PROLOGO
Ese fraude que, no es “seguro” ni mucho menos “popular”
Cinco grandes cuestionamientos
Uno: ¿por qué hay tantos problemas con el “Seguro” “Popular”? Cuatro Evidencias
Primera. ¿Por qué amagaron Fox y Frenk al GDF para que firmara el Convenio de ese “Seguro”1?.
Segunda ¿Por qué mienten con la realidad de los programas Arranque parejo en la vida y el “Seguro” “Popular” en Guerrero y Chiapas?2; ¿Por qué mienten con la mortalidad materna y perinatal3?
Tercera. ¿Por qué hay tantos paros contra el “Seguro” “Popular”? La lista empieza con Chiapas4, sigue con Tlaxcala5 y los fisioterapeutas del Centro Nacional de Rehabilitación, para terminar con el Instituto Nacional de Cancerología6.
Cuarta. Siguiendo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ¿quieren privatizar con el “Seguro” “Popular”? ¡Sin duda7!
Dos: ¿Qué sucede? Sucede que todos los severos problemas en el diseño del “Seguro Popular” se expresan en una operación fatal. Ocho problemas del diseño
El 14 de abril de 2003, en el Senado de la República, precisé algunos de esos severos problemas de diseño del Seguro Popular.
He aquí mis palabras.
Mi intervención será breve.
Quiero, en primer lugar agradecer al H. Senado de la República y a su Comisión de Salud y Seguridad Social esta deferente invitación.
Pero quiero, en segundo lugar, manifestar mi absoluta sorpresa por la falta de una adecuada representación en este evento de una voz decisiva y fundamental para el curso correcto de las políticas de salud y seguridad social: me refiero a la voz clínica; a la voz de los médicos mexicanos.
Ha sido una constante de los últimos 18 años del tardopriísmo y de los 29 meses que ha recorrido el gabinetazo de Vicente Fox, tomar decisiones de todo tipo prescindiendo de ella. Espero, sinceramente, que esta práctica antidemocrática sea definitivamente erradicada del futuro político inmediato de un país que, como México, ha llegado finalmente a una realidad de alternancia.
Primer problema
Como ha reiterado en innumerables ocasiones el profesor Giovanni Sartori, foros como este contribuyen categóricamente a la mejora de la calidad de la labor parlamentaria, pero también al aprendizaje recíproco entre los ciudadanos y sus representantes.
Estimo que esta expansión de la democracia deliberativa, a la que también se refiere Jurgen Habermas, es la que puede abrir oportunidades radicales a la ciudadanía y a su opinión pública.
En el México posterior al 2 de julio del 2000, esta tarea es insoslayable. La antigua naturaleza discrecional y cerrada en el proceso de toma de decisiones legislativas debe quedar definitivamente superada.
También la visibilidad del cambio que se le demanda, hoy por hoy, al foxismo pasa por el corazón de las tareas parlamentarias y agregaría: pasa por ellas de manera prioritaria.
Segundo problema
Es por ello que, si acaso, quiero destacar que me hubiera gustado ver que la llamada “ruta crítica” que estableció la Comisión después de que esta Soberanía recibió la Iniciativa en noviembre pasado, fuese mucho más abierta y mucho mejor comunicada hacia la ciudadanía, los actores involucrados con la arena de la política pública y los que se interesan en ella.
A lo largo y ancho de los foros que he recorrido en el último año, las preguntas sobre el destino legislativo de esta Iniciativa y la visión que sobre ella portan los legisladores de los diferentes institutos políticos, ha sido una inquietud constante y recurrente.
Espero con sinceridad que los trabajos parlamentarios en materia de esta Iniciativa, estén, antes que se asuma cualquier Dictamen, a la altura de las manifestaciones de inquietud de esta mayoría nacional.
Divulgar y seguir consensuando esa “ruta crítica”, recabar opiniones, abrir el debate público de éstas y dar a conocer los primeros resultados, favorecería un trabajo parlamentario aseado, integral y, por supuesto, mucho más democrático.
Tercer problema
Durante los últimos años he publicado un buen número de artículos sobre los serios problemas que contiene el Seguro Popular. En todos ellos documento las costos en que se traduciría aprobar la Iniciativa sin el debido consenso. Aunque me consta que muchos de estos materiales ya son del conocimiento de algunos legisladores, pongo un juego completo de ellos a la disposición de esta Soberanía, con vistas a que contribuyan a enriquecer el proceso de toma de decisiones en marcha.
Cuarto problema
Es claro al día de hoy, 14 de abril del 2003, que si algo debe decirse sobre el Seguro Popular es que el único consenso que ha ganado genuinamente es un franco y estructuradísimo disenso sobre la eventualidad de su aprobación.
El Ejecutivo inició la operación de este programa sin consulta alguna con el Legislativo. Es más: a pesar de las varias solicitudes de los legisladores de ambas Cámaras, particularmente antes, durante y después de las comparecencias del secretario de Salud, Julio Frenk, no fue sino hasta el arribo de la Iniciativa de marras al H. Senado de la República (su Cámara de origen), que el Legislativo contó con una visión mínimamente adecuada de los propósitos del Ejecutivo en materia de las “Reformas a la Ley General de Salud para el Seguro Popular”.
No exagero al participarles que para la gran mayoría de los interesados, la información básica sobre el asunto es virtualmente inexistente. Y entre aquellos que disponen de alguna información, por cierto bastante mal comunicada y dispersa, ciudadanos, opinión pública y las diferentes voces de la arena de la política pública, las opiniones son enteramente divergentes.
Se trata de un fenómeno normal de las democracias. Nadie es dueño del interés público de todos los demás. También es tarea parlamentaria evitar la parcialidad y, simultáneamente, no soslayar ninguno de los valores e intereses legítimos. Por eso las democracias amplían la comunicación política y deciden una vez que el consenso básico ha sido ganado. Ciertamente, ese no es el caso de la Iniciativa sobre el Seguro Popular.
Quinto problema
Pero entre aquellos que cuentan con alguna información ¿qué elementos estructuran este gran disenso? Sin insistir en los términos en que el Ejecutivo ha decidido operar el Seguro Popular y el pobre e insuficiente “diálogo” con el Legislativo, pongo de relieve el siguiente listado mínimo y sumarizado de cinco elementos relevantes en el disenso:
1.- Ausencia de consulta a la sociedad y a los involucrados en la identificación, formulación, diseño e implementación de la Iniciativa
2.- Discutible identificación del asunto o problema público
3.- Formulación sesgada
4.- Diseño inadecuado
5.-Instrumentación centralista, muy poco operativa y que recarga irresponsablemente los costos decisorios, económicos, organizacionales y médico-clínicos sobre las entidades federativas.
A lo que habría que agregar 8 elementos más, correspondientes al “color” del diseño mismo:
1.- Fuerte presencia de la visión de la salud y del prepago en salud promovidas por la Organización Mundial de la Salud de la Dra Gro Harlem Brundtland con fuertes énfasis financieros.
2.- Poca visibilidad en los impactos sobre la atención de daños y el nivel de salud de la población.
3.- Formulación de un Paquete Básico Esencial “plus” preventivista y dotado de baja capacidad resolutiva médico-clínica.
4.- Enfoque hacia la mercantilización de la atención con subordinación de la práctica médico-clínica.
5.- Ausencia de adecuada perspectiva clínica y clínico-hospitalaria.
6.- Base financiera poco definida.
7.- Ausencia de evidencia internacional sólida.
8.- Diseño arriba-abajo fuertemente centralista y en desmedro de las entidades federativas
Sexto problema
Pero el gran elemento del disenso consiste en que el Seguro Popular postula una oferta de atención cuyo cumplimiento implica disponibilidad de calidad médica, y sobre todo, recursos e infraestructura con los que no se cuenta. Así, crea expectativas que no podrán ser cumplidas. Ya lo demuestran los procesos de no reafiliación de Guerrero y el Estado de México y como lo reconocen ya, desde la Secretaría de Salud, hasta el Coordinador Federal del Programa.
Y eso no es todo. Aún contando con todos y los mejores recursos humanos, físicos y de infraestructura, el mismo diseño del Seguro Popular va al fracaso.
¿Por qué? Muy sencillo: además de que su viabilidad depende del magro ingreso disponible de las familias, su mejor puesta en operación sólo puede acabar generalizando la “cultura” del “seguro” (que defienden la Secretaria de Hacienda y Crédito Público de Francisco Gil Díaz y el Programa Nacional de Salud 2001-2006 de Julio Frenk); una “cultura” que se traduce en estigmatización de los “pobres” (al estilo Progresa-Oportunidades de Santiago Levy) y selección adversa. Su mejor operación, aún en óptimas condiciones, sólo premiará a aquellos que puedan pagar algo y sacrificará, consecuentemente, a todos aquellos que no puedan: a los jóvenes, enfermos crónicos y adultos mayores, entre otros.
Así, la tercera estrategia del Programa Nacional de Salud de Frenk “protección financiera”, termina enterrando a la primera estrategia del mismo Programa: la de “equidad”.
En una palabra: el Seguro Popular fracasará en la misma medida en que pretende operar la segregante “cultura” de la “atención administrada” de la salud (managed care) y sus Grupos Relacionados de Diagnóstico. Después de una década de operación, de ello da ya cabal prueba la Ley Cien colombiana y, tarde que temprano, lo reafirmarán los costosos experimentos de Tailandia, Indonesia y China.
Concluyendo: la mejor operación del Seguro Popular, sólo agregará el nombre de México a la enroscada cola de una evidencia internacional de fracasos contundentes.
Séptimo problema
La fracción panista de esta H.Cámara debe tomar muy en cuenta esta evidencia nacional e internacional, toda vez que, hasta donde da mi información, con el senador Dr. Marco Antonio Xicoténcatl Reynoso a la cabeza, parece haber optado por servir de puente entre la Iniciativa del Ejecutivo y esta Soberanía.
De la manera más respetuosa, invito a los senadores panistas a que reflexionen estratégicamente su voto respecto a un extremadamente discutible Seguro Popular que, insisto, aún contando con los mejores recursos va a la fracaso: ni es “seguro”, ni es “popular”.
Señores senadores: no manchen su nombre aprobando una Iniciativa que pretende legalizar un programa del Ejecutivo que nunca consultó con el Legislativo. Ahí está el más que honroso ejemplo de su compañero José Angel Conchello cuando se aprobó la “nueva” Ley del IMSS de 1995.
Octavo problema
Ante la carencia de información adecuada -atribuible al estilo en la toma de decisiones de Fox y su Ejecutivo Federal-; ante su vocación para iniciar la operación de programas sin la consulta del Legislativo; ante la evidencia del franco y estructurado disenso que se ha ganado genuinamente la Iniciativa, ante las evidencias que ha proporcionado la “ruta crítica” de la Comisión del Senado y los elementos problemáticos que estructuran el disenso, en mi opinión, sería un grave desacierto aprobar en estas condiciones la Iniciativa de Reforma.
Habrá pues que votarla en contra. Rechazarla. Si es el caso y de persistir en su empeño, el Ejecutivo Federal podría en algún futuro reenviarla, mejorada y enriquecida.
Y, para ello, debería consultar, antes que nada, al actor fundamental de la política pública: al médico, la enfermera y el paciente. Sin ellos no hay políticas, aunque sobren tecnócratas.
Tres: problemas de operación. Cinco grupos de problemas
Revisemos algunos problemas de ese mal diseño que se expresan en la operación8.
Primer grupo de problemas: vil centralismo
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Este “Seguro” se presenta como un subsidio a la atención “médica” de las familias, cuando en rigor apenas oferta un rudimentario paquete de medidas preventivas mal diseñadas e impuestas desde el centro a las entidades federativas.
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Los servicios son ejecutados (prestados) por esos mismos servicios estatales.
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Con fondos transferidos por la SSA federal mediante un mecanismo complejo, basado en los siguientes 4 componentes: 1) por familia; 2) por ajuste de necesidades; 3) por el esfuerzo estatal y 4) por la componente de desempeño.
Segundo grupo de problemas: administraciones paralelas con contrataciones que pesarán sobre la nómina de las entidades federativas
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Así, la SSA Federal “compra”servicios a cada uno de los estados los cuales reciben pagos por capitación.
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Por su parte, los SESAS, transfieren esos recursos a sus unidades por servicio prestado o por presupuesto.
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Esto complica la administración. Pues ahora resulta que se ha creado una administración paralela, al nivel de las jefaturas estatales para inscripción, seguimiento y administración del “Seguro” “Popular”.
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Estos trabajadores están siendo remunerados por honorarios, pero a la larga deberán incorporarse a la nómina y los costos administrativos subirán.
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Además, según el documento Política Laboral del Sistema de Protección Social en Salud (distribuido por la SSA-Federal en el 2004), las plazas que se contraten son responsabilidad de los SESAS, de acuerdo a profesiogramas laborales establecidos por la Federación.
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Esa responsabilidad incluye: cubrir seguridad social de las contrataciones, servicio médico, seguros institucionales, así como aportaciones a pensiones, jubilaciones y vivienda.
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Además de que el esquema de contratación (para 2005) estará sujeto a primeros nombramientos eventuales; segundos nombramientos por evaluación del desempeño y, finalmente, contratación anual dependiendo de la certificación del Consejo correspondiente. Todo lo anterior, en función de la disponibilidad presupuestal de la Federación.
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No es casual que en este marco centralista e irresponsable, ya se sucedan los paros, protestas e inconformidades contra en el “Seguro” “Popular” ya referidas.
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El primer caso “normado” de este centralismo irresponsable acaba de ocurrir en Nayarit donde, a partir del 16 de agosto, la entidad contará con 388 nuevas plazas sólo “para fortalecer el Sistema de Protección Social en Salud”, según el convenio que suscribieron el gobierno de la entidad, la Secretaría de Salud Federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la dependencia9.
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Las plazas se distribuirán de la siguiente forma: 201 serán para la rama médica y paramédica, mismas que deberán cubrirse con recursos del “Seguro” “Popular”, con la aportación federal por un monto de 26 millones de pesos, más recursos estatales por 4 millones de pesos. Las otras 187 serán para la rama administrativa, con la aportación de 20 millones de pesos por parte del gobierno del estado. Con la creación de estas plazas de base en la entidad se cumple una primera etapa para la regularización de un total de 750.
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Sin duda, el responsable de este desvarío financiero con su propia entidad es el propio gobernador, Antonio Echeverría -que acaba de dejar el cargo, dejando el problemita a la administración entrante. Pues ahora resulta que el nuevo convenio que él firmó (además del que sujeta a Nayarit a los inequitativos términos que impone Frenk con su “Segurito” “Popular”) se establece “que los recursos que ingresen por medio de ese “Seguro” crecerán en relación con el número de familias que se afilien en el futuro y de las ya afiliadas”. Afiliación que también es responsabilidad ¡de la entidad!
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El gobernador saliente deja un estado en virtual bancarrota: durante su sexenio, la deuda pública de Nayarit casi se triplicó. Hoy día suma 224 MP, de los cuáles el 65 por ciento corresponde a sus 20 municipios. El 35 por ciento restante es responsabilidad del gobierno estatal10.
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No obstante, Julio Frenk estima que los municipios son pieza clave en materia de salud, en especial el trabajo de la Red de Municipios por la Salud, que es el movimiento municipalista más grande del país, al contar con mil 800 municipios y 30 redes estatales11.
Tercer grupo de problemas: un paquete básico plus (llamado CASE) sin capacidad resolutiva y ciudadanos estigmatizados
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El CASE se atiende en centros de salud y hospitales de los SESAS. Esto plantea un problema conceptual y jurídico, pues legalmente el ciudadano tiene ese derecho aún sin pagar cuota de recuperación o prepago.
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Además, el “Seguro” “Popular” no sólo no cubre todas las enfermedades y riesgos: en rigor no atiende la patología frecuente que enferma y mata a los mexicanos.
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En 1999 se reportó en México el fallecimiento de casi 44 mil personas. Aproximadamente la mitad de ellas, se debieron a cinco causas: enfermedades del corazón, tumores malignos, diabetes melittus, accidentes o enfermedades del hígado12.
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Pero la estructura de los servicios sí lo hace, pero no lo materializa por falta de recursos.
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Así, ahora hay ciudadanos del “Seguro” “Popular” y no “Seguro” “Popular”. Es decir la población ya está estigmatizada.
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La seguridad social universal se ha transformado en focalizaciones estigmatizantes. Una traición a la tradición sanitaria mexicana que, incluso, se exportó en su día a América Latina. ¡Una vergüenza!
Cuarto grupo de problemas: el sector privado y la falta de resolutividad médico-clínica del SNS
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Además, como ya sucedió en Colombia (con la nefanda Ley 10013), las intervenciones del CASE, así como las mal llamadas “catastróficas”, podrían ser subsidiadas al sector privado.
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Tal y como lo solicita Pablo Escandón Cusi, presidente de Nadro e integrante del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios y de FUNSALUD. Estas son sus palabras textuales: “un esquema donde médicos, hospitales, laboratorios y farmacias privadas pueden atender aquellos servicios cubiertos por el Seguro Popular, y eventualmente por otros sistemas de aseguramiento como el IMSS, especialmente donde la infraestructura pública es insuficiente o donde el sector privado puede ser más eficiente”14.
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Ese subsidio que sueña Escandón Cusi incrementaría el serio problema de resolutividad que enfrenta el Sistema Nacional de Salud en su conjunto, toda vez que el sector privado no está listo para atender adecuadamente esa demanda.
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¿Pruebas? De acuerdo con el Reporte de la SSA sobre las unidades privadas con servicio de hospitalización en el México del 2001, resulta que en más de dos mil de ellas, el 90 por ciento cuentan con menos de 20 camas censables y en muchas no hay el personal y equipamiento necesarios. Se trata de hospitales generales; de gineco-obstetricia; de especialidades; pediátricos; psiquiátricos y otros.
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En ellos y a nivel nacional, el promedio de especialistas no alcanza la unidad. El de médicos generales fue de 1.5. Los especialistas más comunes empleados fueron: cirujanos, gineco- obstetras, pediatras e internistas
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Además, estas unidades cuentan con un promedio de 3.7 enfermeras tituladas y 4 auxiliares de enfermería por unidad.
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Alrededor de 50 por ciento de las unidades reportó contar con una sala de cirugía, 77 por ciento con sala de cirugía general y sólo 11 por ciento con sala de cirugía especial.
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Aproximadamente 1,227 de las unidades reportaron contar con unidad de cuidados intensivos para adultos y 787 con unidad de cuidados intensivos neonatales.
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El promedio nacional de equipos de radiología fue de 1.17. El valor máximo reportado fue de 15 equipos.
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Existen 38 unidades para estudios de resonancia magnética y apenas 4 por ciento de las unidades cuentan con este tipo de servicio, concentrado básicamente en Nuevo León y el DF.
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El total de electrocardiógrafos ascendió a 1,683. Casi el 50 por ciento de las unidades reportaron contar con al menos uno.
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El total de endoscopios reportado fue de 613, para un promedio de 0.26 por unidad.
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Por lo que se refiere al tipo de servicio ofrecido de acuerdo al tamaño de la unidad hospitalaria, destaca que los servicios de gineco-obstetricia disminuyen conforme se incrementa el tamaño de la unidad, mientras que los servicios de psiquiatría y de especialidades aumentan su importancia relativa.
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Resumiendo: las unidades privadas con menos de 20 camas frecuentemente carecen de los recursos necesarios para ofrecer una atención de calidad. Ellas ofrecen servicios de maternidad, pediátricos, y solo los grandes hospitales tienden a ofrecer otros servicios de especialidad. La concentración de hospitales de más de 50 camas está apenas en 12 entidades federativas
¿Aquí es dónde “el sector privado puede ser más eficiente”, como gusta declarar el presidente de Nadro, Pablo Escandón Cusi?
Quinto grupo de problemas: paradojas “populares” y el soberonista “derecho” a la salud. Todos a pagar por los mismos servicios que eran gratuitos con los priístas
Finalmente: suponiendo sin conceder que el próximo presidente de México alcanzara la anhelada cobertura nacional del fraudulento “segurito” de Frenk, resultaría entonces que:
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absolutamente toda la población dispone de un subsidio, pero paradójicamente, antes de ese fraude muy “popular”, ya contaban con el soberonista “derecho” a la salud.
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¿Cuál sería la única diferencia? Que ahora, después de más de cinco años de un gobierno que cobra altísimos salarios y alguna voz soñó ser del “cambio”, exactamente esos mismos servicios de salud que ya recibían los ciudadanos, usuarios y pacientes del SNS desde los tiempos priístas, son ofrecidos en mucho peores condiciones y además, ahora hay que pagar por ellos.
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La única diferencia entre el fraudulento “seguro” de Frenk y el derecho soberonista a la “salud” se llama prepago o pago diferenciado.
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No hay ampliación integral de las intervenciones, no hay más resolutividad médico clínica, no hay mejora en la calidad y los salarios de los equipos de salud están peor que nunca. EL SNS, público y privado, está mucho peor que como lo entregó Zedillo a Fox. Tal vez, incluso, haya mucho más corrupción -hormiga y elefante- que en la de los idos tiempos del partido único.
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Hubo alternancia, pero no cambio. La política pública de salud y seguridad social del PAN, curiosamente diseñada y operada -gracias a Fox- por priístas como Frenk, Levy y González Roaro, deberá ser rescatada por el gobierno que resulte electo en el 2006.
Cuatro: ¿qué es esto? Una suma de irresponsabilidades políticas
Atisbemos un mínimo recuento de ellas.
1) Calidad de la Iniciativa de Fox y Frenk
En primer término, el principal responsable es el gobierno de Vicente Fox, su Oficina Gubernamental en Los Pinos así como el ramo competente y su titular: la SSA y Julio Frenk, por haber remitido al poder legislativo una Iniciativa pésimamente diseñada.
En cualquier democracia moderna, ella hubiera alcanzado apenas el nivel de un ejercicio para doctorantes en administración y políticas públicas y como ejemplo exacto de lo que no hay que hacer si de lo que se trata es de beneficiar el estado de salud de la población.
2) El poder legislativo
Son responsables, también los senadores y diputados federales que aprobaron ese engendro “popular” sin enriquecer y/o rechazar la deficiente Iniciativa que recibieron de Fox y Frenk.
3) 31 gobernadores
Igualmente, son responsables los 31 gobernadores que firmaron Convenios de Coordinación de sin haber reparado en la especificidad de las necesidades sanitarias de sus sistemas estatales y locales de salud e imponiendo a sus secretarios de Salud un programa desperfilado y fraudulento en términos de la estricta atención de daños médicos.
No hay nada más sencillo y cómodo para un gobierno estatal que calcar, mal repetido, el discurso de la SSA-Federal. Así se evita, siquiera, pensar, lo propio, lo regional, estatal, jurisdiccional y local. Ejemplo paradigmático de este pereza gubernamental es Pablo Salazar y su “gobierno” sanitario en Chiapas.
4) 31 secretarios estatales de salud
Lo diré directamente: su responsabilidad precisa con el fraudulento “Seguro” “Popular” de Fox y Frenk es tal vez la más grave.
Estos funcionarios saben que se trata de un fraude. Saben que el gobernador pacto fondos y recursos con los cabilderos federales de Julio Frenk (Héctor Hernández Llamas, en particular y ahora el actuario –amigo de Fox-José Antonio Fernández Ortiz) a cambio de la firma del Convenio de Coordinación respectivo. Todos estos secretarios saben, además, que el señor gobernador no los consultó nunca y les impuso el “popular” engendro.
Y sin embargo, repito, sin embargo, ninguno de ellos renunció al cargo. Sin duda, se trata de la responsabilidad más grave.
5) Corrupción
Lo más probable es que toda esta cadena de severas irresponsabilidades políticas culmine en que, la cadena mal diseñada y peor operada que he descrito, se traduzca en un fuerte incentivo a la corrupción.
Veremos si, sólo en ese sentido, la metas del foxismo, logran superar a la que fue tradicional corrupción de la forma priísta de gobernar.
Al tiempo!
Cinco: ¿qué hacer?
Antes que nada, hay que exigirle a los candidatos a la Presidencia de la República una auditoria integral a los recursos de que ha dispuesto durante todo el foxismo este programa “estrella” de la “pareja presidencial” y su incondicional adulador: Julio Frenk.
Como ha observado el Centro de Análisis e Investigación Fundar: en materia de transparencia presupuestal se han producido retrocesos significativos durante el foxismo15. El grado de discrecionalidad se ha incrementado. Un caso paradigmático es el programa Arranque parejo en la vida de Marta Sahagún y Julio Frenk.
Fundar ilustra que, hasta 2003, todavía fue posible dar seguimiento puntual a los programas sociales vinculados a la equidad de género, pues en el ramo 12 (salud) y el 33 (gasto descentralizado) era posible saber cuántos recursos se destinaban a Arranque parejo en la vida. Pero debido a que el programa desapareció de la estructura programática y fue absorbido por el Seguro Popular “ya no se sabe cuánto dinero tiene y cómo se está aplicando el gasto”.
A grandes rasgos esto significa que “los recursos irán en bolsas no etiquetadas, sin reglas de operación y que serán manejadas por los gobiernos estatales, muchos de los cuales no cuentan con sistemas desarrollados de rendición de cuentas. Por ello no queda claro a través de qué mecanismos será posible la rendición de cuentas de esos recursos”.
Y esto sucede cuando Frenk solicita 17 mil MP para operar su engendro en 2006, curiosamente el gran año electoral. Con los resultados de esa auditoria en mano, el nuevo gobierno deberá proceder a fincar las responsabilidades legales del caso.
Ciudad de México, octubre, 2005
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1 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) ¿Presidente “de la salud”?, La Jornada, 29 de enero; Gustavo Leal F., (2005) Amagos “populares” desde Foxilandia La Jornada, 4 de febrero
2 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) Un “seguro” sin “popularidad” en Guerrero y Chiapas, La Jornada, 16 de julio
3 SSA (2005), Salud: México 2004. Información para la rendición de cuentas, México, D.F. agosto, pp.12 y 13
4 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) Protestas contra el “Seguro” “Popular” en Chiapas, La Jornada, 7 de mayo
5 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) Paros sanitarios y “Seguro” “Popular”, La Jornada, 21 de mayo
6 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) Más inconformidades con el “Seguro” “Popular”, La Jornada, 11 de junio
7 Véase al respecto, Gustavo Leal F., (2005) ¡A privatizar con el “Seguro” “Popular”, , La Jornada, 11 de junio
8 Al respecto, véase Gregorio Martínez Narváez (2005) Sistema Nacional de Salud. De diagnóstico grave, Enfoque, Suplemento Dominical de Reforma, 24 de julio
9 SSA (2005) “Se fortalece el Seguro Popular en Nayarit con nuevas plazas para personal de Salud", Comunicado de Prensa No. 406, 7 de agosto
10 Reforma, 17 de septiembre, 2005
11 SSA (2005) “En la reforma de salud, los municipios juegan un papel importante", Comunicado de Prensa No. 342, 5 de julio
12 Martínez, S. C. (2002) “De qué se muere en México”, El Cotidiano número 112, Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco, marzo-abril, México, D.F.,
13 Martínez Bejarano, Rubby Marcela (2004), Equidad en Salud. Un análisis desde la mortalidad diferencial por régimen de aseguramiento. Bogotá 2001. Trabajo presentado en el I Congreso de la Asociación Latinoamericana de Población, ALAP, Brasil, 18-20 septiembre
14 La Jornada, 15 de junio, 2005
15 La Jornada, 27 de septiembre, 2005