En la toma de protesta de Moreira Valdés:
Rubén: ¿cómo piensas sacarnos de la mierda donde nos metió tu hermano?
Juan Monrreal López
Diciembre 9 de 2011
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Saltillo, Coahuila.- Sigilosos como los ladrones, diputados de Coahuila, el gobernante saliente Jorge Torres López, el gobernador entrante, Rubén Moreira Valdés, gobernadores invitados, funcionarios, estudiantes de la UANE y UAC acarreados para ornamentar y periodistas que pasaron el veto del jefe de Gabinete David Aguillón Rosales, a hurtadillas se fueron embutiendo por la parte trasera del recinto legislativo coahuilense, mientras que la puerta principal del Congreso era vigilada con francotiradores, soldados en vehículos artillados, policías con perros, gendarmes acorazados detrás de vallas metálicas, porros del PRI, miembros de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), Antorcha Campesina, Antorcha Popular, maestros, empleados del gobierno, quienes intentaron resguardar,- con gritos, empellones, hostigamiento, mentadas de madre-, la ceremonia elitista de toma de protesta de Rubén Moreira Valdés de un grupo de ciudadanos coahuiltecas inconformes, que con pancartas difundían los números de la monstruosa deuda ilegal adquirida por Humberto Moreira Valdés; además, los cívicos se apoyaron con mantas repudiando las primeras iniciativas del gobernador “más mejor” consistentes en aumentar impuestos; en tanto, los policías políticos, manejados por Jorge Luis Morán Delgado, tomaban fotos de los dirigentes de los más de 200 manifestantes que exhibían las ilegalidades del ex gobernador y – hasta ese momento, todavía- presidente nacional del PRI, Humberto Moreira, que heredó la gubernatura a su hermano, pero también la colosal deuda de 35 mil millones de pesos, renegociada a 30 años, manejo que elevó el débito de Coahuila a casi 60 mil millones de pesos.
Tras 12 años de convertir a las legislaturas en turno en Congreso itinerante,- por capricho de los ex gobernadores Enrique Martínez y Martínez y Humberto Moreira Valdés, quienes trasladaron el poder del Congreso de Coahuila al estadio de beisbol Francisco I. Madero-, la toma de protesta del gobernador “más mejor” regresó al recinto de las calles de Coss y Cárdenas, medroso de protestas masivas, toda vez que la deuda pública coahuilense es imposible apoyar con respaldos populares comprados con “Las Tarjetas de la Gente”.
Acordada para las 9 de la mañana, la Sesión Solemne del Congreso, se atrasó.
Los dispositivos de seguridad, hicieron lento el arribo de los diputados, gobernadores y amigos de Rubén Moreira. Los detectores de metales, equipos de seguridad, convirtieron en lerdos el paso de la elite convocada por Rubén.
Apabullado por el escándalo de la deuda adquirida por su hermano mediante papelería alterada, Rubén Moreira habló ante los diputados coahuilenses de transparencia, inclusión y diálogo con todos los coahuiltecos. Mientras afuera del recinto amurallado con francotiradores, soldados, porros, vallas, policías, y perros, trataban de amedrentar y contener al menos a 7 grupos ciudadanos que exigían que se aclare el uso de los 35 mil millones de pesos de la deuda, al tiempo que recibían empellones de una parte de los 1500 policías sacados de las colonias y calles para proteger a Rubén Moreira Valdés, “El más mejor”.
Sobre la tribuna, Rubén Moreira prometió transparencia en su administración, mientras días antes la Auditoría Superior del Estado de Coahuila cerró hasta el año 2019, cualquier posibilidad de acceder a los números de la deuda que contrajo Humberto Moreira con documentos falsos.
Rubén Moreira dijo también que adquiría el compromiso de defender los Derechos Humanos, de escuchar todas las fuerzas, mientras sus porros del PRI, UNTA, magisterio, Antorcha Campesina, Antorcha Popular, policías ministeriales, municipales, policías políticos, hostigaban a los grupos que exigían con carteles, botargas de Rubén y Humberto repartiendo dinero a manos llenas, que Humberto pague los 35 mil millones de pesos de la deuda ilegal.
Sin mega pantallas, sin sonidos, -como en otras ocasiones de apoteosis moreirista-, la ceremonia de toma de posesión de Rubén Moreira, transcurrió ante los ojos de un pequeño grupo con coreografías montadas con acarreados de las universidades, todos ellos uniformados con trajes negros y camisas blancas.
Así, el máximo protocolo político institucional de toma de protesta del nuevo gobernador se transformó en un set del programa de Javier López Chabelo, “En Familia”, Rubén Moreira, sólo frente a su parentela, – mamá, hermanos, hermanas, sobrinos-, convertidos en los nuevos y opulentos ricos de Coahuila.
La elite se cerró con la asistencia de gobernadores y funcionarios que arribaron usando el acto protocolario de Rubén Moreira, para hacerse presentes ante el virtual candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.
Tan sellada fue la toma de posesión de Rubén, – ex “zerevro del Gobierno de la Gente”-, que los acarreados tuvieron que ser advertidos que la ceremonia había terminado para que se retiraran.
Mientras tanto, el policía político Jorge Luis Morán Delgado, hablaba incesantemente por teléfono, informando a la policía ministerial y municipal el rumbo que tomaban los contingentes de protesta que exigían juicio político y cárcel para Humberto Moreira Valdés, por la descomunal deuda de 35 mil millones de pesos contratada con papelería falsificada, tan adulterada como los certificados que entregó a estudiantes fantasmas allá a fines de los años 90 y que el ex gobernador Rogelio Montemayor Seguy, usó como argumento para botarlo de la dirección del INEA.
Los Indignados de Coahuila, Ciudadanos por Coahuila, la Asociación Civil Francisco J. Mújica, Movimiento Joven, panistas y ciudadanos de La laguna, denunciaban con consignas, mantas, Tarjetas de la Deuda de la Gente,-válidas por 40 años-, volantes con análisis de la deuda, especificando que faltan 62 mil millones del dinero ejercido por el “moreirato”, con el que “ se puede pagar una carrera en el Tec (Sic) de Monterrey a 99 mil alumnos, ó comprarle un Mc Trío del día al 25% de la población mundial”. “Yo no gasté, me endeudaron”. “Quieres que te dé un norte, la rata está en Coahuila”. “Con Moreira, lo prometido es deuda”. “Rubén, como piensas sacarnos de la mierda donde nos metió tu hermano”, rezaban las pancartas y libelos.
Hostigados, luego perseguidos por los policías; los manifestantes de trasladaron a distintos puntos de la ciudad a seguir denunciando a los nuevos autócratas de Coahuila. Las puertas del Ateneo Fuente, Plaza Nueva Tlaxcala, la estatua de Venustiano Carranza, albergaron a los reclamantes, quienes encontraron apoyo de transeúntes y automovilistas, pero también mentadas de madre de priistas mandados ex profeso.
Pero si el Congreso de Coahuila fue cercado, la fiesta priista en Villa Ferré, lo fue más. Tanquetas del ejército, vehículos artillados, vehículos Hum Vee, soldados camuflajeados con indumentaria para el desierto, policías ministeriales, agentes encubiertos, vallas, personal adscrito a la oficina de la nueva dependencia del Jefe de Gabinete David Aguillón Rosales, señalando quien pasaba o no al guateque priista, mientras los estacionamientos aledaños se llenaban con vehículos de lujo propiedad de los funcionarios y políticos asistentes.
Fuera de las vallas, jefes de seccionales priistas de corte popular fueron vetados, pese a contar con invitaciones. Allí, a la entrada del evento de la elite, los promotores de la campaña de Rubén Moreira poco a poco soltaban su coraje por el trato recibido.
Adentro, Rubén “el más mejor” Moreira, sonreía, mientras un rótulo gigante a espaldas del heredero de la gubernatura anotaba “Coahuila, aquí se sonríe”, en tanto Enrique Peña Nieto, declaraba que Humberto Moreira,- hasta ese momento presidente del PRI-, en unos momentos tomaría una decisión respecto a su permanencia en la dirección del PRI, aunque la sentencia ya estaba dictada; Peña Nieto vino a Coahuila, a echar de la dirección nacional del PRI a Humberto Moreira.
Por la tarde, el “más mejor”, llegó a Torreón a realizar su primera gira de trabajo,-ya con Humberto prácticamente fuera del tricolor-, inauguró un pino navideño en la plaza de armas de la ciudad, mientras las obras públicas siguen paradas.
Por lo pronto, lo elitista de los eventos, los cuerpos policiacos por doquier, más los porros contratados, no son buen augurio para Coahuila.
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