J. Edgar Hoover
Género: Drama.
Director: Clint Eastwood.
Reparto: Leonardo Di Caprio, Armie Hammer,
Naomi Watts.
País y año: Estados Unidos 2012
Duración: 137 minutos.
Clasificación: B+
Opinión: Magnánima – Buena – Entretenida – No estuvo tan mal – No tuve opción
El filme está basado en la vida de Edgar Hoover (Leonardo Di Caprio), quien tomo el cargo del FBI con tan solo 29 años de edad (1924) hasta el día de su muerte (1972). La historia se centra principalmente en sus 38 años de mandato y todo lo que vino consigo (temáticas centrales): la relación con los presidentes de Norteamérica, la reorganización de la institución (FBI) y su lucha por encontrar esa credibilidad tan anhelada ante la sociedad norteamericana, el establecimiento y seguimiento de leyes constitucionales, el patriotismo con el que Hoover mantiene su cargo, y la homosexualidad, tema polémico y escabroso para alguien de su rango y la época en la cual se sitúa.
La vida pública y privada de Edgar Hoover se nos presenta de una manera bastante controversial, especialmente por su orientación sexual. En este punto presentamos a Clyde Tolson (Armie Hammer), quien es la mano derecha de Edgar Hoover y con quien se mantiene como compañero de vida (pública y privada) hasta el final del filme. (¿A quién no le hubiera gustado tener como compañero de vida a Armie Hammer?) Asimismo, la secretaria fiel de Edgar Hoover es Helen Gandy (Naomi Watts), quien hace una gran interpretación.
El embrollo político del filme apenas se alcanza a apreciar, pero sin duda es fuerte y completamente ligado al mandato de Hoover. Ya que la información es poder, tomo dicho argumento como tema clave para comprender por qué Edgar Hoover fue uno de los hombres más poderosos del siglo XX.
Sí la recomiendo; el filme no aporta un nuevo descubrimiento, sin embargo sí trata con mucho respeto el impacto de un personaje sobre algunas instituciones de Norteamérica. Se aprecia bastante interesante el manejo de la información, el impacto en la masa, la importancia de tener una relación con el estado, el sacrificio de una vida privada y el juego de la política exterior.
Lo que jamás pasó desapercibido:
- El maquillaje de los personajes para intentar hacerlos ver como personas de avanzada edad me pareció malo, más el de Leonardo Di Caprio.
- ¡¿Quién es ese Armie Hammer y por qué no lo había visto nunca?! Está divino. ¿Escucharon atentamente su voz? Caray.
- Armie Hammer opaca indudablemente el porte de Leonardo Di Caprio.
- Me quedé con la galanura que algún día tuvo Leo Di Caprio y ahora lo veo tan descuidado. La culpa es de Titanic.
- Josh Lucas se aprecia angelical en donde sea, no es broma.