Por inverosímil que parezca, la respuesta de las “autoridades” enviadas al Hospital Juárez de México por el secretario de salud Julio Frenk Mora para “resolver” el desabasto “crónico” y las carencias cada vez más “frecuentes”, denunciadas por médicos residentes y de base, es simple: “poco a poco”. Se trata de una especie de ultimátum que presagia el “lo toman o lo dejan”.
“ Cayéndose a pedazos”, y sumido en la mayor “crisis” de su historia, en el Juárez de México se gesta un movimiento social encabezado por médicos, ante la indiferencia y cinismo del gobierno del “cambio”, que, por cierto, sufrió el pasado 6 de julio el más amplio repudio de la sociedad.
Julio Frenk envió a “negociar” con los médicos a Luis Ignacio Solórzano Flores, director general para la Descentralización Hospitalaria, y a Miguel Romero Téllez, director general de Calidad y Educación en Salud. El primero, fue a reconocer que todos los hospitales descentralizados “están igual que el Juárez”, y que “ya diagnosticaron lo que se tiene que hacer”. Dijo que lo harían “de manera gradual”. El segundo, quien sabe a que fue, ya que, por vergüenza, y según los médicos, “no debió de haberse presentado” pues desde hace más de seis meses le hicieron patentes sus reclamos.
Y es que al mediodía de ayer, los médicos residentes y de base convocaron a una conferencia de prensa para dar a conocer los resultados de las “negociaciones” con las “autoridades”. En el auditorio principal del Hospital Juárez se hicieron presentes los enviados de Frenk, así como Heriberto Pérez Terrazas, el director del hospital y algunos de sus hombres de confianza, entre los que se encontraba Ernesto Torres Vargas, jefe de “represión” del hospital que bajo su orden mantiene a un numeroso grupo de agentes de “seguridad”: una especie de Gestapo.
De acuerdo con información proporcionada a Imagen Médica, Torres Vargas se encarga -a través de un costoso grupo a su servicio- de vigilar los “pasos” de todos los trabajadores inconformes del hospital, así como a los médicos residentes y de base.
Así las cosas, los médicos de base que integran la Sociedad Médica del Hospital Juárez, constituidos en “asamblea permanente” hicieron suyo el pliego petitorio de los médicos residentes. Luego, formaron una coalición temporal que agrupa tanto a los residentes como a los de base “para la defensa y protección de los pacientes y en pro de mejorar la calidad de la atención”.
Carlos Castillo Rangel, neurocirujano del Hospital Juárez, leyó un comunicado a nombre de la coalición, e informó que tomaron las siguientes decisiones:
“ Otorgar los servicios de consulta y preconsulta gratuitos, como una medida de presión y como nuestra más enérgica protesta en contra de la no respuesta de las autoridades; acudir a las más altas instancias de la Secretaría con capacidad resolutiva; solicitar a la Cámara de Diputados una auditoría financiera y física del nosocomio; y protestar enérgicamente por las declaraciones de nuestro señor director, Heriberto Pérez Terrazas, de que ‘el movimiento tiene un trasfondo político y de partidos’”.
En entrevista exclusiva con Imagen Médica, Castillo Rangel, especialista en cirugía de Base de Cráneo, advirtió que el movimiento va a permanecer hasta que las autoridades les resuelvan todos los puntos del pliego petitorio, aseguró que las 22 mil consultas mensuales que se otorgan en el hospital “se ven afectadas” por la falta de medicamentos e insumos, y que los servicios de consulta y preconsulta gratuitos duraran el tiempo necesario, como una forma de “resistencia civil”.
De las acciones de no cobrar a partir del lunes 7 -presuntamente fracasadas-, explicó que “no fracasó, sino que tuvieron un éxito parcial”, y que, aunque a las autoridades no les gustó, sí se dieron consultas y estudios gratuitos. Para reforzar la medida, abundó, “estamos buscando el apoyo de otros sectores del hospital para que la consulta y preconsulta sean totalmente gratuitas, así como algunos servicios que otorga el hospital”.
Castillo Rangel adelantó que en virtud de que las respuestas han sido muy vagas, mañana a las 9 de la mañana -hoy- serán recibidos por el subsecretario Enrique Ruelas Barajas, en el entendido, dijo, de que seguimos trabajando “bajo protesta”, sin descuidar a nuestros pacientes.
Ante las sospechas de corrupción, indicó que por eso pidieron la auditoría a la Cámara de Diputados, “porque queremos saber por qué el hospital se ha deteriorado tanto”.
Carlos Castillo Rangel, uno de los pioneros y líderes del gran movimiento de médicos residentes de 1994, que sacudió al entonces secretario de Salud, Jesús Kumate, y prosiguió con Juan Ramón de la Fuente, descartó por el momento alianzas con médicos del IMSS y del ISSSTE, sin embargo, reveló que ya tienen pláticas con médicos de base y residentes del Hospital General de México y de otros hospitales dependientes de la Secretaría de Salud.
LAS CULPAS
Presionado por los medios, Heriberto Pérez Terrazas quiso lavarse las manos, dijo en la conferencia de prensa que “apenas había tomado posesión el dos de enero”, que tenía un presupuesto “insuficiente” de unos 400 millones de pesos y que algunos desperfectos del hospital eran ocasionados por las “lluvias”.
Solórzano Flores, no se quedó atrás, primero desmintió a Pérez Terrazas, pues dijo que el Hospital Ángeles nunca se había ofrecido a donar un tomógrafo, que todo se debió a una “equivocación”. Expresó que más o menos en un año se adquirirán el tomógrafo y resonancia, “pues ambos cuestan unos 30 millones de pesos”.
Sin embargo, aclaró, “sí va a haber una donación ‘temporal’ de un tomógrafo por parte de una ‘institución’ que se dedica al equipamiento médico”, de la que en ese momento olvidó el nombre. Imagen Médica consultó el nombre del donante en las oficinas de Solórzano Flores. “Es la empresa Electrónica y Medicina S.A.”, confirmó su secretaria.
Del cumplimiento total a las peticiones de los médicos de la coalición, argumentó “es un pliego muy amplio que implica la inversión de mucho dinero, porque el rezago es muy importante”, el cumplimiento de la Secretaría, repitió, “será gradual”. Según él, el inicio “se concretará con la llegada del tomógrafo nuevo en un plazo máximo de un año”.
Cuestionado sobre si los Institutos Nacionales de Salud se encontraban en las mismas condiciones que los hospitales descentralizados, Pérez Terrazas respondió: “ese no es ámbito de mi responsabilidad”. Agregó que la Secretaría “ya tenía toda una estrategia para evitar que estos movimientos se sigan repitiendo, porque si bien están justificados, a nadie ayudan el que tengamos que caer en una situación de extremo para poder generar las soluciones”.
Aceptó que hay un rezago “muy importante” en el abasto y equipamiento de los hospitales gubernamentales e informó que “el diagnóstico ya lo tenemos hecho”. Advirtió que en los hospitales Gea González, General de México y de la Mujer, “en concreto”, hemos tenido un rezago también muy importante.
Pero Solórzano Flores justificó: “esto se ha dicho hasta el cansancio, las restricciones presupuestales que hemos tenido estos dos últimos años han sido muy severas, y esto no ha sido una responsabilidad estrictamente hablando de las autoridades sanitarias, es una situación global del país”.
Y siguió: “Los mecanismos tradicionales para operar los presupuestos gubernamentales, están muy barrocos y en un momento dado no son lo suficientemente ágiles para cumplir con los tiempos necesarios para ejercer el gasto, entonces, llega el momento en que a pesar que tenemos pocos recursos, por una serie de trámites se tienen que regresar, porque los trámites no se cumplieron, sin embargo, la subsecretaría de Administración y Finanzas de la Ssa está implementando una serie de medidas para modificar esto y poder ejercer el gasto”.
Además, reconoció que los directores “carecen de preparación” para enfrentar situaciones como la del Hospital Juárez, y refirió que la Secretaría está “muy preocupada” por la forma en que los directores enfrentan los problemas, al respecto, mencionó que la Secretaría tiene “todo un Programa de Capacitación Gerencial de Directivos”, para “profesionalizarlos”, destacó.
Finalmente, Solórzano Flores reconoció también que en todos los hospitales bajo su cargo podría considerarse que hay “bombas de tiempo”, por la escasés de medicamentos, insumos y equipo, sin embargo, aseguró, “las estamos tratando de resolver antes de que estallen”.
Se despidió pidiendo a los médicos de base “que asuman una actitud ‘propositiva’, para poder solucionar los problemas”, porque él, dijo, “está de acuerdo en el fondo, pero no en la forma”.
Sin un solo documento firmado, la “privatización silenciosa” emprendida por Julio Frenk en el sector salud, rinde sus frutos con la “crisis” del Juárez, y es que uno de los puntos en los que las autoridades del hospital ya “cedieron” ante los residentes, es el referente al de las ambulancias; para “solucionar” el problema, la dirección propuso “subrogar” el servicio a una compañía privada, y los residentes, sin ninguna otra opción, aceptaron.
