Crítica Política
En esta época de mediocridad y pigmeos éticos
y morales, Marcos brilla con luz propia.
V.C.R.
Cada hombre lleva consigo la concepción de la naturaleza, de la raza humana.
Don Benito Juárez le dio a este país donde vivimos, el concepto de nación. Construyó las bases para ser una nación fuerte. Una nación mexicana. Construyó un Estado Mexicano para vivir todos mejor.
El concepto de nación en que pensó Juárez se ha diluido. Las consecuencias son otras. Vivimos individualmente por falta de cultura, falta de la formación de conciencia. La vida social ha ido desapareciendo como armonía para confusionar y formar una sociedad mexicana sin excluidos. Vivimos todavía gracias a sí mismo.
Tenemos que crear un sentido social más colectivo de nación que somos. No darse para sí, para satisfacción personal o de unos cuántos. Somos eminentemente egoístas.
La intención del hombre es llegar a la luz, pero efectivamente a la luz. Aceptando que solamente somos una parte, pero no la luz.
Vale bién escribir lo que dijo el filósofo francés Bousset “El hombre tiende a la perfección, pero la perfección supone ser, luego primero debemos ser y después ser perfectos.”
Todos somos hijos de Dios como unidad eterna, cada uno somos y regresaremos como dijo Jesús, al Gran Arquitecto del Universo.
En el mundo en que hoy vivimos se ha perdido el concepto de política y democracia al estilo griego. Después, mejor desarrollados en teorías políticas contemporáneas.
La política es percepción y precede a la experiencia, pero no surge inmediatamente. La experiencia política es individual, después se generaliza. La experiencia se hace en condiciones siempre complejas. En una palabra, para inferir una política de la experiencia es menester generalizar.
¿Cómo se generaliza? Evidentemente toda la verdad política particular, se desarrolla de infinidad de maneras, dependiendo del instinto político de cada hombre.
Me limitaré en este espacio demasiado pequeño a analizar sólo y solamente una de tantas columnas DE POLÍTICA Y COSAS PEORES, aparecida en el periódico PALABRA del 8 de mayo de 2001.
El destacado Cronista de la Ciudad, el gran Catón, en parte de su columna dice: “. de nada esta sirviendo los millones de pesos empleados en promover la imagen del Presidente Fox. A poco tiempo (¿Cuánto tiempo?, la luz del Sol dura un segundo para recorrer 300,000 kilómetros de distancia) de iniciar su gobierno esa imagen empieza a craquelarse.”
¿Por qué el Sr. Catón va tan lejos al hacer crítica al Sr. Fox, si en la ciudad donde vive hay muchas telas de donde cortar?
Nadie como POLITICÓN denuncia con claridad y da nombres.
Hay corrupción tolerable.
En otra parte de la columna, Catón refriéndose a la actitud del Sr. Fox hacia Marcos el Sub, dice: “Otros factores (¿qué factores?) que no gustan a la gente (¿a cuál gente?, ¿a toda?) como el apoyo de dar en su destentada pretensión de obtener una Ley Indígena hecha a su capricho.” ¡Qué vergüenza Catón!.
El Sr. Marcos no está solo en su pretensión, lo apoyan miles y miles de mexicanos (no indígenas) porque buscan comer no parcialmente, los indígenas comen ocasionalmente y la gente a que se refiere Catón y él mismo, comen totalmente.
Al Sr. Marcos lo apoyan hombres excepcionalmente dotados de diferentes países del mundo y mexicanos, esas raras aves que posan la Tierra. Cientos de columnistas del país también y hombres menos dotados.
Al Sr. Marcos lo visitan genios, medio genios y hombres de mente y cerebro de excelencia.
En todo el mundo analizan la lucha del Sr. Marcos y su mente y cerebro. Busca el BIEN para los pueblos indios, los sin alma, en pleno Siglo XXI. A Marcos lo conocen en todo el mundo.
El Sr. Marcos no escribe del Sr. Catón. No lo conoce.
Por necesidad recurro a la palabra BIEN. Bien que el Santo Papa Juan Pablo II, cuando en pleno vuelo del avión que lo llevaba a la ciudad de México, refiriéndose al problema chiapaneco dijo: “Ellos llegaron primero a esas tierras donde viven, son de ellos.”
La declaración del hombre más inteligente del mundo y con valor ético y moral corporizado en su conciencia busca el BIEN para toda la humanidad. ¿Es destentado, pretencioso y capricho también lo que pide el Santo Padre para el bien de los pueblos indígenas?
El trabajo del Sr. Marcos no es por capricho, exige los derechos naturales de la gente de esos pueblos. Ya vivimos en el Siglo XXI, el Siglo XVI quedó en las cenizas del espacio tiempo como témpano.
El Sr. Marcos tiene instinto político, conoce de política teórica y práctica. Arrastra masas de distintos cerebros y mentes.
El admirado Catón de los coahuilenses y de otros estados, fue académico de la Universidad Autónoma de Coahuila. Esta casa de estudios tiene por lema: “En el Bien Fincamos el Saber”.
El bien que Marcos busca para los suyos. El bien no puede dividirse ni negarse. Corresponde al Sr. Catón decir, si ese lema se ha corporizado o mejor dicho, concretado en la conciencia de esa humanidad universitaria y sobre todo en él.
Hay un algo en Catón que nunca he olvidado y visto jamás.
Brincó el umbral de la sumisión o supresión y alcanzó la independencia, después de no ser el elegido de los dioses del Olimpo, y se enfrentó a ellos buscando la Rectoría de la U A de C. Por ello mi decisión de apoyarlo en las dos elecciones en que contendió.
Viví para ver a Catón perder la Rectoría de la U A de C. No supo aplicar teoría y práctica de lo que tanto escribe.
La gran masa académica y estudiantil que lo apoyamos, no entendió Catón como aglutinarla. Muchos se pasaron a las filas de los contrarios. No previó la posición política de otros grupos que se unieron a su campaña y después pasaron a las filas de contrarios. Sí, la lucha de contrarios heraclitiana descrita dos mil años antes de Cristo. Ni la lucha de contrarios descrita por el genial Maquiavelo cientos de años después.
Por lo que he leído del Sr. Catón, forma parte del Coro Antimarquista.
Es estocástico que el destacado Cronista de la Ciudad de Saltillo, tenga apartado ya un agujero negro en las tierras de los grandes coahuilenses. Me refiero claro está, no a los agujeros negros descubiertos en el Universo por el genio inglés Howquing.
Primavera, mayo de 2001
Valentín Cardona Ramírez