ISSSTE: “burradas” en la SCJN. ¿Qué sigue?
Gustavo Leal F.

UNO
Después de más de quince meses de una movilización nacional ininterrumpida que desembocó en un inédito reclamo de justicia constituyendo el litigio colectivo más relevante de la historia de México, la SCJN -cercada por policías y reducida a la simple función de dogmática repetidora de las “certezas macro” de la tecnocracia hacendaria- transformó, apenas con un “argumento” financiero, los derechos adquiridos por dos y medio millones de trabajadores al servicio del estado en una simple “expectativa” de derecho. Y así avaló que se pueda contratar con una ley, pero se jubile con otra.
“Mantener el anterior régimen de pensiones” declaró el ministro Aguirre, costaría “una “burrada incomprensible, imposible de cumplir: doce puntos adicionales del PIB”. Con la “reforma” calderonista del ISSSTE, agregó el ministro Azuela, “todo está siendo favorable a los trabajadores”, aunque con ella -ahora vergonzosamente validada por una Corte que empieza a descubrir la nomenclatura económica- a los trabajadores activos se les impusieran unilateral e inconstitucionalmente nuevos términos lesivos para su retiro y el inconsulto destino de los trabajadores de nuevo ingreso -que aún no pueden defenderse- tenga como única salida PENSIONISSSTE y, luego, el sistema afore.
Después de “autofacultarse” en un congreso sindical de factura dantesca en la ciudad de Mérida, Yucatán, en octubre de 2007, el doctor Valdemar Gutiérrez Fragoso, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), cedió finalmente al calderonismo y los intereses que representa, la prestación estrella del CCT más completo de América Latina: su Régimen de Jubilaciones y Pensiones. Ahora, gracias a la “asesoría” que le brindaron los tecnócratas hacendarios y que le “garantiza sustentabilidad”, los trabajadores de nuevo ingreso recalarán -sin poder defenderse al igual que los enviados PENSIONISSSTE- en el sistema afore con una “expectativa” de retiro equivalente al 80 por ciento del último salario devengado, si bien les va. Bajo esta condición “estable”, se incorporarán al IMSS cuando menos 30 mil jóvenes durante 2008. Cumplida su tarea “responsable”, al dilatado CEN del SNTSS lo veremos pronto disputándole a Elba Esther Gordillo el monopolio de los equilibrios electorales de las elecciones intermedias de 2009. “No entiendo cómo un sindicato tan poderoso como el SNTSS no esté representado en la Cámara de Diputados”, comunicó enfáticamente Gutiérrez en abril.
Con la “reforma” que impuso Zedillo al IMSS en 1995 (aparatado A del artículo 123 constitucional), la validación de la “reforma” calderonista del ISSSTE -por una Corte estudiosa de los rudimentos económicos- (apartado B) y el “responsable” compromiso entre Gutiérrez Fragoso y Calderón -que con un descuento del 15 por ciento del salario base de cotización a los trabajadores de nuevo ingreso al IMSS los remite directamente a una cuenta individual y a una afore-, la entera masa de sus fondos de pensiones serán administrados (con altas comisiones), usados (sin que mejore su rendimiento, aunque sí crezca la rentabilidad de los administradores) y expuestos inmisericordemente a la volatilidad bursátil.
Como estableció la Comisión Federal de Competencia Económica (noviembre 2006): las comisiones cobradas por las afore han sido tan altas que provocaron que el rendimiento neto del ahorro para el retiro de los trabajadores de 1997 al 2006 “sea prácticamente nulo”.
Mientras tanto, el ahorro nacional de largo plazo sufrirá una merma equivalente al costo total de la administración privada de esa masa pensionaria y el monto final de la pensión de los trabajadores no superará jamás el 30 por ciento del último salario devengado.
Transcurridos 20 años, el destino final de las cuentas individuales apenas se materializará en una Pensión Mínima Garantizada (3 mil 34 pesos mensuales). Y el Estado deberá entrar al rescate del quebranto pensionario. Pero, para entonces, la tecnocracia hacendaria de Calderón y los administradores de los fondos estarán ya en otro giro. Por su parte, los ministros de esta Corte seguirán estudiando economía básica, mientras disfrutan de un envidiable nivel pensionario, mismo que negaron a los trabajadores que (con sus dos cascadas de amparos sucesivos) depositaron en ellos la confianza de representar el último “garante” de la Constitución y el equilibrio de poderes republicano.
Pero en corto plazo se habrán cumplido las metas del PND calderonista: 3 millones de cuentas individuales más en afores (incluidos los trabajadores de PEMEX), para “fortalecer” un fantástico sistema nacional de pensiones que garantizará apetitosas comisiones a los administradores pero no pensiones dignas: sólo una vejez en la miseria y sin servicios de salud a la edad en que más se requieren.

DOS

¿Qué pasa en el Mundo? ¿Qué pasa en México? Pasa, acontece una regresión laboral sin precedentes, inédita, nunca vista. Y su marco, su pretexto, es la globalización. Como si estuviéramos obligadamente mancos frente a ella.
En México esta regresión y su pretexto avanzan, se profundizan gracias a dos proyectos de derecha francos que padecemos en dos tiempos desde el Poder Ejecutivo: el del fantástico e incoherente “cambio” foxista que se empeñó en una sucia campaña mediática para desprestigiar a los trabajadores del IMSS y el “nuevo” proyecto vertebrado de Calderón y los intereses que representa, para desviar hacia establecimientos privados las cuantiosas bolsas de la salud y la seguridad públicas: las de Córdova en la SSA, Horcasitas en el IMSS y Yunes en el ISSSTE.
Apenas 49 mil millones de pesos para el fraudulento “Seguro Popular” del foxismo y su modalidad cambray, el “seguro” sólo para los recién nacidos, durante el año electoral 2009, mientras el IMSS tiene mil 900 millones para PREVENIMSS y en el ISSSTE Yunes dilapida los 8 mil MP que trajo la “reforma” calderonista como todo aporte sexenal para “mejorar” el seguro de salud.
Este proyecto vertebrado de derecha del Ejecutivo dispone, ahora, de casi toda la institucionalidad republicana que debiera estar al servicio del equilibrio de poderes. Además de la nube de funcionarios hacendarios que se han apoderado de las decisiones de las Comisiones parlamentarias y norman la voluntad de los representantes populares en ambas cámaras, dispone del IFE, la CNDH, el TEPJF, los grandes medios de comunicación (con muy honrosas excepciones), centros de educación superior e intelectuales.
La institución que restaba, la SCJN, el último garante de la Constitución está estudiando economía elemental y finanzas públicas -para mejor comprender lo que significa un pasivo por pensiones públicas igual al 12 por ciento del PIB- y está cada vez más próximo al Ejecutivo de derecha que encabeza Calderón.
A diferencia de lo que ocurrió con las jornadas que movilizaron a los trabajadores del IMSS por la defensa de su CCT durante el foxismo, la defensa por la seguridad social del ISSSTE ha combinado dos elementos cuya síntesis ha resultado absolutamente innovadora: movilización, casi nacional, con batalla jurídico-legal. Esta combinación ya se ganó un lugar en la historia moderna de México: dos millones de cotizantes amparados; 8 de cada 10. Aunque tanto le duela a Yunes y a la tecnocracia hacendaria (recuerden ustedes, “son machotes”, declaró José Antonio González Anaya, autor de la Nueva Ley del ISSSTE) ese es su mejor referéndum.
Esa combinación debe ser proseguida.
¿Cómo?
Además de seguir atendiendo la gran cantidad de expedientes en curso, la lucha en tribunales internacionales, nuevos amparos y denuncias precisas contra Yunes por adjudicarse el derecho de prorrogar la elección entre PENSIONISSSTE y el Décimo Transitorio hasta noviembre 2008 (introduciendo de paso una nueva y costosa campaña de “persuasión” sobre las “bondades” de la nueva ley), esa combinación, insisto, debe ser proseguida precipitando la energía y, ahora, experiencia de la movilización hacia las elecciones intermedias de 2009.
Hay que penalizar el proyecto de derecha calderonista por la misma puerta por la que se coló con su enorme déficit de legitimidad en diciembre de 2006. Los nuevos diputados del proceso entrante deben tumbar esa Nueva Ley que la SCJN no se atrevió a tocar -amedrentada por la monumental ignorancia económica que los tecnócratas hacendarios les insuflaron- despreciando miserablemente, como máximo tribunal de justicia de la Nación, el saber jurídico que los hace ministros y que, sencillamente, se rehusaron a emplear.
Esta tarea debe ser completada, exigiendo cuentas a los partidos que votaron la “reforma”. Al nivel individual de cada legislador, casos: Samuel Aguilar Solís, Joel Ayala, Marco Antonio García Ayala; al nivel colectivo de su respectiva plataforma partidaria. Caso PRI, al nivel de las coordinaciones parlamentarias, proyectando a cada una el saldo de su gestión trianual justamente frente al proceso electoral entrante: el de 2009. Caso PAN, caso PANAL, caso Partido Verde.
Esos legisladores y la calidad de su labor no se merecen un lugar en el Poder Legislativo. Deben irse y deben ser sustituidos por otros representantes que echen abajo, esa, como se lo ha ganado a pulso, sí, esa “nefasta” ley.
Lo mismo debe decirse de cada uno de los ministros, particularmente de la ministra Luna que pareció ser la mejor intérprete de la lectura hacendaria de la ley, de la de Calderón y los intereses que representa.
¿Qué sigue en el legislativo? Por supuesto que un debate sobre la salud y la seguridad social como el de PEMEX.
¿Qué más? Por supuesto que ubicar y señalar a los representantes populares de la Comisión de Seguridad Social de la H. Cámara de Diputados de las Legislaturas, 58, 59 y 60 (actual) que nunca iniciaron los trabajos para elaborar una iniciativa alterna frente a la “reforma” del ISSSTE que estaba cantada desde fines del sexenio de Zedillo.
Así que, el debate sobre el destino de la salud y la seguridad social de los mexicanos apenas empieza. Sigue fortalecerlo, dilatarlo, difundirlo. Sigue mostrar sistemáticamente con datos precisos, cuantas veces sea necesario, que hasta ahora son la gran mayoría de los trabajadores los que van, poco a poco, perdiendo derechos adquiridos. Vivimos rodeados de esa gran regresión laboral
Sigue pues tener paciencia y no precipitarse aguardando resultados inmediatos y espectaculares. El debate sobre esta crucial política pública está encontrado sus tiempos. Y son ellos los que deben ser sostenidos en la agenda nacional, ganando a la opinión pública víctima de las huecas campañas mediáticas oficiales. La “reforma” de Calderón ha favorecido la pertinencia y urgencia del debate.
Para concluir. El pacto nacional-popular que estructuró al régimen revolucionario se quebró hace bastante tiempo. Está roto y desmoronado. Lo que ha surgido y parece irlo sustituyendo gradualmente es un presidencialismo empresarialista y antilaboral: Zedillo con el IMSS, Fox con el fraudulento Seguro Popular, Calderón con el ISSSTE. No sólo no es popular: no le interesa serlo. Es un presidencialismo al servicio de intereses precisos que pretende someter la entera institucionalidad republicana. El proyecto vertebrado de derecha de Calderón no puede hablar por la nación.
La regresión laboral mundial y mexicana en el marco global es el tema. Hay que hablar sobre el asunto, tratarlo, ocuparse de sus contenidos para modificarlos, para actuar sobre y contra ella. Para modularla. Sobre todo, hay que desmontarle el intocable lugar, el pedestal de reverencias al que la han interesadamente erguido los tecnócratas que buscan para sostener a toda costa el actual estado de cosas. La nueva Ley del ISSSTE, recuerden ustedes, es “ininteligible”, reconocieron hasta los ministros. Ese es el lugar que le interesa perpetuar a la tecnocracia. Ahí cree ganar.
El tema de la regresión laboral en el marco de la globalización es un tema del que hay que ocuparse en y por la causa del pueblo: el poder legislativo renovado, arrebatándolo de su actual sumisión a la partidocracia realmente existente y para restituir la institucionalidad republicana, especialmente el equilibro de poderes, que Calderón pretende secuestrar para su proyecto de derecha.
En una palabra, para evitar que ese Ejecutivo siga sometiendo al Poder Judicial. Porque ese es, también, el cambio que sigue. Tanto en el legislativo como en la renovación del CJF, hay que partir de que “mejores legisladores y mejores ministros harán de nuestros hijos mejores mexicanos”.
Salud y seguridad social para todos: para los de “nuevo ingreso”, para las siguientes generaciones.
¡Abajo la nueva Ley del ISSSTE!

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