ultraderechista de pataleos exquisitos
Desde el pasado 30 de abril, el representante del gobierno del estado de Coahuila, en la ciudad de México, se encuentra en “rebeldía.”. Con desplantes demócratas, el ultraderechista Federico Berrueto Pruneda se encuentra enfrentado a quien considera el dictador del Partido Revolucionario Institucional, Roberto Madrazo.
Contestatario desde que conoció el lugar 17 que ocuparía en las listas plurinominales del PRI de la segunda circunscripción, este coahuilense, auto llamado intelectual político, quiso evidenciar las obvias maniobras del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor, persiguiendo aparecer como víctima.
Digno colega de Enrique Martínez y Martínez, a Berrueto Pruneda pronto se le olvidó que él fue traído exprofeso al estado de Coahuila para apoyar como coordinador de campaña a Beatriz Paredes Rangel y a Javier Guerrero García -tesorero del estado- en contra de Roberto Madrazo. Si Federico Berrueto no esperaba reacciones del hoy presidente del PRI, habrá que mandarlo a recursar la materia de Ciencia Política que imparte en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, en su campo de Río Hondo.
Por Juan Monrreal López
Torreón, Coahuila.- Federico Berrueto Pruneda nunca ha dispuesto, por labor propia, de trabajo político en Coahuila. Berrueto Pruneda es sobrino de Elíseo Mendoza Berrueto -exgobernador del estado- a quien, entre otros familiares, fue ubicando en oficinas públicas de la ciudad de México.
A saltos entre dependencia y dependencia, Berrueto Pruneda optó por construirse la imagen de intelectual orgánico del PRI, rehuyendo las confrontaciones políticas directas.
Con la intención de hacer las relaciones adecuadas, para volar siempre con red en el trapecio de la administración pública, se afilió, sin pensarlo, al Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), al que sigue relacionado.
Federico Berrueto Pruneda pertenece a una corriente ideológica de ultraderecha que en la Laguna lideran Luis Salazar Woolfok y Enrique Huber Lazo, editor y propietario de la revista Lex. En esta tendencia ideológica también se encuentra adherido su hermano Ariel Berrueto Pruneda, quien por cierto, desfalcó al Sistema Municipal de Agua y Saneamiento de Torreón (SIMAS) con varios millones de pesos durante 1995. Este fue el motivo por el que fue echado de la administración, gracias al empuje de la ciudadanía torreonense, junto al alcalde del momento, Mariano López Mercado.
Prácticamente desconocido en el estado, la promoción de Federico Berrueto se debe a las relaciones que estableció con Enrique Martínez y Martínez, por la vía de abrirle el picaporte de la oficina de Liébano Saénz -cuando fungió como secretario particular de Ernesto Zedillo– en plena lucha interna priísta por la nominación a la gubernatura de Coahuila, allá por 1999.
Berrueto Pruneda, llevó a Enrique Martínez y Martínez a los salones de Los Pinos cuando éste se sintió perdido -platicó con miembros prominentes del PRD para competir por la gubernatura bajo esas siglas- ante el candidato de Rogelio Montemayor, Jesús María Ramón Valdés -hoy aspirante a la diputación federal por el distrito 01 con sede en Piedras Negras-.
Junto a esto, acogió a Enrique Martínez Morales -hijo del ejecutivo coahuilense- para ubicarlo en su oficina de prospectiva política de la Presidencia de la República, como uno más de los recorta periódicos de esa dependencia.
Por ello, como pago a sus servicios, Enrique Martínez y Martínez le extendió el nombramiento de representante del gobierno del estado de Coahuila en la ciudad de México, una vez que empezó a ejercer el poder en este estado.
Las chambas de Federico Berrueto Pruneda
En realidad, los trabajos de Federico Berrueto en la capital del país han sido de medio pelo, tanto, como su labor ideológica en el Partido Revolucionario Institucional.
Ligado a los labastidistas, Federico Berrueto desempeñó la tarea de director general adjunto de la Secretaría de Gobernación en la época de Esteban Moctezuma Barragán, por 1995.
En ese tiempo, José Luis Vivanco, director ejecutivo de Human Rights Watchs Americas (HRWA) dijo después de entrevistarse con este aparente demócrata, acerca de la detención de Javier Elorriaga Berdegué y Jorge Santiago Santiago junto al asunto del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se quedaba con la señal que la discusión y el discurso de este funcionario eran bastante agresivos y que al igual que Ernesto Zedillo, el conflicto nacional ubicado en Chiapas era tratado por éste y todo el gabinete zedillista, con tintes excesivos de política y no jurídicamente.
Removido de allí, una vez que Moctezuma Barragán fue destituido por incapaz, este antimadracista encontró acomodo en la nómina de la Presidencia. De allí brincaría, como pago a favores concedidos, por obra y gracia de su majestad coahuilense Enrique Martínez, a la representación del gobierno del estado de Coahuila en el Distrito Federal, nombramiento que ostenta desde el año 2000.
Ultraderecha y familia de Federico Berrueto
Sobrino de Elíseo Mendoza Berrueto, quien antes de abandonar la gubernatura de la entidad, tildó a los habitantes del estado como “pinches coahuilenses cerriles”, Berrueto Pruneda pertenece a un clan que no goza de buena fama en la región. Su tío es considerado un ex gobernador banal, quien como pago al apoyo que otorgó a Enrique Martínez y Martínez para hacerse de la primera diputación federal que ocupó, ahora dirige un fantasmal Instituto de Estudios Internacionales, creado especialmente para él por su expupilo y financiado con dinero público.
El hermano de Berrueto Pruneda, Ariel, desapareció de la Laguna una vez que se probó el saqueo que hizo del SIMAS Torreón. Además, la clase política priísta lo culpa de ser el causante no sólo de la remoción del alcalde Mariano López Mercado, sino que abrió las puertas para que el partido Acción Nacional ganara inmediatamente la alcaldía con la candidatura de Jorge Zermeño Infante.
Miembro de la ultraderecha lagunera, Federico Berrueto mantiene una estrecha relación con Luis Salazar Woolfok y Enrique Huber Lazo, quienes adoctrinaron a los estudiantes de ultraderecha de la región a través de la Corporación de Estudiantes Mexicanos, conocidos como corporos. Ahora siguen trabajando con la Corporación de Profesionistas Mexicanos, muchos de ellos ligados a la política con los distintos partidos, además de estar vinculados a organismos empresariales como el IPADE.
Gente como Oscar Pimentel González, ex alcalde de Saltillo y actual candidato a la diputación federal por el distrito 04 de Coahuila es uno de ellos. También Germán Froto Madariaga magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado.
De hecho, y de acuerdo a su estrategia, la infiltración a los partidos es sólo el instrumento para hacerse de posiciones de poder.
Así tenemos, por ejemplo, que el diputado panista y coordinador de la fracción parlamentaria local, José Ángel Pérez Hernández, es hijo de Alejandro Pérez de la Vega, priísta, ex recaudador de rentas del estado en Torreón y operador político de Rogelio Montemayor -por cierto afiliado a la ultraderecha- pero también es cuñado de Federico Berrueto.
En esta bancada blanquiazul se encuentra a su vez, Luis Salazar Fernández, hijo de Luis Salazar Woolfok y María del Carmen Fernández Ugarte. El primero sigue perteneciendo al PRI, mientras Fernández Ugarte fue primera regidora cuando el panista Jorge Zermeño Infante despachó como alcalde.
En cuanto a Huber Lazo, ideólogo de este grupo, fundó junto con su sobrino Javier Castrejón González, la Editora Laguna S.A. de C.V., extrañamente cuando su sobrino político, Castrejón González era el segundo de a bordo en el SIMAS Torreón, en la época que este organismo fue dirigido por Ariel, el hermano de Federico Berrueto.
Berrueto Pruneda, ni con calzador entra al mundo político coahuilense
El desempeño de Federico Berrueto en el PRI es como sus trabajos, de medio pelo. Miembro de la Comisión Temática de Ideología, aprobada por la II Sesión Ordinaria de la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional –uufff– del 29 de julio de 2002, en realidad su pertenencia es irrelevante, tanto como la membresía del exdiputado local Jaime Martínez Cepeda, a quien obvio nadie conoce.
Con fama de exquisito, a Federico Berrueto le ha sido difícil colocarse en el ánimo del grupo político que acompaña a Enrique Martínez y Martínez, pese al apoyo desmedido de éste.
Por eso, pese a la campaña de rumores desatada en algunos medios de la entidad, en el sentido de que Federico Berrueto Pruneda sustituiría a Raúl Sifuentes Guerrero en la Secretaría de Gobierno, ésta nunca pudo concretarse; principalmente por el pánico que le produce a este “neo rebelde” enfrentarse cuerpo a cuerpo en la lucha política. De nada sirvió el placeo político que promovió su benefactor Enrique Martínez, quien incluso lo nombró orador oficial –para presentarlo ante los medios- el Día de la Libertad de Expresión el 7 de junio de 2002.
Sin embargo, el labastidista Berrueto Pruneda nuevamente fue traído al estado, solo que ahora como coordinador de la campaña de Beatriz Paredes y Javier Guerrero, al iniciar el 2003. Los resultados ya se conocen. De manera que este “politólogo” sólo enseña su candidez, así como su ignorancia, por los berrinches que le ocasionaron el lugar que originalmente ocupó en las listas plurinominales del PRI, como también su remoción posterior.
Federico Berrueto abandonado a su suerte por Enrique Martínez y Martínez
Oportunista, buscador del perdón del Gobierno federal, pero también de la misericordia de Roberto Madrazo, Enrique Martínez y Martínez se deslindó de Berrueto Pruneda una vez que las declaraciones de “guerra” por la democracia partidista de este demócrata postizo subieron de tono. Obligado, Federico Berrueto tuvo que asumir sus declaraciones, indicando que eran independientes del ejecutivo del estado de Coahuila.
Así, es seguro que el futuro de Berrueto Pruneda siga fincado en la representación del gobierno de Coahuila en México, y que, pronto, los artificiosos pataleos priístas a los que tiene derecho se extingan por el simple cansancio. Sin apoyo político de su protector y sin fuerza política propia, que se de por bien servido que disponga de presupuesto público para seguir en los flirteos políticos de la capital del país.