Género: Drama.
Director: Pedro Almodóvar.
Reparto: Antonio Banderas, Elena Anaya,
Jan Cornet, Marisa Paredes.
País y año: España, 2011.
Duración: 117 minutos.
Clasificación: C
Opinión: Magnánima – Buena – Entretenida – No estuvo tan mal – No tuve opción
Primero, vi este filme por dos fuertes razones sin tener a Almodóvar por delante: recomendaciones de amigos y (la más fuerte) porque Angelina Jolie, en un programa de entretenimiento enfocado al cine, preguntó a Almodóvar que cuándo la invitaría a trabajar con él. Entonces, hilando: yo adoro a Angelina, Angelina le pidió trabajo a Almodóvar, Almodóvar hizo la película. Simple.
Robert Ledgard (Antonio Banderas) es un reconocido científico y médico cirujano que ha tenido éxito en cultivar piel artificial y hacerla resistente a quemaduras y picaduras de insectos. Robert hospeda en su casa a Vera Cruz (Elena Anaya), su conejillo de indias y paciente sometida a diversos experimentos y cirugías hace decenas de meses. Conforme transcurre el filme, se van disipando las dudas con respecto al paciente y a la historia de la “locura” del mismo Robert.
La historia del filme se centra en el trabajo, cuidado y obsesión de Robert Ledgard sobre Vera Cruz, y por supuesto, los descubrimientos que el espectador va realizando conforme corre la historia (como mencioné anteriormente), es como si el espectador armara el rompecabezas. El filme es algo así como una cadena de venganzas materializadas en un cuerpo y una caja de pandora entre la piel.
El filme contiene escenas de violencia (incluida la sexual) que no obligan al espectador a dejar de ver sino que se crea una expectativa personalmente predecible.
La banda sonora a cargo de Alberto Iglesias, Buika y Trentemoller le impregnan un ritmo de suspenso y especie de “limbo” al filme; me gustó mucho.
Es, indudablemente, un filme que comentas de más cuando ha terminado, de los que jamás se quedan en una pregunta y respuesta comenzada por “¿Te ha gustado?”. Vi el filme con una amiga que lo detestó a todas luces que porque “cómo es posible tanta falta de amor en una vida como pasa en la de Almodóvar”, sin embargo yo sí lo recomiendo, mi perspectiva sobre el cine es bastante distinta y por supuesto, subjetiva como la de todos, y también he imaginado a Angelina trabajando con el director de esta película.
Lo que jamás pasó desapercibido:
- Los lentes que usó Antonio Banderas en la escena del funeral no le quedaban. Tachesote.
- La belleza de Elena Anaya, ¡deberíamos verla más seguido!
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¿Se le ve bastante colgado el cuello a Antonio Banderas, fue una ilusión óptica, debo recordar que tiene más de 50 años?
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Nuestra propia expresión al descubrir lo que el filme nos exigía.
