Cero y van tres.
El 24 de julio último, Imagen Médica solicitó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), a través del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), ‘copia simple de las versiones estenográficas de todas las reuniones del H. Consejo Técnico del IMSS, desde el primero de diciembre del año 2000 y hasta la fecha’.
Por la respuesta, probablemente el Consejo Técnico tenga un lodazal que encubrir tan sólo en estos tres tenebrosos años de gobierno del “cambio”.
Y es que cuatro días después de la solicitud, el 28 de julio, el IMSS clasificó la información como “reservada por un plazo de 12 años, en virtud de que en las reuniones deliberativas de los consejeros en los órganos de gobierno de este instituto, sus resoluciones son indicativas o propositivas mas pendientes de su ejecución por otra persona hasta que cause estado” (sic).
Del documento enviado a Imagen Médica como respuesta, se presume la existencia de otro documento en el que el 28 de julio de 2003, el Comité de Información del IMSS habría fundado y motivado su negativa “de atender la petición”, sin embargo, dicho documento fue mañosamente excluido de la respuesta, con la artera intención de entorpecer el trámite natural del lógico recurso de revisión ante el IFAI.
En la escueta negativa, el IMSS se define como “un Organismo Público Descentralizado con Personalidad Jurídica y Patrimonio Propios, de integración operativa tripartita a la que concurren los sectores público, social y privado, representados por el Gobierno Federal, los trabajadores y los patrones”.
Es decir, a pesar de aceptar que es un “Organismo Público”, el IMSS niega la información solicitada, lo que presume que en el seno del Consejo Técnico se habrían asumido posiciones y acuerdos sospechosos en perjuicio de la seguridad social y el patrimonio de millones de mexicanos.
De no ser así, no se recurriría a argumentaciones absurdas y fantasiosas para no hacer pública información clave en la que Santiago Levy Algazi, director del IMSS, sustenta que el Instituto “está al borde del colapso”.
Pero además, y para negar la información, el IMSS se remite al artículo 257 de su ley, y dice que “los Órganos de Gobierno son: Una Asamblea General, un Consejo Técnico, una Comisión de Vigilancia y una Dirección General”.
Y continúa: “Los tres primeros, en su integración tripartita y su funcionamiento colegiado, exponen en asambleas o sesiones, libremente opiniones, que si bien se coinciden hacia un buen gobierno y eficaz administración, sus manifestaciones son personales, expresadas en absoluta libertad y garantizadas por lo dispuesto en el Artículo 6º de la Constitución Federal en el sentido de que, no serán objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, salvo en el ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público” (sic).
Parece una payasada, pero no lo es. El IMSS ya lo dejó asentado por escrito. Las condiciones actuales del Instituto, reconocidas por Levy Algazi, indican que si de algo ha carecido el IMSS es precisamente de “buen gobierno”, “eficaz administración” y, sobre todo, de transparencia.
En el afán por ocultar la información de eminente interés público, el IMSS confunde la gimnasia con la magnesia, de plano. Y es que Imagen Médica no es organismo judicial ni mucho menos administrativo, sino sólo un vínculo para que la opinión pública conozca lo que sucede en las entrañas del IMSS a través de las “manifestaciones personales expresadas en absoluta libertad” de los integrantes del Consejo Técnico, protegidas hoy por la impunidad, más que por el artículo sexto constitucional temeraria e innecesariamente invocado.
En su caso, las “inquisiciones judiciales o administrativas” a que se pudiera hacer acreedor algún miembro del Consejo Técnico, serían posibles sí y sólo sí se hicieran del conocimiento de la sociedad y ésta expresara su reclamo.
Ahí está el por qué se trata de imponer el cerrojo.