EL ISSSTE BAJO EL FOXISMO
Parte 1
Gustavo Leal F.
División de Ciencias Biológicas y de la Salud
Departamento de Atención a la Salud
Area de Investigación en Salud y Sociedad
2001: REPRESENTANDO A LA “MAESTRA” ELBA ESTHER GORDILLO
1.- ISSSTE: gota de agua en piedra ardiente1
El nombramiento foxista de Benjamín González Roaro como director del ISSSTE –quién hasta el último día de la administración Zedillo se desempeñara como subsecretario de Servicios Educativos del Distrito Federal en la Secretaría de Educación Pública (SEP)-, fue recibido, justo a la puerta de sus nuevas oficinas, con manifestaciones de jubilados y pensionados en demanda de bono sexenal, vales de despensa de fin de año, otras prestaciones económicas y la entrega de los mil 550 pesos suministrados en enero a los pensionados del IMSS.
Unas horas después, González Roaro comunicó que la situación de insolvencia del Instituto se enfrentará con un “diagnóstico compartido” entre todos sus actores “con pleno respeto a los derechos de los trabajadores y derechohabientes y de acuerdo a las condiciones generales del presupuesto federal, para ver de qué manera se puede traducir en la realidad”.
Lamentablemente, la Iniciativa del Presupuesto de Egresos 2001 que discute el Congreso de la Unión, proporciona un cuadro poco optimista de esa “realidad”. El Poder Ejecutivo está solicitando un presupuesto incrementado en 2.9 por ciento real respecto al ejercicio anterior: 43 mil 224 millones de pesos que incluyen 3 mil 469.9 millones para el FOVISSSTE, que financiarían 18 mil 800 viviendas, así como mil 442 millones para el Sistema Integral de Tiendas y Farmacias con precios preferenciales a la población. Y aún así, estima el documento del Ejecutivo “no sería suficiente para cubrir los costos crecientes de atención médica”.
Para corregir el actual déficit financiero (9 mil 975 millones de pesos, ¡944 por ciento más alto que el de 1990!), las cuotas que pagan los trabajadores al Instituto tendrían que subir de 8 a 42 por ciento. Aunque el número de cotizantes aumentó 64 por ciento en 20 años (de 1.4 millones de trabajadores en 1980 a 2.3 en el 2000), la cifra de jubilados creció 462 por ciento (de 68 mil 400 a 384 mil 500).
En 1980 había 21 trabajadores activos por jubilado. En el año 2000 hay 6. La situación podría agravarse durante los próximos años: el promedio de edad de los trabajadores públicos es hoy de 43.7 años con 16.3 años de servicio: 330 mil de ellos cuentan con los requisitos para jubilarse en cualquier momento Durante los próximos 10 años, con un crecimiento anual del 7.5 por ciento en el número de los pensionados y jubilados, el déficit podría alcanzaría 27 mil 139 millones de pesos (El Universal, 8/12).
González Roaro considera que las peticiones de jubilados y pensionados de la institución “debió ser resuelta por la administración anterior” y que aunque la prestación “no se ha dado en ocasiones anteriores, revisaremos la situación sabiendo de antemano que hay un impedimento legal”. Y agrega conocer “las necesidades de los trabajadores”, en particular de los maestros, grupo mayoritario en la derechohabiencia del ISSSTE.
En el portal de la complicada agenda de González Roaro aguardan, entre otros: 1) la previsible “aforización” de los trabajadores al servicio del Estado, 2) la defensa del programa de vivienda del Instituto, 3) el adecuado manejo de los fondos extras que para jubilados y pensionados del ISSSTE ha dispuesto el Congreso de la Unión, 4) el nuevo diseño -junto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público- para encarar el desafío que plantean los sistemas pensionarios estatales, y 5) las presiones para “reformar” el Instituto del secretario de Salud del foxismo, Julio Frenk, quién también preside su Junta Directiva.
Otro paquete lo constituyen las deudas con “la maestra” Elba Esther Gordillo, a quién debe toda su carrera política, sus “relaciones” con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la “nueva” dirigencia encabezada por el también gordillista Rafael Ochoa Guzmán; los severos conflictos por que atraviesa la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) del cuestionado Joel Ayala y los propios del Sindicato de Trabajadores del ISSSTE de José Luis Acosta.
Con todo, es claro que su gran pendiente es proponer acciones clínicas coherentes para enfrentar el estado poco menos que ruinoso de los servicios de atención médica que le legara el proceso de “modernización y reordenamiento integral” de la directora anterior, Socorro Díaz. Para este reto, un auténtico quebradero de cabeza, el 2.9 por ciento de aumento real al presupuesto del ISSSTE es apenas una gota de agua en la piedra ardiente.
2.- Un desencantado año después
Mientras en México el presidente Fox estima que “tenemos que crear círculos virtuosos que alienten la participación privada no sólo en el terreno de la salud, sino en todos los ámbitos de la vida”, en una pequeña ciudad estadounidense que con dificultades alcanza 65 mil habitantes: Portland en el estado de Maine, acaba de celebrarse un insólito referéndum –rabiosamente atacado por la industria de las Organizaciones Administradoras de la Salud (Health Maintenance Organization)- que ha confirmado, como antes sucediera en Maryland y Oregon, que una amplia mayoría ciudadana -el 52 por ciento- favorece abiertamente la presencia de un sistema universal público de salud que, por supuesto, sería más barato y eficiente que el oneroso “sistema” actual.
Pero Santiago Levy, por empeño de Fox, director general del IMSS, se empecina en reformar la ley del Seguro Social buscando sólo la viabilidad financiera del Instituto puesto “que sus pasivos laborales son equivalentes al presupuesto global del sector salud”.
Por su parte, los médicos y enfermeras chiapanecos de la Sección 50 del SNTSS, denuncian que en 288 centros de salud y 33 hospitales del Instituto de Salud del Estado de Chiapas (ISECH), las condiciones de trabajo no podrían ser peores. El médico Francisco de la Brena Vadillo desapareció desde el 25 de octubre cuando salió del hospital donde trabajaba. Los médicos del ISECH han protestado por la negligencia del gobierno estatal para esclarecer el hecho y las amenazas de muerte que han recibido otros galenos por presuntos familiares de pacientes que fallecieron por falta de medicamentos o de equipos. Y es que los nosocomios carecen de lo más elemental: medicinas, camas, material quirúrgico y reactivos.
Como señala el doctor Rafael Rueda Aguilar, dirigente de la Sección 50 “por los recortes presupuestales aplicados por el gobierno de Vicente Fox, hoy los médicos andamos con las batas raídas, carecemos de guantes para las operaciones, no existen sábanas en las camas, los aparatos están descompuestos y no podemos brindar la atención que se merecen nuestros conciudadanos”.
Sin embargo, el Programa para fortalecer la economía y la inclusión social divulgado por la Presidencia de la República el 8 de noviembre, comunica que el ISSSTE “redujo entre 45 y 78 minutos el tiempo de espera en consulta externa general de primer nivel” así como que la SSA instaló el Comité Nacional del Programa Arranque Parejo en la Vida; presentó el Programa de Atención a la Salud de la Infancia y la Adolescencia; anunció el Programa de Atención al Envejecimiento; estableció el Consejo de Conducción del Programa Mujer y Salud y dotó de micronutrimientos a 35 mil niños de 6 a 24 meses de edad al amparo del Programa de Salud y Nutrición de los Pueblos Indígenas.
Y aunque la SSA solicitó a la Secretaría de Hacienda 28 mil millones de pesos para el Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud que se distribuyen vía el Ramo 33, el proyecto de presupuesto para el 2002 sólo contempla para él 25 mil 758 millones. De los 65 millones solicitados para el Programa de Comunidades Saludables se otorgan 50 y, de los 605 millones requeridos para el Programa de Salud para Todos (Seguro Popular), se han presupuestado 202 millones de pesos, apenas 50 millones más de los que contó en el año que termina.
Julio Frenk, secretario de Salud, cumple pues sus primeros 12 meses a cargo del despacho curándose en salud: “es irresponsable e irreal hacer ofertas que no estén sustentadas financieramente”. ¿Por qué entonces no ajustó a ese realismo la folklórica oferta de campaña de la Alianza para el Cambio en que luego se montó para imponer su tecnocrático Programa Nacional de Salud? ¿Dónde quedó la mercadotécnica frase acuñada desde el “equipo de transición” en la que ofreció “más salud por el dinero”?
Aún así, para el presidente Fox después de un año “hay importantes avances en derechos humanos, desarrollo, educación, salud, empleo e ingresos”. No cabe duda que el costo que hay que pagar por el gobierno del “cambio”, empezó con ese gabinetazo y sus indigentes acciones.
En materia de salud y seguridad social, después de 18 años de “políticas de la no política” a cargo del último ciclo priísta, esas acciones “hoy, para el México del futuro” constituyen el año 19 de la continuidad. Con el penoso agravante de que en el año 19, ellas traicionaron también el mandato de cambio manifestado el 2 de julio del año 2000.
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1 La Jornada, 21 de diciembre, 2000