1. Sin cambio pero con continuidad
Hay que subrayar que –como fase decadente del priísmo- en el foxismo no hubo cambio sino continuidad. Para las políticas de salud y seguridad social Fox sigue cumpliendo la agenda que recomendara el Banco Mundial a los tecnócratas del tardopriísmo (Ernesto Zedillo y Luis Téllez): en 1997, la Nueva Ley del IMSS, en 1999 las ISES, en 2001 las reformas-Levy que obligan al IMSS a constituir reservas y ahora en 2004, el primer mazazo al Contrato Colectivo de Trabajo vía su Régimen de Jubilaciones y Pensiones.
Como en la SSA de Frenk y el ISSSTE de González Roaro, en casi cuatro años de “alternancia” no hubo una sola política clínica para la mejora de los pacientes y los médicos y enfermeras que los asisten. La continuidad foxista jamás buscó enfrentar responsablemente los retos de nuestra red de bienestar. Con el tecnócrata Levy como emblema, su único propósito ha sido nivelar a la baja el RJP del IMSS para seguir conformando el riesgo país de un México laboralmente más barato.
2. Las tareas maquillistas de Levy
En septiembre de 2003 Christopher Daykin, jefe de la Oficina Actuarial del Reino Unido y presidente de la Asociación Internacional de Actuarios, manifestó enfáticamente que, a diferencia de lo que gusta “diagnosticar” el foxismo sanitario, la situación del IMSS “no obliga a tomar acciones inmediatas, pues aún no está en riesgo su viabilidad. No creo que esté en una crisis. Los problemas que enfrenta son de largo y no de corto plazo. Son situaciones que enfrentan muchas instituciones de seguridad social en el mundo” (La Jornada, 24/9).
Desde que Fox designara a Levy como director “financiero” del IMSS, su única tarea consistió en maquilar esa supuesta “crisis” institucional. Ahí están como prueba sus tres apocalípticos Informes. Gracias a los medios y una campaña especialmente diseñada para desprestigiar a los trabajadores, la opinión pública fue literalmente bañada con “evidencias” de esa “crisis”.
Aunque en marzo de 1999 Genaro Borrego sostuvo: “el IMSS es hoy más fuerte, más seguro y más social; tiene plena garantía futura y está preparándose para atender, con calidad y plena satisfacción, a los usuarios de la seguridad social en el siglo XXI. Están garantizados los recursos de las pensiones para las actuales y las nuevas generaciones” (Solidaria,134).
Además existen las actas del Consejo Técnico que, por fin, están disponibles.
Alguien miente.
La crisis y quiebras fabricadas saldrán a la luz en el nuevo gobierno del 2006 y todos aquellos que le creyeron al maquillista Levy tendrán que disculparse públicamente.
Pues como concluyera Daykin “no veo que el IMSS tenga algún problema de solvencia que requiera que fuera rescatado, aunque sí tiene desafíos estructurales de largo plazo”.
Ninguno de los senadores priístas que votaron en contra de la reforma propuesta por Manlio Fabio Beltrones y Roberto Madrazo, señaladamente Dulce María Sauri, Carlos Rojas y Manuel Bartlett, cuestionaron siquiera esta trabajo de maquillaje tecnocrático ni tematizaron los determinantes estructurales de la actual situación financiera del IMSS.
3. Auditoria independiente al RJP y a todos los seguros del IMSS
En este cuadro, no es casual que el primer resolutivo del 23 Congreso Extraordinario del SNTSS (12 de marzo) estableciera la necesidad de practicar una auditoria independiente al RJP del Instituto. Y, agrego yo, la amplia voz pública que propone extender la auditoria a todos los seguros que presta el IMSS. Ambas tareas deberían ser ejecutadas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
4. La política económica y la calidad de la política laboral
En el fondo de la actual situación financiera del Instituto se encuentra la política económica tecnocrática de los últimos 18 años, incapaz de generar empleo formal y la calidad de la política laboral de los últimos 10 años empeñada en precarizar la oferta laboral.
5. Tecnócratas foxistas que cubren a tecnócratas priístas. Cifras
La reforma Beltrones-Levy de 2004 muestra que los tecnócratas del foxismo cubren a los del tardopriísmo. Antes de obligar a responder a los directores del Instituto por las decisiones de política que se adoptaron en 1997 y 2001 y, antes de regresar al esquema de cuotas incrementales que establecía la Ley del IMSS de 1973, el PRI del Lic Madrazo secundado por la aplanadora azul optó por descargar toda la culpa sobre los médicos, enfermeras y profesiones afines que con su trabajo sostienen a la institución.
Basta considerar las siguientes cifras. Podemos afirmar con absoluta cereteza que, al día de hoy: 1) sólo por concepto de las prestaciones en especie del SEM derivadas de la Ley Zedillo 97, el gobierno federal adeuda al IMSS casi 55 mil MP. Ni Borrego ni Levy lograron cobrarlo. 2) Solo en los 44 meses que cubre la patética administración Levy, se han retirado de la operación institucional 35 mil MP para constituir reservas. Sumando, ya llegamos a los 90 mil MP. 3) Por insuficiencia de cuotas obrero-patronales y del gobierno, el IMSS dejará de recibir 13 mil 500 MP al año. Sólo en los tiempos de Fox, son 54 mil MP.
Detengámonos: la suma alcanza 144 mil MP! ¿Qué “empresa” resistiría tan tecnocrática “gestión”. Y, sin embargo, gracias a sus trabajadores, el IMSS está en píe y luciría de muy otra manera bajo el amparo de un gobierno responsable.
Fue esta contundente evidencia la que precipitó el golpe autoritario del poder legislativo. Al perder el debate técnico, Levy y Fox patearon el tablero con la vergonzosa complicidad del Lic. Madrazo y la silenciosa y sumisa aplanadora azul: sin consensos, con prisa, sin escuchar a los trabajadores que sólo les reclamaban el derecho a ser oídos.
Y es que de haber continuado el debate, Zedillo, Téllez, Borrego, Martínez y Levy tendrían que haber respondido por las decisiones que tomaron y que han conducido a la actual situación institucional.
6. Democratización y modernización de la agenda sindical
Con la caída del Dr. Punzo Gaona el SNTSS encontró la primera oportunidad para ajustar sus marcos democráticos y modernizar la propuesta sindical. Después de 15 años y cuatro secretarios generales, la tarea no resulta particularmente cumplidora. Los últimos acontecimientos prueban que es preciso que el SNTSS:
– actualice y dilate los mecanismos de representación que conducen a su proceso de toma de decisiones
– ajuste su propuesta a la especificidad de su materia de trabajo: la atención médica
– vertebre un auténtico foco de emisión nacional alrededor de las políticas clínicas nacionales que ocupan prioritariamente su labor y
– se constituya en el referente nacional de esas políticas
La movilización que tenemos a la puerta debe surgir de esa especificidad de su materia de trabajo: la atención médica.
7. El papel de los medios: cuentas claras
Los últimos acontecimientos muestran también que el SNTSS ha carecido de una política de comunicación social a la altura del conflicto. Además de exigir la presentación pública de las cuentas que el IMSS pudiera haber destinado a la campaña en medios escritos, radio y televisión para intentar desprestigiar a los trabajadores (y no sólo al CEN del Sindicato), es preciso que la nueva estrategia de comunicación social equilibre los contenidos sobre la batalla legal con aquellos que animan la columna vertebral de la labor institucional: nuevamente, la atención médica.
8. Sin mayores recursos no habrá servicios de calidad. El nuevo gobierno del 2006
El foxismo ya no sólo no mejoró nada: con la reforma Beltrones-Levy los servicios irán a peor. Más demanda con los mismos o menos recursos humanos y trabajando sin las condiciones adecuadas.
Los recursos del fraudulento SP para el 2005 deberían ir directamente al Programa IMSS-Oportunidades y no estar compitiendo con ellos.
Pero sin una sólida, regular y ordenada fuente de recursos frescos, no habrá mejora alguna. Con independencia de llamar a rendir cuentas a todos los funcionarios de la larga noche del foxismo, esa es la tarea principal del gobierno responsable que emane de los comicios del 2006, si es que realmente se quiere salvar la seguridad social.