratecnocrático parecer, la “reforma” al sistema de pensiones, podría lograr el “apoyo popular si se ubica en una Política Nacional para la Vejez porque la cuenta no puede trasladarse del sector público a los contribuyentes a cambio de nada”. Beristáin calcula que, para tan encomiable propósito es urgente conformar una “coalición de perdedores”. ¿Quién la integra? Beristáin la visualiza como “grupos de interés bien organizados y financiados, como los adultos mayores, segmento que presenta alta incidencia de pobreza, baja cobertura de la seguridad social y escaso capital humano”. ¡Válgame Dios!
¿Y qué propone hacer con ellos? Para “volverlos ganadores”, pontifica, se “requiere de un programa de pensiones no contributivas, preferentemente focalizado (a la Levy-Progresa-Oportunidades), con beneficios definidos –aunque sean reducidos- y financiado con impuestos generales”. Recitando el evangelio del Banco Mundial, Beristain propone descaradamente que los “jóvenes fuera de la fuerza de trabajo” (vale decir: la mayoría!) pueden sumarse a su fantástica “coalición” al “contar con acceso a un sistema de pensiones de contribuciones definidas y con derechos de propiedad poartable”. ¡Genial: la “reforma hacendaria” de González Roaro recitada desde la Afore Siglo XX1!
Es claro que a estos jóvenes, su extravagante “Política Nacional contra la Vejez”, les queda tan lejos como el mismo principio de realidad al propio Beristáin. Por algo trabaja con Levy!
Lamentablemente el grupo parlamentario del PAN en el Senado opina como el desubicadísimo Beristáin. Para Héctor Larios, la “reforma del ISSSTE, es necesaria, aunque sin plazo fatal”. La “Iniciativa llegará a la Cámara en octubre”, remachó el tenebroso Fauzi Hamdán. Y el Banco Mundial los apoya, porque según su directora en México, Isabel Guerrero, la “preocupación es que si no se hace la reforma del ISSSTE, el próximo gobierno tendrá un problema”. ¿Uno?
Así, mientras Lorenzo Servitje del Grupo Bimbo concluye que “hay que exigir freno a los parásitos de las empresas paraestatales”, González Roaro, parece darle la razón a Seguros Monterrey New York Life pues, en su opinión, si sólo “se consideran los tiempos políticos, siempre habrá impedimientos”.
Tanto así, que –con la APAUNAM solicitando ser consultada, la delegación del ISSSTE-Tlaxcala tomada temporalmente por el Movimiento de Bases Magisteriales de la entidad y la amenaza de la CNTE de cerrar hospitales, delegaciones, oficinas administrativas, tiendas y edificios del Instituto en cuanto se presente al Congreso el proyecto de su “reforma”- hasta Joel Ayala se ha visto obligado a matizar que la FSTSE impedirá que se “trasladen los fondos de retiro de los trabajadores a una administradora privada”. ¿”Coalición de perdedores”?
9.- Después de Ciudad Juárez, Sr. Presidente, en el ISSSTE, primero debe consultar a los trabajadores9
Repitiendo la estrategia mediática de Levy para intentar hundir al IMSS y destruir su contrato colectivo, ahora resulta que también el ISSSTE está “ahogado” por sus pasivos laborales. Ellos equivalen, se dice, a 4 veces la deuda externa (3.4 billones de pesos). ¿Quién los calculó? Coincidentemente, la misma consultora que trabajó para Levy: Hewitt Associates.
Los datos de esa valuación actuarial revelan que del fondo de pensiones del ISSSTE sólo quedan 120 MP; suma que apenas alcanza para cubrir un día y medio del gasto anual en jubilaciones y pensiones. Así que de 45 años de cotizaciones de sus afiliados, sólo aparecen unos cuantos milloncitos! ¿Y el resto? ¿Se esfumó? Acaso ¿los funcionarios priístas que antecedieron a Fox dispusieron de esos recursos? ¿Los malversaron? ¿Dónde están? Para no comportarse como Levy, alguien debe explicar esta misteriosa “bancarrota”.
Pero, saltando por sobre este tenebroso pasado, Fox optó por “festejar” el 45 aniversario del ISSSTE llamando -con timidez, aunque presumiendo unos “intensos diálogos” que jamás han acontecido-, a emprender una invisible “reforma integral” de ese Instituto.
Sin la presencia de Joel Ayala, dirigente de la FSTSE, y emulando a Levy, Fox argumentó su urgencia en la necesidad de “fortalecer y modernizar los servicios médicos, infraestructura y equipamiento hospitalario para garantizar servicios de calidad”.
Lamentablemente las propuestas unilaterales diseminadas por el Banco Mundial, Hacienda, CONAGO y el director del Instituto, González Roaro –en su calidad de “representante” plenipotenciario de la “maestra” Gordillo-, aún no definen los contenidos médicos por “reformar”. Tanto así que el funcionario del ISSSTE, Pedro Vázquez Colmenares, cree que en la “reforma” médica se aguarda “crear un seguro de salud que asuma la obligaciones futuras y cuantifique los gastos por financiar”.
En realidad, el único objetivo definido de la “reforma” foxista consiste en trasladar al sistema de Afores a los más de dos millones de trabajadores afiliados al ISSSTE, sin haberlos siquiera consultado. Prueba de ello es que en otro festejo, el décimo aniversario de la Consar, Fox sostuvo que “debemos servirnos del modelo para extender este esquema a otros sectores y tener un sistema único de pensiones eficiente y moderno”.
En el mismo evento, Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda, también apostó por la “privatización de las pensiones”, porque el “diagnóstico apunta en una dirección inequívoca: la creación de un sistema nacional con base en cuentas individuales y una pensión mínima garantizada”.
Sólo faltaba que el afamado subsecretario Alonso García Tamés, repitiera su manido evangelio apocalíptico: la deuda del ISSSTE equivale “a 45 por ciento del PIB. Es insostenible. Reformar los sistemas públicos es una responsabilidad histórica impostergable”. Pese a lo cual, este “conocedor” de los mercados financieros (desde el Banco de México), reconoce que actualmente no existen condiciones para que el Congreso apruebe la iniciativa de reforma que ya elabora el Ejecutivo. “No tenemos un plan B”!
El “clima propicio para concretar acuerdos” invocado por Fox en la conmemoración del día del trabajador del ISSSTE, no ha pasado por aquellos que laboran en el Instituto y los 220 sindicatos que lo integran.
Frente a este cuadro, cualquier proyectito de “reforma” debe consultar primero a los trabajadores, no para que sean “escuchados” -como mal entiende Fox los “intensos diálogos”-, sino para que ellos mismos decidan el destino de sus fondos de pensiones y en todo caso, ahí si, escuchando los puntos de vista de Fox y sus tecnócratas unidimensionales.
Antes de precipitarse a aplicar el esquema Afores al ISSSTE, Fox está obligado a ordenar una auditoria en profundidad al ISSSTE y evaluar el impacto de la “reforma” que Zedillo impuso al IMSS en 1997.
Como señala la diputada Concepción Castañeda, secretaria general del SNTISSSTE “los derechos laborales son irrenunciables y el sistema de pensiones solidario es perfectible, pero conlleva un rango de justicia que no tienen otros sistemas”.
Por algo la CNTE ya anuncia un “plan táctico para detener la reformas a la Ley del ISSSTE, cerrando todas sus delegaciones” y la UNORCA exige una “política social de Estado diferente a la actual para otorgar a todos los campesinos el seguro social”.
Así, entre amenazas de paro de los empleados de la SAGARPA- Guerrero y en el Politécnico Nacional; peticiones de “diálogo” del SNTE en el Estado de México; protestas del STUNAM y exhortaciones de los diputados de la Comisión de Seguridad Social para que se incremente el presupuesto del ISSSTE, señor Presidente, hay que empezar predicando con el ejemplo.
Las movilizaciones, protestas aún más fuertes y planes de acciones del magisterio (oficial y disidente) para todo noviembre, están a la puerta.
Para evitar que su “reforma” del ISSSTE termine en la de Zedillo y Levy en el IMSS y como ni Hacienda, González Roaro, ni Joel Ayala han “dialogado” todavía con nadie ¿cuándo dará Usted el pistoletazo de salida al “amplio y democrático proceso” que ofreció al celebrar el 45 aniversario del ISSSTE?
10.-Generales pensionados en los mínimos y onerosos “gerentes” foxistas10
En el año 2000, el General de División del Estado Mayor Luis Garfias Magaña sometió a la consideración del candidato Fox una sencilla pregunta: “¿seguirá siendo el Instituto para la Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFAM) un organismo que no cumple con sus misiones fundamentales de servir entre otras cosas al personal retirado, y lo que es hoy, una institución burocrática que en muchos casos es enemiga del personal en retiro? Cuatro años después, el gobierno que alguna vez soñó ser del “cambio” parece, finalmente, habérsela respondido.
Mientras los servicios médicos de las grandes instituciones nacionales sobreviven en la penuria, el tecnócrata zedillista Santiago Levy devenga un salario mensual de 213 mil pesos por “dirigir financieramente” al IMSS e intentar destruir su Contrato Colectivo. Por su parte, el representante plenipotenciario de la “maestra” Gordillo en el ISSSTE, Benjamín González Roaro, se embolsa solo 212 mil pesitos por intentar “reformar” su fondo de pensiones para trasladar casi dos millones y medio de cuentas de sus trabajadores al sistema de Afores.
Para ello cuenta con el interesado apoyo del apocalíptico subsecretario de Hacienda, Alonso García Tamés, un “profundo” conocedor de los mercados financieros (desde el Banco de México), que ahora cobra por vulgarizar la “bancarrota” económica de la seguridad social que heredaron los gobiernos priístas mientras, incidentalmente, licita las pólizas de los seguros de gastos médicos mayores de la burocracia que durante años manejó Aseguradora Hidalgo, hoy Metlife.
Frente a estos escandalosos salarios contrasta, por su contundencia, la misiva que remitieron a Fox cuatro generales que, mientras prestaban sus servicios percibían salarios cercanos a los 133 mil pesos y que, ahora, devengan pensiones de solo 17 mil pesos mensuales: “la diferencia entre los salarios en el activo”, señalan, “y los retirados es enorme y profundamente injusta”.
En la carta (también dirigida a los secretarios de Defensa, Marina y Hacienda y signada por militares retirados con grados de Brigadier, Teniente Coronel y Mayor de Infantería), documentan a Fox que cientos de militares sobreviven con una pensión de mil 600 pesos mensuales. Hoy día, 588 soldados y marineros reciben pensiones de menos de dos mil pesos.
Las sumas mensuales de retiro -conforme el grado- que reciben los 37 mil 500 pensionados del Ejército y Fuerzas Armadas, resultan ciertamente decepcionantes: un Soldado alcanza como tope 1,922 pesos; un Sargento Segundo, 3,100 y un Sargento Primero, 3,279. Dígase lo mismo de un Capitán Primero: 5,572 como máximo. La situación de los mayores no es mejor: 8,852, mientras que la de los Coroneles sólo monta 10,968 pesos mensuales. Pero, sin duda, donde los extremos se acusan es en el caso de los Generales de División: su pensión mensual mínima es de 8,080 contra una máxima de 17 mil pesos. ¿Cuántas pensiones de uno sólo de esos Generales caben en el abultado e insultante salario mensual de Santiago Levy?
De los 37 mil 500 retirados del Ejército y Fuerza Aérea, hasta el 25 por ciento se pensionó siendo Sargento Primero. Ello significa que poco más de 10 mil mandos con ese grado, cobran pensiones de entre 1,700 y 3,200 pesos mensuales, dependiendo de los años de servicio y las condecoraciones de perseverancia.
Para la Armada de México, el 20 por ciento de sus más de 8 mil retirados, se pensionó como Primer Maestre. De ahí que la pensión mensual de ese grado –1,675 efectivos- oscile entre los 1,850 y los 3,850 pesos.
Además de los derechos que establece la Ley del ISSFAM -reformada en 2003- , las Fuerzas Armadas disponen de un seguro colectivo de retiro que se otorga en una sola exhibición, coincidiendo con el momento de la pensión.
Los militares en retiro solicitan que Fox integre una comisión tripartita en la que participe personal activo de las Fuerzas Armadas, personal retirado y funcionarios de Hacienda (se ignora si tienen en mente al apocalíptico y “experto” subsecretario García Tamés) a fin de que estudie, revise y resuelva sobre las pensiones de los integrantes de las Fuerzas Armadas.
También advierten que están dispuestos a manifestarse en todo el País en busca de la más elemental justicia: “¿cómo es posible que un General de División retirado perciba una pensión de Capitán primero en activo?. Los militares retirados tenemos el derecho a vivir los últimos años de nuestras vidas con dignidad”, afirma la carta.
Por lo pronto, apenas han recibido la tibia oferta del presidente de la Comisión de Seguridad Social, diputado Alonso Raya, quién solicita 2 mil 500 MP adicionales al presupuesto de 2005 para el ISSSTE y el ISSSFAM.
¿Qué candidato para el 2006 se atreverá a proponer una solución de largo plazo –universal, con aportaciones obligatorias y contribuciones voluntarias- para las pensiones militares, del IMSS, ISSSTE, PEMEX, CFE, CLyFC, universidades públicas, cajas de pensiones estatales y los 1,138 planes de pensiones privados que existen en México y administran los bancos?
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1 La Jornada, 14 de febrero, 2004
2 La Jornada, 8 de mayo, 2004
3 La Jornada, 19 de junio, 2004
4 La Jornada, 3 de julio, 2004
5 La Jornada, 4 de septiembre, 2004
6 La Jornada, 11 de septiembre, 2004
7 La Jornada, 25 de septiembre, 2004
8 La Jornada, 9 de octubre, 2004
9 La Jornada, 30 de octubre, 2004
10 La Jornada, 6 de noviembre, 2004